7. Intro. libros históricos. Los libros I y II de Reyes.
7. Introducción a los libros históricos  

LOS LIBROS I Y II DE REYES.

Estamos de nuevo, ante dos libros que en la antigua Biblia hebrea constituían una sola obra. Vinculados, como ya hemos indicado a los libros de 1 y 2 de Samuel, suponen una continuación de la misma historia. Los Reyes son los libros que, junto con el libro de los Jueces, más restos e influencia presenta del autor que llamábamos "deuteronomista".

Estos dos libros narran la historia y el momento de gloria y esplendor para el mundo hebreo. En concreto podemos dividir estos libros en tres bloques significativos y amplios. La primera parte cuenta la historia del Rey Salomón 1 Re 1-11. Es verdad que en los primeros capítulos estamos ante la continuación de 2 Samuel, pero a partir del capítulo tercero nos adentramos en la larga narración de la historia de Salomón, que se prolonga hasta el capítulo 11. El relato detalla la excelencia de su sabiduría, la grandeza de sus construcciones, la abundancia de riquezas y el esplendor de su Templo. No hay un espíritu de conquista como con David, pero se saca tajada de las victorias anteriores.

En una segunda parte nos encontramos con la historia de los Reinos divididos, 1 Re 12 - 2 Re 17. Es una narración que hace de manera sincrónica y paralela. A la muerte de Salomón, 931 a. C., se divide el reino en dos fracciones, al norte diez tribus se levantan en una secesión motivada también por causas religiosas, será el inicio del Reino del Norte o Israel. Al sur el resto de tribus, con Judá a la cabeza iniciarán, con capital en Jerusalén su aventura también en solitario, será el Reino del Sur o Judá.

La secesión y ruptura se narra en 1 Re 12-13, el resto cuenta la historia de manera paralela, en ocasiones entra en los enfrentamientos entre los reinos rivales, en otras cuenta los asaltos del exterior: Egipto o Asiria. La caída del Reino del Norte se produce hacia el 721 a. C., no volverán a recuperarse, el Reino del Sur quedará como vasallo durante un tiempo hasta su derrumbamiento en el 587, con la caída de Jerusalén a manos de Babilonia. Dato que se cuenta en 2 Re 18-20.

Los ciclos narrativos de cada uno de los Reyes de Judá e Israel transcurren de manera uniforme. Internamente presentan tres partes. Primero una introducción, que aporta datos a modo de anuario, nombre del Rey, duración del gobierno,... etc. Continúa con una segunda parte, que da un juicio sobre la actuación de ese gobierno, las fórmulas van desde "hizo lo malo a los ojos de Dios" hasta "hizo lo recto a los ojos de Dios", con algunos matices intermedios. Estas valoraciones se repetirán constantemente. Finalmente se da la conclusión en una fórmula que remite a los anales, a la noticia de la muerte y al sucesor. Ejemplo: 1 Re 16,15-22, cuenta el Reinado de Zimrí en Israel.

En el libro de los Reyes asistimos a la caída del Reino del Norte, que quedó como un ejemplo de lo que podría suceder si no se seguían los mandatos del Señor. Este acontecimiento fue interpretado así por los profetas del Sur que vieron una advertencia. Cuando llegó la deportación al reino del sur, hubo una reflexión más honda de los sucedido, los deportados se aferraron más a sus tradiciones, reflexionaron en el exilio, volviendo 50 años más tarde..

La tercera parte del libro se inicia con la historia ahora en solitario del Reino de Judá, 2 Re 18 a 25. Los relatos se alargan con la caída de Jerusalén y los intentos de reforma religiosa, marcados por Josías. En el 597 los ejércitos de Nabuconodosor conquistan Jerusalén, iniciándose el periodo del destierro dentro de la historia del pueblo judío. Al final del libro encontramos dos breves apéndices.

La formación del libro parece que fue hecha, y así nos lo menciona el autor del libro, a partir de otras fuentes que usó. En concreto, menciona "Anales de reyes de Judá" y "Anales de los reyes de Israel". Hay otros textos que no menciona, pero que parecen evidentes: una "historia del reinado de Salomón", "una memoria de la construcción del templo", "relato sobre el reinado de Exequias" y "relatos sobre los profetas Elías y Eliseo", éstos últimos en 1 Re 17 a 2 Re 1, ciclo de Elías; y 2 Re 2 al 13, ciclo de Eliseo.

Es curioso notar como la descripción de cada reinado aparece como una unidad cerrada e independiente de lo anterior, sin embargo, en casi todos aparece el mismo juicio sobre su actitud, sus pecados llevaron a la ruina a Israel y Judá. Solamente los reyes Ezequías y Josías merecieron una aprobación por parte de estos historiadores. Lo cual no es extraño, la reforma de Josías fue la que propició, según muchos autores, a los "deuteronomistas" y el descubrimiento del libro del Deuteronomio. Esta reforma fue alabada por los mismos que la hicieron, y que buscaban poner de manifiesto que Dios bendice a los buenos si hacen el bien, y castiga a los malos si le abandonan. Es una narración tendenciosa, el final trágico del destierro es merecido por la infidelidad de los Reyes. Josías fue una excepción para estos autores.

Estos libros contienen gran cantidad de datos e información histórica, que en principio parece indudable; pero también contiene, como en los ciclos de Elías y Eliseo, gran número de leyendas. El autor está más pendiente de los acontecimientos religiosos, reformas incluidas, que de los sucesos políticos, sociales y económicos del momento.

Con estos libros conectamos además con la tradición profética más primitiva. Elías y Eliseo, considerados padres del profetismo, y anunciadores de esos sucesos, serán prototipo de un profetismo que es contado en sus vivencias y acciones. Los profetas posteriores serán desconocidos para nosotros en sus vidas, pero dispondremos de ellos sus palabras, oráculos, alocuciones o discursos, cosa que no sucede con estos profetas del libro de los Reyes. A veces con algunos acontecimientos de sus vidas, como Jeremías, y en otros casos con ausencia de casi todos los datos.

<< >>
1
Hosted by www.Geocities.ws