LA CONFIRMACIÓN EN LA IGLESIA MEDIEVAL.

Poco a poco la práctica pastoral de la Iglesia fue dilatando en el tiempo la celebración de los sacramentos de iniciación. Las parroquias, distantes de la ciudad donde residía el Obispo, celebraban el bautismo de manos del sacerdote, enviado por éste. En la visita pastoral del Obispo se acostumbraba a confirmar a todos los cristianos no confirmados, siendo de edades muy dispares. En algunos rituales de la época se recomendaba no esperar mucho entre el Bautismo y la Confirmación, pero la realidad se fue imponiendo, perdiendo su sentido iniciático. Recibían la Confirmación no atendiendo a la preparación, sino en virtud de la dificultad del Obispo en visitar su diócesis.

Lo cierto es que la separación entre Bautismo y Confirmación se fue haciendo mayor. El Bautismo se celebraba en los siguientes días después de nacer, y la Confirmación en la próxima visita del Obispo. Esta tradición se ha mantenido casi hasta nuestros días en nuestro país. En otros lugares la práctica medieval fue esperar a los siete años para confirmar, no haciéndolo antes de esa edad.

La especulación teológica en Occidente fue dando menos importancia a la imposición de manos frente a la unción, entendiendo como un elemento secundario. La teología en los siglos posteriores fue dando más importancia en Occidente al don del Espíritu Santo recibido, llegando en la Escolástica a contar como un sacramento separado del Bautismo, diferente y distinto. Aparecía así en la lista de los siete sacramentos.

El interés teológico por la Confirmación fue languideciendo en favor del Bautismo. No obstante, la teología Bajomedieval mantuvo la tradición de los Padres de la Iglesia. La Confirmación fue adquiriendo un matiz ascético y profético importante. Era la fuerza para vencer a los enemigos de la fe. Aunque hay que señalar que la labor de sistematización de Santo Tomas fue la más lograda durante ese periodo de tiempo. Ya había sido iniciada esa tarea teológica en autores anteriores, pero es Santo Tomás el que esquematiza el sacramento hablando de sus causas: eficiente, formal, material y final. El sacramento se vio condenado a perder gran parte de su carga simbólica, pero fue explicado más sistemáticamente.