ASTURIAS,
Domingo 18 de agosto de 2002
El Rescate de Carchuna
Oviedo, Paula TAMARGO
«Noticias del frente
de Motril hablan de un sorprendente golpe de mano llevado a cabo el
23 de mayo detrás de las líneas enemigas, por medio del
cual los republicanos rescataron a 308
prisioneros asturianos empleados por los fascistas en la construcción
de fortificaciones. Un grupo de nuestros soldados desembarcó
en una pequeña playa a las espaldas del frente fascista, atacando
enseguida el fuerte de Carchuna. Otra unidad les respaldó por
tierra, tomando parte en la captura del fuerte. Después de que
los oficiales de la guarnición fueran fusilados, las tropas se
rindieron. Entonces los republicanos, libertadores y liberados, atacaron
la retaguardia fascista, rompiendo la línea y pasando a territorio
leal».
Fuerte
de Carchuna (Granada) en 1939
Es sólo un fragmento de las decenas de relatos y testimonios
escritos que quedaron en distintas publicaciones republicanas sobre
el episodio que se desarrolló el 23 de mayo de 1938, en plena
guerra civil, en el fuerte Carchuna, situado cerca de Motril, en las
proximidades de la localidad almeriense de Calahonda. Allí permanecían
308 prisioneros, casi todos asturianos, que fueron liberados por un
grupo de soldados de las
Compañias Especiales -guerrilleros republicanos- en una espectacular
operación de rescate.
La liberación de los presos
asturianos de Carchuna es hoy, después de más de 60
años de haberse producido, el objeto de la investigación-entre
otras- que desarrollan un profesor universitario y varios aficionados
a los sucesos del conflicto bélico español que pretenden
esclarecer todos los detalles de lo ocurrido, publicar un libro sobre
ello e incluso barajan la posibilidad de realizar un documental sobre
lo que consideran que ha sido, hasta la fecha, «la única
operación de comando del Ejército español en toda
su historia», por el modo en el que se desarrolló y el
éxito de la misma.
El grupo
de investigadores, en octubre de 2002, junto a Marcelino Díaz,
uno de los supervivientes de la Operacion Carchuna,
residente en Gijón, quien conservaba una
memoria prodigiosa sobre todo lo sucedido.
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Buscando
testimonios y supervivientes
Entre las
personas que trabajan desde hace tiempo en arrojar algo más
de luz sobre aquella operación de rescate se encuentra
Pedro A. García Bilbao, sociólogo y profesor en
la Universidad Rey Juan Carlos I, de Madrid.
Explica que
el objetivo de la investigación, entre otros muchos, es
que lo sucedido «no muera con los protagonistas de la historia
y para que los nietos de éstos no se queden con la idea
de que lo que cuentan sus abuelos son batallitas,
porque fue un hecho real silenciado durante muchos años,
por el miedo que la gente tenía a hablar de la guerra y
a las represalias que pudieran sufrir».
En el trabajo
de investigación que se desarrolla sobre el rescate del
Fuerte Carchuna trabajan también, junto a este sociólogo,
el valenciano Jesús Castillo Domenech, licenciado en Geografía
e Historia, y el malagueño Txema Prada, diseñador
gráfico y estudioso aficionado a los temas relacionados
con las guerrillas antifascistas y la GCE.
El proyecto
de recuperar la historia del rescate surgió a raíz
del contacto que estos tres jóvenes establecieron a través
de la Lista
GCE de Internet, y de
www.guerrillas.info una página en la que personas de
todos los puntos de España dejan sus mensajes o sus historias
sobre asuntos relacionados con la guerra civil, sobre familiares
desaparecidos o relatos de sucesos sobre el conflicto bélico
que oyeron contar a sus parientes o allegados.
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De ahí en
adelante, con los datos que han logrado ir reuniendo, se ha empezado
a reconstruir una historia en la que la mayor parte de sus protagonistas
son asturianos. No sólo porque lo fueran los 308 prisioneros
liberados en el fuerte de Carchuna el 23 de mayo de 1938, sino porque
el diseño de la espectacular operación de rescate también
parece haber sido obra de varios tenientes del frente republicano originarios
de distintas zonas del Principado.
El desembarco en
Punta del Llano se produjo casi en la medianoche del día 23 de
mayo. Desde allí se dirigieron a las proximidades del fuerte
de Carchuna, donde les esperaban unos enlaces guerrilleros. Según
la información de la que disponían las personas que investigan
el suceso, se trataba de «varios paisanos, algunos marineros y
pescadores de Adra (Almería), buenos conocedores de la zona).
