Es la parte más delgada de la cuenca de la república, esta región comprende los estados de Oaxaca y Veracruz en su porción oriental, de la misma manera existe un mestizaje cultural que se ve manifestado desde la indumentaria hasta las diferentes lenguas que se hablan por aquí.
El
pueblo no es muy bonito, sin embargo, lo que nos atrajo fue la fuerte tendencia
de las lugareñas de usar la ropa típica de los zapotecas
del
itsmo. Una indumentaria que se caracteriza por el colorido y los elaborados
bordados que llevan generalmente una semana para su elaboración.
Si van entre semana pueden ver como elaboran esto vestidos en el DIF (Desarrollo Integral e la Familia) muy cerca del centro (todo lo esta) y maldita sea, adivinen en que día fuimos...
El mercado de artesanías debería llamarse de huaraches y sombreros, debido a que el 70% del mercado tiene estos productos, a pesar de ello, en el otro 30% se encuentran excelentes trabajos textiles a precios directos del artesano.
Es posible que a alguien le parezca mucho el dinero que debe pagar por la ropa típica, sin embargo, analizando el trabajo que conlleva se pueden dar cuenta que esta regalado, días de trabajo manual en doscientos pesos, los cuales con intermediarios podría costar hasta $3,000.00 pesos.
Los domingos son muy importantes aquí porque todas las señoras se visten de gala para ir a la iglesia, evidentemente no es la gala mamona de la alta sociedad, si no de lo más profundo de México.
Cerca
de ahí existe un ojo de agua anteriormente natural y que actualmente
es un balneario que deprime al verlo, sabemos que la gente se debe entretener
en algo, pero ¿porqué jodiendo el entorno? – maldita sea
-. Bueno la zona esta rodeada de una excelente sierra con frondosa vegetación,
así pues vale la pena visitar el lugar. Para llegar al ojo de agua
deben tomar un camión de segunda (enfrente de los de primera) que
vaya a Ixtepec y de ahí tomar a Tlacotepec.
Zona arqueológica mandada hacer por el rey Cosijoesa, consiste en una montaña fortificada por paredes de aproximadamente 20 km. de largo y 7 de ancho, el lugar fue muy útil durante la época de guerra ya que los guerreros que protegían el pueblo de Tehuantepec controlaban el lugar desde ahí previniendo posibles ataques.
Lo
interesante del lugar es lo inaccesible para llegar, lo cual constituye
un reto de 14 km. de campo traviesa, la manera de llegar desde Juchitán
es tomando un camión de segunda que los lleve a Tehuantepec
y
como nos dicta la ley de las masas donde se bajen todos ustedes también,
luego esperen ahí mismo otro que los lleve a Xalapa del Marques,
se bajan en la desviación a la zona arqueológica y a caminar
y caminar para luego seguir caminando pero ahora cuesta arriba, vale la
pena el paisaje de exuberante vegetación y siempre con la esperanza
de encontrase un tigrillo, ya que dicen que ahí hay. Dentro de esta
vegetación pueden observar monticulos que pertenecen a la zona,
así mismo los remanentes de la muralla. Este lugar no es tan llamativo
para muchos debido a que no ha sido restaurado, sin embargo, para otros
como nosotros esto le da un atractivo especial.
Es posible que además encuentren coralillos o cascabeles, si ven alguna simplemente no se metan con ella y seguirá su camino. De la misma manera los tigrillos son habitantes del lugar, no los maten, les aseguramos que tienen más miedo que ustedes.
Si corren con suerte encontrarán a los guías del lugar y probablemente les den un aventon de regreso en su moto, si no se chingan como nosotros y se regresan a pie.
En la entrada comimos a morir y reposamos como es nuestra costumbre aprovechando la ocación para fraternizar. En esta ocasión la ideología de los lugareños nos decepcionó, carecen de una conciencia ecológica, matan a un animal por el simple hecho de encontrárselo, o bien lo capturan para ser vendido.
Una
muchacha nos mostró un par de coaties, que había
cazado en la selva y los iba a vender como ha hecho con ciervos y
otras especies del lugar por $200,00, es difícil juzgar casos así
ya que por un lado da coraje como conservasionista, pero como culpar a
alguien que se esta muriendo de hambre. La falta de educación de
parte del gobierno mexicano se hace notoria.
Parecía que en Xalapa del Marquez había
algo interesante porque todos iban para allá y nada para Tehuantepec,
que es donde íbamos, finalmente llegó un camión y
ya en Tehuantepec dábamos las nalgas y no conocimos
el lugar, inmediatamente nos fuimos a Salina Cruz para tomar
otro a Huatulco.