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Bickersteth - El Hombre de Pecado
El Romanismo En Su
Relación Con La Segunda Venida De Cristo
Rev.
Robert Bickersteth
Tome el primero de
ellos - "el Hombre de pecado". ¿Este título
no parecería implicar que la apostasía a la cual
pertenece sería corporizada o personificada en una
cabeza visible, y que habría un jefe supremo en la cima
del conjunto, ejerciendo una autoridad sobre cada miembro
de la apostasía, y en quien, esto es, en sus actos
oficiales, se concretarían todas las características de
la misma apostasía? No necesariamente implica que éste
debe ser un individuo.
En el lenguaje profético,
imperios gobernados por una sucesión de reyes son
denotados por un solo símbolo. La sucesión de los sumos
sacerdotes judíos es denotada por apelativos en número
singular. Por esa causa es claro que el término "Hombre
de pecado", como también los otros nombres, Hijo de
perdición, y el transgresor, puede denotar una sucesión
de personas presentándose una tras otra; pero de
cualquier modo, el nombre significa que la apostasía sería
presidida por una cabeza visible, a quien todos sus
miembros profesarían lealtad.
Pero el título
conlleva más que esto. Ciertamente el término "Hombre
de pecado", cuando es empleado para caracterizar una
apostasía, debe denotar un supereminente grado de
pecaminosidad. Está implícito que la apostasía sería
notable por su exorbitante culpabilidad. Las siguientes
dos elementos: la extensión de su difusión territorial
y la profundidad de su abominación, se combinan para
vindicar la representación de esto como la Apostasía,
por la preeminencia sobre todas las otras apostasías.
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