Éstos facilitaron al grupo de rescate «bastante información,
y muy precisa, para el desarrollo de la operación», si
bien los datos clave habían sido aportados con anterioridad por
los cuatro asturianos evadidos del fuerte de Carchuna en las vísperas
del 23 de mayo de 1938.
El asalto se habría producido «sin grandes contratiempos,
después de unas breves escaramuzas en las que los guardianes
sufrieron algunas bajas, incluyendo éstas al alférez que
mandaba el destacamento que vigilaba a los prisioneros». Así,
el grupo de rescate logra liberar a los presos, a los que se les entregan
armas y granadas. Todos, liberados y libertadores, junto a sus enlaces,
emprendieron la marcha para regresar a las líneas republicanas.
Sufrieron bajas en la retirada.
Para facilitar el paso del grupo de rescate junto a los 308 asturianos
liberados por las líneas del frente nacional de la zona, el 220.†
Batallón de la 55. Brigada, unidad que cubría el frente
granadino, lanzó un «ataque de distracción apoyado
por algunas baterías de artillería y de mortero».
Así, el grupo de rescate y los prisioneros asturianos liberados
conseguirían regresar a posiciones republicanas antes de la amanecida
del 24 de mayo, convirtiéndose en los protagonistas de una historia
que todavía hoy empieza a escribirse.
Para
más información pulsar el banner
Asturias,
9 de septiembre de 2002
Los héroes de
Carchuna
Marcelino Díaz y Sócrates Menéndez, únicos
supervivientes del rescate llevado a cabo en 1938 para liberar en Granada
a 300 presos asturianos republicanos, rememoran la operación
Oviedo,
Paula TAMARGO
«Aquello
fue una cosa espectacular, una maniobra relámpago con la que
lograron sacarnos del presidio. Éramos cientos de personas y
salimos de allí con vida... ¡Y que hoy nadie se acuerde
de nosotros!». Marcelino Díaz Fernández y Sócrates
Menéndez González, ambos
de Langreo, lamentan el olvido en el que cayó la historia de
la que fueron protagonistas el 23 de mayo de 1938, cuando tuvo lugar
el rescate que un grupo de militares y guerrilleros republicanos llevó
a cabo en plena guerra civil para liberar a 300 asturianos presos en
el fuerte granadino de Carchuna. Marcelino Díaz y Sócrates
Menéndez son, de momento, los dos únicos testigos directos
del desarrollo de la operación del fuerte de Carchuna que ha
logrado localizar el grupo de investigadores que trata, desde hace algún
tiempo, de reconstruir la historia de aquel rescate llevado a cabo en
plena guerra civil y en el que casi la totalidad de los protagonistas,
libertadores y liberados, eran asturianos.
Estos
dos hombres, que cuentan más de 80 años, son dos de los
300 asturianos que estaban presos en el fuerte de Carchuna en el momento
del rescate. Ambos serán ahora, después de más
seis décadas de silencio, los principales protagonistas del reportaje
que realizará el grupo de investigadores que pretende rescatar
aquella historia que quedó «insignificantemente»
plasmada en documentos de la etapa de la guerra civil y crónicas
de guerra de algunas publicaciones internacionales.
«Sorprendente
golpe»
En los relatos publicados sobre el rescate de Carchuna en la etapa del
conflicto bélico español se da cuenta de «un sorprendente
golpe de
mano llevado a cabo el 23 de mayo detrás de las líneas
enemigas por medio del cual los republicanos rescataron a 308 prisioneros
asturianos empleados por los fascistas en la construcción de
fortificaciones».
Marcelino
Díaz y Sócrates Menéndez puntualizan que los asturianos
presos eran sólo 300, porque «los otros ocho de los que
hablan debían ser
otra gente que se unió a nosotros en la huida». De paso,
explican por qué todos eran paisanos: «Éramos todos
de Asturias, muchos de las Cuencas, de Langreo. Estábamos presos
en otros sitios y éramos seleccionados para ir a trabajar allí
en carreteras y
obras. Quienes nos escogían decían que conocían
nuestras costumbres y que sabían que los asturianos éramos
trabajadores».
Las
crónicas de la época también aluden a que un grupo
de los libertadores desembarcó en una pequeña playa a
las espaldas del frente fascista y atacó en seguida el fuerte.
Que otra unidad republicana les respaldó por tierra formando
parte de la toma de la fortificación. Y que después de
que «los oficiales de guarnición del fuerte fueran fusilados,
las tropas se rindieron y todos, rescatados y rescatadores, atacaron
la retaguardia fascista rompiendo la línea y pasaron a territorio
leal».
