22. Intro. liturgia sacramental. La teología sacramental en la Escolástica.
22. Intro. liturgia sacramental  

LA TEOLOGÍA SACRAMENTAL EN LA ESCOLÁSTICA.

A lo largo de la Alta Edad Media, la concepción de los sacramentos no se vio esencialmente afectada, dado que la teología repetía más que creaba. Es verdad que la sociedad con su vasallaje y sus formas de servidumbre provocaba en la vida pastoral una mengua en la comprensión de lo realizado, cuando no un abuso teológico o eclesial. Recordemos lo terrible que fue en ese momento las investiduras o las simonías, cargos y prebendas eclesiales compradas y vendidas. Los sacramentos son repetidos, pero no siempre comprendidos en profundidad, ni vividos, y más ante un Dios temido, juez justo y terrible. Es verdad que no todos estos siglos son de oscuridad, pero en nuestra materia apenas podemos indicar avances significativos en lo teológico, san Agustín era repetido, aunque posiblemente no del todo comprendido.

Tendríamos que esperar a la Baja Edad Media para encontrar una mayor dialéctica entre los teólogos. Esta dialéctica llevó al pensamiento, por múltiples factores, a la Escolástica, que en materia de sacramentos si dijo muchas cosas. La incorporación de la filosofía clásica desde los siglos XI y XII, y con mayor fuerza el aristotelismo de Santo Tomás de Aquino, en el siglo XIII fueron relevantes, junto con los descubrimientos y avances en materia de derecho, especialmente con el redescubrimiento del Corpus Iuris Civilis de Justiniano, que acercaría todo el pensamiento del momento a una mayor judicialización, hablamos de Bolonia en los siglos XII y XIII. Finalmente es importante para el debate y la elaboración de una teología sacramental la aparición de la Universidad, como elemento eclesial suponía un foro cultural importante, donde se intercambiaba y se debatía, en una dialéctica que se puede llegar a entender como un método para pensar con lógica y razón.

Todo esto lleva a que la Escolástica sistematiza el pensamiento del momento, incluida la teología. El punto de partida, en los primeros siglos será San Agustín, conocido y amado en profundidad, seguirá siendo durante muchos siglos el gran paradigma de pensador cristiano, quizás hoy lo siga siendo. Dentro de estos primeros autores citamos a Berengario de Tours, que trata de dar una definición de sacramento desde la noción de signo. La fórmula concreta la alcanzará Abelardo: "visibile signum invisibilis gratiae", signo visible de la gracia invisible. En el fondo recogen de San Agustín las ideas centrales, pero se atreve a indicar algo nuevo, influenciando decisivamente en la sacramentología de su tiempo. La teología Escolástica tiene una elemento nuevo sobre el que centrarse: "signo o símbolo". En Agustín lo decisivo era en el sacramento la "acción de Cristo", aquí empieza a adquirir fuerza la noción de "signo".

Los autores de estos siglos intentaron encontrar una definición de sacramento, en el fondo apoyados en la teología de San Agustín. Algunos interesantes autores que en esta materia desarrollaron el pensamiento hasta la llegada de Santo Tomás de Aquino son: Hugo de San Victor, Abelardo o Pedro Lombardo. La nueva comprensión sacramental, el cambio real a la patrología lo da el Aristotelismo Medieval, llevado especialmente de la mano de Santo Tomás de Aquino. Por supuesto hay antecedentes en otros autores, que nos apuntan en una línea distinta. Pero la clave sin duda fue el Aquinate, que incorporará la filosofía de Aristóteles al mundo del pensamiento de ese momento. Para la comprensión de los sacramentos empleará el hilemorfismo, con el consiguiente riesgo de cosificación de la teología sacramental. El hilemorfismo significa que todo está formado por materia y forma. La materia es lo que vemos, la forma lo que le da su naturaleza. Trasladado el hilemorfismo a los sacramentos, se construye una teología desde el mismo Jesucristo. La materia del sacramento sería el signo o símbolo concreto a realizar, la forma sería las palabras empleadas, y que son eficaces. El problema será determinar la naturaleza de los sacramentos, cuándo se produce el sacramento, en que palabra y gesto concreto, bajo qué realidad material y formal.

Santo Tomás de Aquino definía sacramento como signo sagrado, y al profundizar que es un signo, recurre al modo de conocer el hombre. Igual que la inteligencia humana llega a conocer lo espiritual a través de lo sensible, así también todo signo posibilita la capacidad de conocer una realidad concreta. Por el signo se llega al conocimiento, y si estamos hablando de un signo sacramental éste podría dar a conocer la salvación al hombre, lo podría santificar. Esa salvación, cuyo origen está en Cristo, muerto y resucitado, se extiende también a todos los que reciben los signos de la gracia, los sacramentos. Santo Tomás señala el número de siete para los signos principales, los siete sacramentos, todos ellos portadores de la gracia de Dios.

De toda esta tarea teológica se va construyendo un nuevo lenguaje para los sacramentos. En concreto, palabras como signo, causa, consecuencia, efecto del sacramento o "res sacramentum", forma, materia,... propias de un lenguaje jurídico y Aristotélico, se ven arrastrados al mundo de los sacramentos, cuyo principal problema será su cosificación. Lejos estamos de la concepción de los sacramentos como misterios de Dios, son más bien elementos de un repertorio, símbolos cuasi-mágicos, eficaces por si mismos.

<< >>
1
Hosted by www.Geocities.ws