IGLESIA DE CRISTO


EL PLAN DE DIOS PARA REDIMIR AL HOMBRE

Apocalipsis 5:9


Tal vez uno de los tópicos más fascinantes en el estudio de la palabra de Dios es "El Plan de Dios Para Redimir al Hombre", esto porque los hombres sin Dios nada somos en el mundo. En este tratado estudiaremos brevemente dos aspectos de este maravilloso "Plan divino". Y concluiremos con que este plan no es sino el "Evangelio, el poder de Dios para salvación a todo aquel que cree" Romanos 1:16.

(Redimir es rescatar, comprar de vuelta, liberar mediante el pago de un rescate).

El primer punto que veremos es que la actividad que a Dios le corresponde hacer, tiene una función preponderante en la salvación del alma. El hombre no está capacitado para ejercer la parte divina en el proceso de salvación. En ella apreciaremos la forma de operar de la justicia, la misericordia y la gracia de Dios en Jesucristo.

 

DIOS TRABAJA A TRAVES DE:

La justicia: significa que Dios en su inmensa sabiduría ve al hombre perdido en el pecado y además sin opción de salir del abismo en el cual ha caído. Dios nos muestra el estado en que nos encontramos y la imperiosa necesidad de salir de allí; pero al mismo tiempo sabe Dios que somos incapaces de salir por nuestros propios medios y nos brinda la única salida del pecado a través de Cristo. En estos días la justicia de Dios se revela en el evangelio de Cristo, (Filipenses 3:9; Juan 3:16;).

La misericordia: es la tendencia a perdonar por parte de Dios. Cómo opera la misericordia de Dios, en este caso es llevando perdón a quien le ha ofendido violando sus mandamientos. Dios perdona en Cristo. (Tito 3:5-7;).

La gracia: es el favor de Dios en Cristo para lograr el rescate del alma rendida al pecado. El hombre no merece el socorro divino, pues ha renunciado a los privilegios que tuvo estando en comunión con Dios. El hombre es favorecido sin merecerlo en Cristo. Es en la cruz que resplandece la gracia (Efesios 2:8; Tito 2:11; Hebreos. 2:9).

Pedro dijo a los cristianos primitivos: "sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir......... con la sangre preciosa de Cristo..... ya destinado desde antes de la fundación del mundo... y mediante el cual creéis en Dios el cual le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios. (1° Pedro 1:18-21).

La segunda parte de este "Plan divino" tiene que ver con las condiciones que al hombre le corresponde cumplir, para recibir el beneficio de la salvación de su alma del pecado; beneficio que es otorgado por el sacrificio de Cristo en la cruz. Dios no hará nada bajo ningún aspecto, para eximir a nadie de esta responsabilidad primordial. En esta parte el hombre tiene que aceptar los términos que Dios demanda para la redención de su alma. Pedro dijo en casa de Cornelio: "En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia" (Hechos 10:34-35).

 

EL HOMBRE DEBE CUMPLIR CON:

Oír: el evangelio predicado por los apóstoles y presentado en las sagradas Escrituras. Este oír debe ser poniendo toda atención, poniendo el sentido de modo que se entienda la lectura de la palabra de Dios. Esto producirá gozo en el corazón. El oír las "Buenas Nuevas" de Cristo nos llevará a dar el siguiente paso. (Romanos 10:13-17; Marcos 16:15-16; Nehemías 8:5, 7, 8; 12, 18; 9:3).

Creer: Jesús dijo: "Id por todo el mundo y predicad el evangelio" (Marcos 16:15). El evangelio oído, ya sea al leer las Escrituras o cuando es predicado por alguna persona directamente debe ser creído. El creer es confiar en las verdades allí dichas. Esta creencia debe ser en el corazón para justicia. En el evangelio se denuncian nuestros pecados, pero además se anuncia el amor de Dios hacia el mundo pecador. Al creer aceptamos la necesidad de ser redimido, y avanzamos al siguiente paso que es el arrepentimiento. (Romanos 10:9-10).

Arrepentirse: esto significa volverse del mal camino que el hombre ha tomado. El arrepentimiento es dolerse de la ofensa hecha a Dios, es la pena por haber pecado, es el abandono de la maldad. El arrepentimiento es esencial para retornar a Dios, el arrepentimiento nos permite mirar hacia Dios. El arrepentimiento posibilita el perdón de Dios. Pedro dijo: "Arrepentíos... para perdón de pecados". (Hechos 2:38; 8:22; Jeremías 36:3 y 7); Una vez arrepentidos somos conducidos a la confesión de fe:

Confesar: es necesaria la confesión de fe en Jesucristo para la salvación del alma. Cristo dijo: "A cualquiera pues que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos". (Mateo 10:32). Pablo dijo: "que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo" (Romanos 10:9-10; Hechos 8:36-37;). Hecha esta confesión somos llevados al bautismo para perdón de pecados.

Bautizarse: originalmente la palabra bautismo significa "sepultar", sumergir, enterrar. En este caso es en agua, pues allí – en el bautismo – son lavados nuestros pecados. Allí, en el bautismo, somos sepultados a semejanza de la sepultura de Cristo; allí, en el bautismo, morimos al pecado a semejanza de la muerte de Cristo; salidos de las aguas resucitamos después de haber estado muertos en delitos y pecados. "żO no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?" (Romanos 6:3-5; Hechos 2:38; Efesios 2:1; 1 Ped. 3:21).

 

EL PLAN DE REDENCIÓN SE RESUME EN EL CUMPLIMIENTO DE LO SIGUIENTE:

David dijo: "La suma de tu palabra es verdad" (Salmos 119:160).

La justicia, misericordia y gracia de Dios en Jesucristo; + oír, creer, arrepentirse, confesión de fe y bautismo (obediencia y cumplimiento de las condiciones impuestas por Dios al pecador). Aunque somos salvos por gracia, tenemos que cumplir todas las condiciones que Dios requiere en el plan de redención. La salvación es condicional. La redención es en Cristo para los obedientes. "Y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen". (Hebreos 5:9: Tito 2:13-14;).

A través de este recorrido por la Biblia, hemos conocido como opera Dios en su esfuerzo por libertarnos del pecado, y cuales son las condiciones que debemos cumplir para obtener el beneficio del sacrificio de Cristo en la cruz. El perdón de pecados.

El centro de la redención es Cristo; él es el evangelio porque él es la buena noticia, de él es el evangelio, porque él es el autor y consumador de la fe, y de él es el evangelio, porque él lo trajo al mundo. (Hebreos 5:9; 12:2; Juan 19:30; 1 Juan 1:17).

Dios ya ha hecho su parte, pero al hombre le toca ahora corresponder al llamado de Dios dando cumplimiento en obediencia al plan de salvación. żUsted ha obedecido las condiciones de Dios para recibir la promesa de vida eterna en Cristo Jesús? "Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna". (1° Juan 2:25).

Un aporte de Nestor Sanchez


Qué Dios le bendiga, son los sinceros deseos de los miembros de la Iglesia de Cristo.

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