Las
dos únicas personas que, por el momento, pueden dar fe de la
veracidad de estas crónicas apenas objetan a la escasa descripción
de lo
sucedido. Pero no renuncian a ofrecer otros detalles que guardan vivos
en su
memoria pese a los años transcurridos. Marcelino Díaz
y Sócrates Menéndez citan a otros protagonistas clave
de aquella historia para explicar cómo fue posible aquella operación,
y hablan de José Fernández Rodríguez, «Pepín»,
y de Joaquín Fernández Canga, dos de los
tenientes asturianos encargados de llevar a cabo el rescate.
Los
otros protagonistas
José Fernández, tras la guerra, acabó desterrado
en Galicia y falleció hace pocos años, según recuerda
Rosa Menéndez. Ella, también
langreana, conoce a Marcelino Díaz y a Sócrates Menéndez
y desde niña sabe de la historia del fuerte de Carchuna. A Rosa
Menéndez la historia se la contó su padre, Gerardo Menéndez,
amigo de José Fernández, que se encontraba en el frente
de Almería cuando se
desarrolló la operación de rescate.
Para
ella, los libertados y libertadores fueron una especie de «héroes».
Marcelino Díaz y Sócrates Menéndez también
citan en
su relato a Cándido Adolfo Muriel López para explicar
que fue uno de los cuatro prisioneros que se evadieron del fuerte unos
días antes del rescate y una de las personas que probablemente
proporcionó información clave para el diseño de
la operación que poco después se llevaría a cabo
para liberar a los trescientos presos asturianos.
Los
por ahora únicos supervivientes de aquella historia, Marcelino
y Sócrates, intercalan en su relato un sinfín de historias
sobre cómo escaparon tras el rescate y sobre cómo alcanzaron
la zona republicana. Sobre la llegada de camiones a las inmediaciones
del fuerte de Carchuna para sacarlos de territorio enemigo, el fuego
cruzado entre bandos en la huida y los vítores que recibieron
durante el desfile que protagonizaron, ya a salvo, al llegar a Almería.
Los
familiares crean una asociación para que no se olvide la historia
Oviedo
Aunque
Marcelino Díaz y Sócrates Menéndez son los únicos
testigos directos del rescate de Carchuna localizados hasta la fecha,
el grupo de investigadores que pretende reconstruir aquella operación
cuenta con la colaboración de familiares de personas ya fallecidas
que fueron partícipes de aquel episodio y que están dispuestas
a ofrecer su testimonio y la información de la que disponen.
Entre
ellos, Félix Adolfo Muriel, hijo de Cándido Adolfo Muriel,
uno de los cuatro prisioneros que se evadieron del fuerte días
antes del rescate y que suministraron información sobre la fortificación
clave para el diseño de la operación. También Rosa
Menéndez, langreana, hija de Gerardo Menéndez, militar
republicano conocedor de la historia.
A
la aportación de testimonios se suma Marie Fernández,
la hija de Joaquín Fernández Canga, uno de los tenientes
que participaron en el rescate. Marie reside actualmente en Francia,
donde su padre vivió el exilio tras la guerra, y guarda más
de una veintena de grabaciones en las que su progenitor, ya fallecido,
narra cómo se desarrolló aquella operación.
Los familiares de los protagonistas de aquella historia prevén
crear un colectivo que trabaje en la recuperación de la historia
junto a los investigadores que ya han iniciado su reconstrucción.
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Testimonios
y respuestas de familiares de los protagonistas:
" He leído
con emoción el artículo publicado en La Nueva España
del domingo 18 de agosto de 2002 titulado "El rescate de Carchuna"
Mi padre, Manuel Díaz Loredo, y su hermano Joaquín que
perdió la vida en esta acción, estaban prisioneros en
el fuerte el 23 de mayo de 1938. Nacido el 5 de noviembre de 1914 y
fallecido el 10 de mayo de 1979, mi padre, natural de La Felguera, Asturias,
se afilió siendo muy joven a la C.N.T. Fue enlace del recordado
comandante Higinio Carrocera en la batalla del Mazuco, cuando se produjo
el hundimiento del frente asturiano. Cayó herido en Belmonte
de Miranda por la explosión de una granada que le seccionó
la mitad de la nuez y le produjo más de 30 heridas.
Calculo que después de estos hechos fue trasladado a Calahonda.
Quizá por la muerte de su hermano no le gustaba mucho hablar
de lo sucedido y, casi siempre, lo hacía tras la insistencia
de familiares o amigos que habían estado con él prisioneros,
bien en Motril, en el Hostal de San Marcos en León o en Avilés.
