Ir al médico

Una cruz esto de ir al médico, que, como decía mi difunto (que en paz descanse y que muchos años nos espere) entra una algo pachucha y sale con los pies por delante.

La aventura comienzó cuando se me inflamó el párpado hasta casi cerrarme el ojo, con la cita con el de cabecera, que vaya usted a saber porqué ahora lo llaman algo así como médico general o de proximidad, cuando, que yo sepa, ni don Juan es militar ni a mí se me ha acercado a más distancia de la necesaria. Don Juan llega siempre tarde a la consulta y, claro, se le amontona la gente. Como el mozo este es un principiante, un MIR de esos, se toma su tiempo en cada consulta. Total que, entre pitos y flautas, he echado la mañana para que me diga que tengo que ir al oculista.

Dos meses después, ¡menos mal que don Juan me mandó de urgencia!, estoy en la consulta del hospital, el párpado, por supuesto, volvió hace dos semanas a su tamaño normal, claro está... tengo cita a las doce, y como servidora es tan puntual me siento en una de esas horribles sillas de plástico a las once y media. Otras treinta personas se acumulan por el pasillo. ¿No nos habrán citado a todos a la misma hora?, no puede ser, digo yo... pero sí.

Las doce, doce y media, la una, una y media, las dos, dos y media.... cerca de las tres por fin paso a ver al oráculo, digo, al médico. Me mira el ojo, me lo aprieta, se sienta, lo medita, y me dice: "Pues no veo nada extraño, sería un simple inflamación de párpado", casi me hace sentirme culpable por no tener ya el ojo del mismo tamaño que el Titanic. "Si le vuelve a ocurrir, vuelva por aquí", añade. Salgo con la misma información con la que entré, pero con el ojo dolorido, un montón de tiempo perdido y un enfado de la talla 115 de sujetador. Tres días con derrame en el ojo después de la "revisión".

Ea, que he decidido que no vuelvo al médico, ni de proximidad ni de lejanía, hasta que no se me salgan los higadillos por la boca o hasta que el susodicho licenciado me presente un certificado de una ONG que indique que me va a tener en cuenta, palabra.