23. Teo. sacramentos iniciación. El bautismo en la Iglesia medieval.
23. Teo. sacramentos iniciación  

EL BAUTISMO EN LA IGLESIA MEDIEVAL.

La creatividad litúrgica en los siglos medievales fue más bien escasa. Hubo algunas renovaciones litúrgicas, aunque escasas. Esa realidad se vio contrarrestada, al menos en parte, con las reflexiones y la sistematización de la teología escolástica, ya la final del periodo

La tendencia de bautizar a los niños se generalizó, apenas habría excepciones a estas prácticas, salvo los bautismos de adultos por la evangelización creciente de Centroeuropa, pero la alta mortalidad infantil, y el miedo a la condena futura, desembocó en la necesidad de bautizar automáticamente a los niños al nacer, siendo signo de identidad de la sociedad cristiana que se construía.

Hasta ahora el cristianismo se había concentrado en las ciudades principales del Imperio, pero en los siglos VI y VII, en Occidente, con la llegada de los pueblos centroeuropeos, y el éxodo al mundo rural, la parroquia muestra signos nuevos de fortaleza. El obispo, no pudiendo atender todos los deberes litúrgicos, envía a los presbíteros como delegados suyos. Entre las funciones que tendrán estará la de bautizar a los infantes o adultos. La cuestión será que la Confirmación quedará reservada para el obispo, administrándose en las visitas que hiciera en el futuro a estos territorios. De ahí que Bautismo y Confirmación se separaran, languideciendo la práctica de la Confirmación. Oriente mantuvo no obstante la unidad entre Confirmación y Bautismo, al igual que se venía haciendo en la época patrística.

En los siglos de la Baja Edad Media, la práctica bautismal para niños es generalizada y se realiza en cualquier momento del año. Hay algunos cambios en los signos, que tienden a hacerse más escuetos. Las triple inmersión se simplifica siendo suplantada por una simple infusión de agua

Lo más interesante de este periodo es la elaboración teológica de los escolásticos. Por influencia del aristotelismo, dirimen la configuración del sacramento en materia y forma, con sus cuatro causas; discuten también sobre la eficacia objetiva del sacramento y la disposición sujetiva del hombre. Son objeto de preocupación la formación del hombre que recibe el sacramento o la lucha que implica contra el pecado, incluido el pecado original. La teología ya trataba por separado este sacramento en relación con la Confirmación.

El periodo en general podemos caracterizarlo por una pérdida simbólica y ritual. Se pierde la dimensión histórico salvífica, abundando más en el Bautismo como acontecimiento, los teólogos son más especulativos y conceptuales, marginando las cuestiones eclesiales o simbólicas.

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