Ricardo Fuego
Por qué no necesitamos un partido revolucionario
Índice
IV - Los argumentos socialdemócratas clásicos sobre
el partido
La seguridad de l@s socialdemócratas y su ala radical, l@s
leninistas, en que la clase obrera necesita un partido político
que la dirija para luchar por la revolución radica en su escepticismo
en que la clase obrera pueda dirigirse a sí misma. Para ell@s
la actividad autónoma del proletariado sin la dirección
de ningún partido revolucionario solamente puede guiar al fracaso
o al reformismo. ¿En qué basan esta última afirmación?
En su ¿Qué hacer?, Lenin cita a su maestro Karl
Kautsky:
"Muchos de nuestros críticos revisionistas
consideran que Marx ha afirmado que el desarrollo económico y
la lucha de clases, además de crear las condiciones necesarias
para la producción socialista, engendran directamente la conciencia
(subrayado por C. K.) de su necesidad. Y esos críticos objetan
que el país de mayor desarrollo capitalista, Inglaterra, es el
que más lejos está de esa conciencia. A juzgar por el
proyecto, podría creerse que esta sedicente concepción
marxista ortodoxa, refutada de la manera indicada, es compartida por
la comisión que redactó el programa austríaco.
El proyecto dice: "Cuanto más crece el proletariado con
el desarrollo capitalista, tanto más obligado se ve a emprender
la lucha contra el capitalismo y tanto más capacitado está
para emprenderla. El proletariado llega a adquirir conciencia"
de que el socialismo es posible y necesario. En este orden de ideas,
la conciencia socialista aparece como el resultado necesario e inmediato
de la lucha de clase del proletariado. Eso es falso a todas luces. Por
supuesto, el socialismo, como doctrina, tiene sus raíces en las
relaciones económicas actuales, exactamente igual que la lucha
de clase del proletariado; y lo mismo que esta última, dimana
de la lucha contra la pobreza y la miseria de las masas, pobreza y miseria
que el capitalismo engendra. Pero el socialismo y la lucha de clases
surgen juntos, aunque de premisas diferentes; no se derivan el uno de
la otra. La conciencia socialista moderna sólo puede surgir de
profundos conocimientos científicos. En efecto, la ciencia económica
contemporánea es premisa de la producción socialista en
el mismo grado que, pongamos por caso, la técnica moderna; y
el proletariado, por mucho que lo desee, no puede crear ni la una ni
la otra; de la ciencia no es el proletariado, sino la intelectualidad
burguesa (subrayado por C. K.): es del cerebro de algunos miembros
de este sector de donde ha surgido el socialismo moderno, y han sido
ellos quienes lo han transmitido a los proletarios destacados por su
desarrollo intelectual, los cuales lo introducen luego en la lucha de
clase del proletariado, allí donde las condiciones lo permiten.
De modo que la conciencia socialista es algo introducido desde fuera
(von auBen Hineingetragenes) en la lucha de clase del proletariado,
y no algo que ha surgido espontáneamente (urwüchsig)
dentro de ella. De acuerdo con esto, ya el viejo programa de Heinfeld
decía, con toda razón, que es tarea de la socialdemocracia
introducir en el proletariado la conciencia (literalmente: llenar al
proletariado de ella) de su situación y de su misión.
No habría necesidad de hacerlo si esta conciencia derivara automáticamente
de la lucha de clases."
Luego de citar a su maestro (más tarde, "renegado"),
Lenin nos dice:
"Puesto que ni hablar se puede de una ideología independiente,
elaborada por las propias masas obreras en el curso mismo de su movimiento,
el problema se plantea solamente así: ideología burguesa
o ideología socialista."
O sea, o la intelectualidad socialista organizada en partido dirige
al proletariado, o el proletariado es dirigido por la burguesía.
Los socialistas/comunistas deben organizarse en partido para difundir
la ideología socialista en el proletariado y dirigirlo en la
lucha contra la burguesía. Deben luchar por amoldar al movimiento
a sus principios especiales, a su programa. Cuantos más puestos
de dirección ocupe el partido y cuanto más arraigo en
las masas tenga su ideología, más cerca se estará
de la revolución.
La misión del partido es agrupar a la tropa dispersa y dirigirla
en sus cargas contra la burguesía. El partido revolucionario
es el Estado Mayor de la revolución. Sin partido revolucionario,
no hay revolución. De esta manera, el proletariado se convierte
en la tropa del verdadero sujeto revolucionario de la teoría
socialdemócrata: el partido. Según la teoría socialdemócrata,
la relación entre comunistas y proletarios es la de maestros
y alumnos, dirigentes y dirigidos.
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