19. Escatología. La escatología individual de los Santos Padres. La muerte, el purgatorio y el estado intermedio.
19. Escatología  

LA ESCATOLOGÍA INDIVIDUAL DE LOS SANTOS PADRES. LA MUERTE, EL PURGATORIO Y EL ESTADO INTERMEDIO.

La comprobación de los primeros cristianos, de que morían sus antecesores de primera generación, hizo constatar algo que hoy también vemos: que la muerte llega a los hombres antes que la parusía. Pero esa muerte no era interpretada como un final. Así lo entiende no sólo San Pablo, sino los primeros cristianos. En San Ignacio de Antioquía, que fue condenado a muerte en el siglo II, concebía su muerte como la verdadera vida. Es una muerte plagada de sentido transitorio, por eso los mártires están gozando junto al Señor, ingresando inmediatamente en el lugar de la gloria.

En la patrística la muerte era entendida como una retribución, al igual que el AT; pero no como resurrección definitiva. Había que esperar al juicio final. Las almas de esos muertos estarán en un lugar en espera de la resurrección de los muertos, según indica San Ireneo. También San Agustín habla de una espera hasta la redención del cuerpo, entendida como salvación total. Quizás en Orígenes, aunque es poco claro, hay algunos cambios, que también tiene San Ambrosio, de cara a entender que la muerte es un bien inestimable, diferenciando varios tipos de muerte: espiritual, mística o física. No siempre piensan, que tras la muerte, la vida sea devuelta al instante. Sin embargo la claridad y la lucidez en estos temas está lejos de los Padres de la Iglesia, cuyas teologías están demasiado atadas al problema antropológico y a la tensión entre cuerpo y alma.

No encontramos en la Escritura un apoyo directo a la existencia del purgatorio, podría deducirse indirectamente de algunos textos Bíblicos. Cuando se ha intentado interpretar siempre ha sido forzando demasiado y desde una comprensión ajena al dato bíblico. Lo que sí nos corresponde en este momento es afirmar que existe en la Iglesia primitiva oraciones por los difuntos. Se piden oraciones por los mismos, oblaciones y se hace referencia constante al bien que pueda hacer a los difuntos, práctica que está ya contenida en el NT y que es continuada por los Iglesia. Es una cuestión tradicional, más que una afirmación en la revelación. Por supuesto, no aparece nada de esto en los símbolos de la fe, y sólo, hacia el siglo IV, se menciona en San Cipriano una frase donde explícitamente se alude a esta práctica. Es un traslado al ámbito penitencial, donde distingue entre castigo, pena y purificación. Extiende esta doctrina a las cuestiones de la escatología, para los que no han podido purificarse antes de la muerte, recibirán un fuego purificador, "ignis purgatorius". Desde este momento es una doctrina casi aceptada por todos, que se va extendiendo, sin diferenciarse en occidente ni en oriente.

El estado intermedio es un problema nuevo, ante la necesidad de aclarar lo que sucede durante el tiempo comprendido entre la muerte personal e individual y la escatología final o colectiva. Esto suscitaba poco debate en la patrística, donde se dejaba la cuestión sin resolver, la resurrección final aparecía en algunos casos, como ya hemos visto como algo definitivo, por lo que los ya muertos estaban esperando la parusía. En general no hay material sobre el tema.

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