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El profundo misterio del origen de los mexicas

    El origen de los mexicas se envuelve en el profundo misterio de los relatos mitológicos. Se ubica en Aztlán, como la localidad original, de donde partieron a realizar una penosa migración duró más de 200 años. Las diversas versiones del relato coinciden en explicar la vocación mesiánica de este pueblo.
    Aztlán, localidad norteña, donde rige el color blanco, se hallaba en las cercanías de Chicomóztoc, "el sitio de las siete cuevas" donde, según se explicaba, se había formado la humanidad, que en los últimos tiempos tuvo como destino poblar el mundo conocido. Chicomóztoc es un área, también conocida como La Quemada, que comprende 216 hectáreas en el municipio de Villanueva, estado de Zacatecas. De allí partieron las llamadas tribus nahuatlacas, siendo los mexicas los últimos en abandonar el lugar.
    A lo largo de la migración, antes de llegar a lo que posteriormente se iba a convertir en la ciudad de México-Tenochtitlan, los mexicas se establecieron temporalmente en diferentes lugares. El tiempo que permanecían en esos lugares variaba desde meses hasta 20 años o más, según las condiciones específicas de cada sitio.
    Los sitios más importantes en la ruta de los mexicas, además de Tula, son aquellos donde realizaron la ceremonia del fuego nuevo o fiesta de la Xiulmolpillia. Esta celebración se realizaba al cumplirse un ciclo de 52 años y consistía en conformar atados de 52 varas que se quemaban en la hoguera sagrada, indicando que un periodo de tiempo había concluido y moría de forma grandiosa.
    El destino final de los mexicas lo marcó el encuentro con el signo sagrado, el águila sobre el nopal que crecía en un islote en medio de la cuenca lacustre, símbolo de la tierra prometida, además de tener este nuevo lugar una gran similitud con el que abandonaron 200 años atrás. El círculo de su historia se cierra y comienza una nueva era, la de la sedentarización definitiva.