7. Intro. libros históricos. El libro de los Jueces.
7. Introducción a los libros históricos  

EL LIBRO DE LOS JUECES.

Este libro presenta una época posterior a la de Josué, es una etapa distinta, una generación distinta. Es además, una generación peor que la anterior, no es tan idílica, por eso será más negativa y más difícil la relación con Dios que en tiempos anteriores. Esta teología gusta y se repite, las generaciones posteriores son peores que las primeras. Se va a peor, y nos estamos alejando de Dios, no se conocen a los hombres buenos del pasado.

El autor de estos textos vincula a éstos Jueces con la etapa monárquica posterior, representada sobretodo por Saúl, David y Salomón. Es decir, el autor quiere relacionar estas dos etapas históricas, presentando dos grandes discursos: Jc 2, 6 - 3, 6 y el discurso de 1 Sam 12, al principio de dos etapas históricas semejantes.

La teología del libro de Jueces está vinculada al ciclo de pecado, castigo, conversión y salvación. Constantemente se camina de la fidelidad a la infidelidad, de nuevo se volverá a la fidelidad, después a un nuevo alejamiento de Dios. Esto se repetirá varias veces a lo largo del libro.

Vemos el libro por partes. Al inicio nos topamos con una introducción Jc 1,1- 2, 5, que posiblemente no pertenece a este libro. Es una inserción del libro de Josué, de ahí las repeticiones de la muerte y sepultura de Josué, ya contada en el libro anterior.

El cuerpo central del libro de los Jueces comprende doce historias que corresponden con doce jueces. Esta narración más central se desarrolla entre Jc 2, 6 y Jc 16, 31. Los seis primeros los consideramos Jueces mayores, más importantes, sus relatos son más amplios y conocidos. Están Otniel, Ehud, Barak y Débora, Gedeón, Jefté y Sansón. Los relatos de los jueces menores, son objeto de una breve mención, sus nombres son menos conocidos.

El libro de los Jueces fue compuesto por la tradición oral de las tribus del Norte, siendo finalmente reunidas en una especie de libro de grandes libertadores del pueblo. Son relatos muy épicos, de conquista y batalla. De hecho el nombre de Jueces, no debemos identificarlo con la magistratura y la práctica de la justicia, en el sentido actual del término, más bien, tenemos que interpretarlo como héroes libertadores, grandes generales y soldados que batallaron por la tierra. Estos héroes han recibido un especial carisma, han sido elegidos por Yahvé con la misión de salvar a su pueblo. Son "jueces" pero en un sentido muy tradicional del término, administran justicia y gobiernan, son grandes guerreros.

A estas historias se añadieron más tarde los capítulos 17 al 21, que no narran la historia de ningún juez, sino que informan de acontecimientos ocurridos antes de instituir la monarquía.

Una vez más señalamos que la historicidad del libro es pequeña. Es la prehistoria de Israel, los datos son confusos y de nuevo cuesta emparentarlos con la historia general dada la escasez de datos. Las posibilidades de verificación son pocas. Aparecen recogidas leyendas populares, locales y de tipo particular que acaban siendo historias de todo el pueblo, estamos ante un texto confuso y difícil, cuya intención es remarcar que la opresión es fruto de la infidelidad nuestra. El mensaje central es que siendo fieles, obtendremos la ayuda de Dios.

Por otra parte, las narraciones que disponemos son además muy desiguales, de algunos jueces conocemos muchas cosas, de otros apenas el nombre. Esto ratifica las distintas fuentes orales y escritas en las que nos movemos, poco compensadas y bastantes complejas.

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