Sigmund Freud, fundador del psicoanálisis, nació en Freiberg, de padres judíos. Se trasladó a vivir a
Viena donde estudió medicina especializándose en neuropatología, concretamente en la parálisis infantil y en los
problemas del lenguaje como la afasia. Por aquellas épocas los judíos no podían trabajar en instituciones públicas
como los hospitales, ni tampoco dar clases en la Universidad, por eso se situó en una consulta privada. Esto lo llevó
a tratar pacientes que padecían histeria, una reacción neurótica en la cual los conflictos emocionales son convertidos
en síntomas físicos como parálisis y sordera (en la actualidad, se prefiere el término trastorno de conversión al de
histeria).
Su paso a la psicopatología se produjo cuando conoció a Jean-Martin Charcot, médico especializado en enfermedades
nerviosas, que practicaba la hipnosis para curar a las enfermas de histeria en el Hospital de Salpetriere de París. El
Gobierno francés le concedió una beca a Freud para ir un año a estudiar en París y fue allí donde pudo observar
cómo unas mujeres paralíticas con un síndrome histérico, se levantaban durante las sesiones de hipnosis de Charcot.
Comprueba que hay un nivel mental que sigue funcionando en el inconsciente, incluso estando bajo los efectos de la
hipnosis.
En un principio, Freud procuró aliviar los síntomas de la histeria con hipnosis y electroimanes, pero pronto comprobó que
las "curas" así logradas eran temporales. En la búsqueda de una cura permanente inventó un instrumento psicológico para
la exploración de la personalidad, denominado
asociación libre gracias al cual descubrió el reino inconsciente
de la vida psíquica.
Fue fundamentalmente esta exploración de la vida psíquica inconsciente de sus pacientes lo que lo inspiró para crear el
psicoanálisis, realización primordial de Freud y puntal de su fama. El
psicoanálisis es a la vez un método
terapéutico y una teoría de la personalidad.
Junto a su amigo Joseph Breuer, que también tenía una consulta en Viena, es cómo Freud hizo su paso hacia el Psicoanálisis.
Breuer trataba una paciente,
Anna O. que tenía desmayos, taquicardias y problemas cutáneos, pero gracias a la
hipnosis estos síntomas se iban reduciendo e incluso desaparecían. Lo que producía dichos problemas en la paciente fueron
los abusos sexuales que sufrió en su infancia por un familiar. Fue a partir de aquí que Freud dijo que detrás de cada
problema psicológico existe también otro problema sexual.
Para Freud la mente tiene tres subsistemas: el consciente o lo que estamos pensando, el preconsciente
que es lo que no hay en el consciente, pero en cualquier momento puede estarlo y el inconsciente que se encuentra
oculto y nuestra mente no permite que aflore, sólo sale a través de los sueños, de los errores que cometemos sin
querer, de las asociaciones libres o bajo hipnosis. Dijo que los procesos psíquicos son en sí mismo inconscientes
y que los procesos conscientes no son sino actos aislados o fracciones de la vida anímica total. Esta afirmación
está relacionada con el segundo principio donde determinados impulsos instintivos los clasifica de impulsos
sexuales. Según Freud la líbido es la fuerza impulsiva que representa el instinto sexual, la energía relacionada
con todas las emociones que denominamos con el término amor. La evolución de la líbido en el hombre
pasa por cuatro fases desde su nacimiento: oral, sádica, anal y fálica.
Otro esquema mental que describe Freud es a partir de tres instancias denomionadas Ello, Yo
y Super-Yo. De todas ellas, la parte más profunda de la psique es el Ello, en el cual radica todo lo heredado,
los impulsos instintivos y predomina el "principio del placer". Es inconsciente en su totalidad. El Yo es el
"principio de realidad", es consciente y tiene la función de la comprobación de la realidad, así como
la regulación y control de los deseos e impulsos provinientes del Ello. Más adelante, el Yo da lugar al nacimiento
del Super-Yo, que es el representante interior de la autoridad y normas de los padres, así como de la educación
recibida y de la sociedad en general, tiene un campo inconsciente con algo consciente.
Freud es uno de los más famosos psicólogos que hayan existido jamás. Sus contribuciones a la psicología del aspecto
inconsciente de la vida mental son múltiples, e incluyen el estudio de la conducta normal, la amnesia, la angustia, los
sueños, la personalidad, el desarrollo psicosexual y los motivos inconscientes.
Entre sus numerosas hipótesis se encuentra la que las ideas, motivos y recuerdos inconscientes desempeñan un importante
papel en la vida cotidiana, ejerciendo control sobre gran parte de nuestro comportamiento. Esta se pone de manifiesto en
los deslices verbales, los sueños, los síntomas neuróticos, etc. La doctrina de los elementos inconscientes, en caso de ser
correcta, revestiría enorme importancia.
Las dos grandes temáticas que recorren la obra de Freud son el sexo y la agresión. Se diría que el sexo es el gran tema
ascendente en la vida, es la fuerza que da cuenta no sólo de la vida del individuo sino de las generaciones futuras. Al
conjunto de instintos (pulsiones biológicas) relacionados con la supervivencia los llamó Eros, por el termino griego
que designaba al amor, y entendía que la agresión (incluida la autoagresión) surgía de un instinto de muerte al que
denominó Tánatos, a partir del dios griego de la muerte. Estas dos fuerzas batallaban entre sí a lo largo de
toda la vida del organismo; al comienzo Eros es más poderoso, pero al final Tánatos termina triunfando. Si bien los
conceptos de Eros y Tánatos son algo románticos, es verdad que para los terapeutas gran parte de la conducta inadaptada
se expresa como dificultades sexuales e impulsos agresivos. Así pues, Freud señaló a los futuros trabajadores de la salud mental,
en general, la dirección correcta.
Freud fue un autor prolífico. Una de las ediciones de BUS obras contiene más de 20 volúmenes. Entre sus libros mejor
conocidos se encuentran La interpretación de los sueños (1900), Obras completas tomos 1 y 2, tomos
4 y 5, Psicopatología de la vida cotidiana (1901), Obras completas, tomo 6, Conferencias de introducción
al psicoanalista (1916-17), Obras completas, tomos 15 y 16 y El yo y el ello (1923), Obras
completas, tomo 19.