25. Teo. sacramentos de la misión. Ritual del sacramento del matrimonio.
25. Teo. sacramentos de la misión  

RITUAL DEL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO.

El ritual del Matrimonio se desarrolla con una entrada, una liturgia de la palabra, una liturgia del sacramento o gestual y finalmente con la despedida. El matrimonio suele celebrarse con la Eucaristía, que es el sacramento centro y culmen de la vida cristiana. En el ritual hay que tener en cuenta que los que se casan son los esposos, es decir son los ministros del sacramento del Matrimonio, por eso han de tener un lugar destacado y especial en la celebración. No conviene que estén de espaldas al Pueblo convocado. Tampoco hay que olvidar que el sacerdote preside la celebración, sin ser el protagonista, es un testigo cualificado del sacramento. Es además verdadero ministro en la Eucaristía que se sigue. Junto a los esposos pueden estar también según las costumbres locales y en nuestro país suele ser así, los testigos, padres y padrinos, o sólo los padrinos.

En la entrada puede celebrarse una procesión hasta el altar, desde la entrada del templo, junto con la comitiva, o bien el sacerdote puede esperar en el altar a que se acerquen los esposos. Lo importante es la preparación para el ambiente festivo, de alegría y disposición para celebrar el sacramento.

Tras la liturgia de la palabra y la homilía, se inicia propiamente la celebración del sacramento del Matrimonio. Se ponen de pie durante el interrogatorio primero llamado escrutinio. En este momento se les pregunta sobre su compromiso en la fidelidad y en la fecundidad. Las preguntas y las respuestas son las siguientes, que hace el sacerdote con los nombres de los novios primero. "¿Venís a contraer matrimonio sin ser coaccionados, libre y voluntariamente?". Se responde afirmativamente. Esta pregunta es común también al matrimonio civil. Es decir, se sondea para comprobar que las personas actúan libremente en el gesto concreto. En la segunda se pregunta: "¿Estáis decididos a amaros y respetaros mutuamente, siguiendo el modo de vida propio del matrimonio, durante toda la vida?". Se responde: "Sí estamos decididos". La tercera pregunta, relativa a la fecundidad dice lo siguiente: "Estáis dispuestos a recibir de Dios responsable y amorosamente los hijos, y a educarlos según la ley de Cristo y de su Iglesia? Sí estamos dispuestos". En este caso la respuesta es un compromiso concreto. No es una decisión como en la segunda pregunta, sino que verdaderamente es un compromiso con la misión de la fecundidad y la educación familiar.

Tras el escrutinio viene el consentimiento de la pareja, que deben realizarlo los dos alto y claro, públicamente están casándose, por eso cogen su mano derecha, como juramento y consentimiento. Las fórmulas pueden ser variadas, pero lo importantes es que públicamente manifiestan que reciben al otro como esposo o esposa y que prometen la fidelidad en el amor para siempre. El sacerdote confirma el consentimiento: "el Señor confirme este consentimiento vuestro, y os otorgue su bendición, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre". Se hace una breve alabanza a Dios por parte de los presentes y se continúa la celebración con dos gestos: la bendición y entrega de los anillos: "Recibe esta alianza en señal de mi amor y fidelidad a ti, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo", seguido de la bendición y entrega de las arras: "Recibe estas arras como prenda de la bendición de Dios y signo de los bienes que vamos a compartir".

Realizados estos gestos se pasa a la oración de los fieles, siempre atendiendo a las necesidades del mundo, pero sin olvidar la importante celebración que se ha tenido. Se continúa con el ofertorio de la Eucaristía. Llegado el comento de la comunión hay una bendición especial llamada bendición nupcial, que se hace después del padrenuestro y antes de la paz. Por supuesto se recomienda, al igual que en todas las celebraciones especiales que se comulgue bajo las dos especias, al menos los esposos y padrinos.

Algunos elementos populares de nuestra cultura se han ido incorporando a la celebración. Así normalmente la novia suele vestirse de blanco, y puede llevar velo, levantándolo el novio en el momento anterior al escrutinio. También está la costumbre de finalizada la celebración expresar la fecundidad arrojando sobre ellos arroz u otro tipo de bienes. Se invita a comer y a divertirse con los que han acompañado la celebración, alargando así la fiesta del sacramento.

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