No era uno de los
4 juzgados que transmitieron los datos para el asalto. Esto lo sé
porque contaba que, al llegar a Avilés, y constar en su expediente
que había estado en Motril, un oficial le preguntó qué
había sucedido y mi padre, que temía que le fusilaran,
le respondió que no se habían enterado de nada y que estaban
durmiendo cuando llegaron los suyos y los llevaron. El oficial sonrió
con ironía y no tomó represalias.
Mi padre contaba que había sufrido mucho y que un alférez,
o un sargento, no estoy seguro, les robaba la comida y, y para evitar
que bebieran de los depósitos de agua, les echaba sal por las
noches. Cuando comenzó el asalto lo ejecutaron y lo echaron al
depósito del agua: "justicia poética". Puede
que fuese el alférez encargado de los prisioneros al que se refiere
el artículo.
Creo que después
fueron trasladados a Almería donde me contó mi padre que
desfilaron las tropas republicanas ante ellos y que fue condecorado
con la medalla de "Caballero de España", no sé
si a título individual o colectivo. Cuando abandonaron el lugar,
mi tío Joaquín, entre otros, dijo que se quedaba en el
Fuerte, pues no había hecho nada malo. Nunca se volvió
a saber de él y cuando la gente elucubraba sobre si había
podido pasar a Francia, mi padre, muy reacio a hablar de los hechos,
manifestaba que alguien le había dicho que los moros y los falangistas
los habían pasado por la bayoneta cuando recuperaron la posición.
Comprenderán que tenga un gran interés por conocer todos
los datos sobre este hecho histórico en el que mi padre tuvo
tal protagonismo y en el que desapareció mi tío."
Jacobson
Díaz González
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o ------
"En el diario
La Nueva España del día 18 de Agosto del 2002; aparece
publicado un articulo sobre Motril del año 1938.
Yo, de 71 años de edad en la actualidad, tuve un hermano en esta
plaza, cuando estos sucesos le cogieron preso en un motín mientras
intentaba marcharse el grupo donde él estaba. Uno del grupo quedó
rezagado en la playa por lo que los cogieron a todos. Los subieron para
Granada, y los juzgaron por puño y letra.
A mi hermano le cayeron dos penas de muerte; conmutada una, le llevaron
a Santiago de Compostela y al final le dejaron en libertad en Octubre
de 1941 o 1942.
Él se llamaba Manuel Pintado Fuente, y otro de sus compañeros
era José Manuel Arbesu Niciecia, ambos de Oviedo. Mi hermano
falleció en 1978 y este otro señor hacia 1980.
Respecto a las dos personas de las que se habla en el articulo: Don
Joaquín Fernández Canga y Don Secundino Álvarez
Torres, nunca nos comento nada, aun habiendo estado trabajando cerca
de doce años en Sama de Langreo.
Desearía toda la información posible sobre todo lo acontecido
en esa fecha en Motril.
Se despide atentamente,"
D.
Luis Honorino Pintado Fuente.
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o -----
"Me dirigo
a ustedes con motivo del articulo publicado en La Nueva España,
el dia 18 de agosto sobre el rescate de Carchuna.
Mi padre estuvo junto con otros compañeros, vecinos de Ciaño
presos en dicha carcel y participaron en la famosa fuga de Motril, y
cuando he leido dicho articulo me ha entrado la curiosidad por saber
algo respecto a dicho acontecimiento por lo cual me dirigo a ustedes
con el fin de poder ponerme en contacto con ustedes bien a traves de
una pagina web si disponen de ella o bien a traves del correo electronico.
Aqui en Ciaño
Langreo hubo varias personas que estuvieron con mi padre presos en dicho
acontecimiento, muchos de ellos como mi padre ya han fallecido, y es
posible que alguno pueda estar vivo o que algunos de sus familiares
pueda recordar algo que les haya contado las personas que participaron
en la fuga.
Esperando sus noticias se despide atentamente de ustedes: Angel Aboli
Valles (que es hijo de Angel Aboli Torre y que es el que les envia este
mensaje). "
D.
Angel Aboli Valles
-------o-------
"Soy
José María García Sierra, uno de los que participaron
en el episodio del fuerte de Carchuna; no podía creer la emoción
que he sentido al comprobar que nuestra epopeya de hace tantos años
no ha caído en el olvido.
Actualmente
tengo 86 años, por aquel entonces tenía 22. Soy uno de
aquellos prisioneros liberados. Me gustaría contactar con algún
camarada de aquellos días."
D.
José María García Sierra Correo
electrónico
-------o-------
Testimonio
de Joaquín
Fernandez Canga
publicado en la revista "Defensa"
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