Roi Ferreiro
Por qué necesitamos ser anti-partido
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¿Que tipo de organización necesita la clase obrera?
El planteamiento acerca de la "necesidad de organizarse"
(en el sentido que le dan IR) surge en las luchas como una expresión
de la debilidad o del fracaso de las mismas, no como una expresión
de su fortaleza.
La verdadera necesidad de organización no se presenta cuando
las luchas "se han dado o se están dando",
sino cuando estas se encuentran en una fase avanzada de preparación.
Las luchas que "se han dado" o "se están dando"
tienen o tenían ya una organización, mejor o peor. La
organización es una dimensión inherente a la acción.
La espontaneidad absoluta o pura no existe. La cuestión es, entonces,
qué tipo de organización es necesaria.
Si nos situamos en la perspectiva de luchas ya terminadas o en curso,
el planteamiento real no será "hay que unir las fuerzas
contra el capital", sino: "nuestras dificultades y derrotas
provienen (exclusivamente o no) de la falta de organización";
o bien "para conseguir ampliar la lucha necesitamos más
y mejor organización" (lease en ambos casos: división
del trabajo y delegación).
La reclamación de que es necesaria una organización
como una condición previa a la lucha y relativamente independiente
de ella proviene de un punto de vista que se sitúa fuera de la
lucha misma, y que niega la continuidad entre la organización
espontánea de la clase en lucha y la creación de formas
de organización destinadas a funciones de preparación
(en el sentido más amplio del término) de las luchas venideras.
En cambio, en la lucha misma y durante su preparación, cuando
el proletariado está desplegando su energía, creando relaciones
sociales para la discusión y la intercomunicación de [email protected]
[email protected] implicados en el combate, la organización se presenta
siempre como un elemento constitutivo de la praxis de lucha, de la autoactividad
proletaria, siendo su producto y estando determinada por sus objetivos
inmanentes.
La esencia de la organización proletaria no es la técnica,
esto es, la creación de una división del trabajo en el
movimiento proletario, sino la cooperación misma de [email protected] [email protected]
Esta cooperación va generando, de acuerdo con su intensidad,
amplitud y conciencia de sus intereses, una división del trabajo,
dando lugar a diversas formas de organización. El conocimiento
técnico de la organización sólo tiene utilidad
si se subordina a las características que asume la autoactividad
de [email protected] [email protected] Su separación de esta autoactividad implica
adoptar el punto de vista de un especialista en la organización,
desplazar el problema del campo de la lucha de clases y el desarrollo
de la autoactividad de las masas proletarias, al campo de la lucha de
partidos y del desarrollo de esos partidos.
Lo que en realidad plantea el texto de IR es que la clase obrera necesita
una forma de organizarse que no sea puramente inmediata al proceso de
lucha, y que no sea concebida como una simple prolongación momentánea
(mientras dure la lucha) de la autoactividad de [email protected] [email protected] que
están luchando. Pero este enfoque de la cuestión es idealista.
No entiende la organización como un componente inherente a la
lucha, atribuyendo la señalada interdependencia entre lucha y
organización en sus formas inmediatas a la ignorancia del proletariado
(que no sabría hacer más que eso). Su planteamiento de
la cuestión tiene que llevar, así, a considerar la organización
como algo que puede existir autónomamente frente a la lucha de
clases, que puede funcionar como una fuerza determinante en el curso
de las luchas, en lugar de ser determinada por ellas.
En fin, la necesidad de la organización existe, no cabe duda.
La cuestión es el carácter de la organización.
Incluso quienes puedan negar la organización de clase, afirman
la necesidad de la organización social creada por el capitalismo.
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