Pájaros que se pierden en la altura. Pasa una nube, quieta, a la deriva. Solos y frente a frente, el monte y yo No nos hemos cansado de mirarnos.   La cumbre, el monasterio. Ya es noche. Alzo la mano y toco a las estrellas. Hablo en voz baja: temo que se despierte el cielo. ¿Por qué vivo en la colina verde-jade? Río y no respondo. Mi corazón sereno: Flor de durazno que arrastra la corriente. No el mundo de los hombres, Bajo otro cielo vivo, en otra tierra.

Estudiante de Shao Lin Ch'i

Provocar y permitir

Es sumamente difícil desprenderse del encantamiento del mundo que nos rodea, desapegarnos de las circunstancias en que estamos inmersos, desconectar de todo cuanto nos lastima. Es mucho más fácil conformarnos sin mas, dejándonos llevar por todo cuanto nos acontece agradablemente, sumergiéndonos en aquello que distrae nuestra atención y nos permite ignorar todo lo que no deseamos ver.

Esperamos en vano que surga ese maravilloso momento, esa circunstancia fortuita, que nos indicará, que nos mostrará, ... desperdiciando lastimosamente nuestra vida en esa espera, anhelando ilúsamente que se produzca ese milagro celestial, una chispa, quizás una intuición, un encuentro inesperado, que nos haga ver que por fin hemos despertado, que hemos sido iluminados, que hemos comprendido; únicamente nosotros podemos, debemos, abonar el terreno, procurando las condiciones necesarias para hacer posible ese momento íntimo, personal.

No se producirá ningún milagro por sí solo, a no ser que uno mismo lo provoque. Con nuestra espera lo único que conseguimos es vegetar, pasando por la vida sin habernos enterado, esperando no se sabe qué.

Habiendo esa inquietud dentro de nosotros, es necesario enfocar nuestra atención, nuestros esfuerzos, en una dirección concreta, provocando las circunstancias propicias y luego permitiendo que se geste. Es imposible forzarlo, pero si no lo mueves nunca se producirá. Pero, ¿qué es lo que se produce entonces? No siempre los resultados son los esperados, incluso a veces indeseados; no siempre propicios o acorde a nuestras perspectivas.

Y es que cada persona va a encontrar no según lo que cree estar buscando, sino según su capacidad de percepción, de visión íntima. Es, pues, muy importante comprender que la búsqueda es de algo incierto, desconocido. Si en esta nuestra búsqueda tenemos en mente cual es la meta, la respuesta, jamás alcanzaremos a verla aún encontrándonos frente a ella. Cuando existe una fuerte inquietud, una imperiosa necesidad, a menudo no vemos lo que es, sino lo que buscamos aún no siendo cierto. Nuestra mente se encarga del trabajo de hacernos ver como real la ilusión ...

Provocar y permitir, con mente abierta, sin predisposición. Dice un antiguo adagio que debes vaciar primero tu taza para poder apreciar el té que te ofrecen. De lo contrario, hay una mezcla de sabores que no permite saborear la esencia de ninguno de los dos.

Plantador de Pinos > Comprendiendo > Milagro