Recolección de datos: técnicas de
investigación de campo
Roxana Loubet Orozco
1.
Definición
y utilidad
Las técnicas de investigación de campo son
aquellas que le sirven al investigador para relacionarse con el objeto y
construir por sí mismo la realidad estudiada.
Tienen el propósito de recopilar información empírica sobre la realidad
del fenómeno a estudiar (Rodrigues, 1982:60) y son útiles para estudiar a fondo un fenómeno en un ambiente determinado.
Con estas técnicas el investigador puede acercarse a
información que no ha sido documentada; es decir, estudiar aquello de lo
que no hay nada escrito todavía.
2.
Selección
de las técnicas
¿De
qué depende la selección de cada técnica?
Seleccionar una
técnica dependerá principalmente del problema de
investigación y del enfoque con el que se pretenda investigar.
Por
ejemplo si mi problema de investigación implica el estudio de
aspectos cuantitativos
como magnitud, promedio, proporción o necesito conocer variables que se
pueden medir como edad, sexo, ocupación, escolaridad, religión, opinión
de una extensa cantidad de población, la técnica más adecuada será la encuesta.
Si necesito recabar información especializada o de expertos sobre un tema
determinado, lo mejor será la entrevista
estructurada. Pero si mi problema supone un enfoque
cualitativo que no puedo medir y por lo tanto necesito
información que me lleve a conocer a fondo a un grupo reducido de
personas o investigar por qué presentan tal o cual comportamiento o
tal o cual opinión, entonces lo más adecuado será utilizar una entrevista
no estructurada o hacer una historia de
vida.
Estos
son sólo algunos ejemplos de cómo la técnica se deriva del problema de
investigación y del enfoque. Otras técnicas que sirven para recopilar
información de corte cuantitativa son el experimento
y la observación pasiva. Para obtener
información de tipo cualitativa también se pueden utilizar las técnica
de observación activa o participante
y los grupos de discusión.
3.
Experimento
Para Giddens el experimento es "un intento
de comprobar una hipótesis bajo condiciones supervisadas de cerca por un
investigador. En un experimento el investigador controla directamente las
circunstancias que estudia" (1998:688).
En el campo de las ciencias naturales es recurrente el
uso del experimento dado que es factible controlar en un laboratorio la
aplicación de variables experimentales y la influencia de variables
extrañas.
En cambio, las características del objeto de estudio
de las ciencias sociales reduce el empleo del experimento; la
investigación de individuos y grupos es difícil realizarla en el
laboratorio: "Sólo los grupos pequeños de individuos resultan
manejables en un laboratorio y, en tales experimentos, la gente sabe que
está siendo estudiada y puede comportarse de manera poco natural"
(Giddens, 1998:688).
Sin embargo, si bien el experimento puro –control
absoluto de variables en un ambiente artificial– es poco probable en el
análisis de las conductas individuales y sociales, sí es posible
introducir variables experimentales y ejercer cierto control en ambientes
naturales, es decir, en el espacio mismo donde la gente se desenvuelve
cotidianamente. A esta modalidad de experimentos se les llama cuasiexperimentos
o experimentos de campo, dado que no son pues, experimentos en
el sentido neto.
Según Aroldo Rodrígues (1982) el experimento de campo
es el método de investigación más deseable en la psicología social y
tiene la ventaja de estudiar los comportamientos tal y como ocurren en su
ambiente natural. La desventaja, agrega Rodrígues, "es la posible
aprensión de la evaluación que puedan mostrar los sujetos de la
experiencia" (1982:64); es decir, los sujetos al sentirse evaluados,
pueden modificar o forzar un comportamiento, lo que "podría llevar
al investigador a conclusiones erróneas acerca de los efectos de las
variables manipuladas" (Rodrígues, 1982:64).
Ejemplo de un experimento de campo se describe en
Rodrígues (1982:126):
En un estudio sobre la reacción a las
evaluaciones desfavorables realizadas por otras personas con
relación al yo (self), Harvey, Kelly y Shapiro
(1957) crearon la siguiente situación experimental: "en la
primera sesión, cada S se autoevaluó en relación con un número
determinado de importantes características sociales. En la
segunda etapa del experimento, se les pidió a cada uno de los S
que evaluasen a alguna otra persona del aula; en algunos casos, a
una persona que lo conocía, y en otros, a personas desconocidas.
Se le mostró entonces al S evaluaciones sobre sí, supuestamente
hechas por esta otra persona (...señalada como fuente), pero que
en realidad eran ficticias. Dichas evaluaciones eran inferiores a
su autoevaluación previa, siendo en algunos casos muy inferiores
a la misma y otros sólo en pequeña proporción. A continuación
el S hacía una nueva autoevaluación, evaluaba a la persona cuyas
opiniones acababa de conocer y contestaba un breve cuestionario en
relación con sus sentimientos respecto a las evaluaciones y a la
otra persona. Finalmente se le pedía que recordase cómo lo
había evaluado la otra persona" (pág. 37). Los resultados
demostraron entre otras cosas, que los Ss deprecian a la fuente
luego de conocer el resultado negativo de la evaluación que la
fuente hizo sobre ellos, interpretan dichas evaluaciones como más
favorables de lo que en realidad son y disocian la fuente de
evaluación negativa, negando la relación causal entre ésta y la
fuente.
|
4.
Observación
La observación es una práctica que se utiliza
tanto en los métodos cuantitativos como en los cualitativos, la
diferencia estriba en la forma de ejercerla. Cuando el observador es
pasivo y sólo mide y registra acontecimientos o conductas regulares se
acerca a la metodología cuantitativa; cuando, por el contrario, el
observador se involucra con el objeto de investigación y participa
cercanamente en las actividades del grupo de estudio, posibilita la
comprensión de los procesos simbólicos, de los significados de las
acciones que los mismos individuos le imprimen, es decir, se aproxima a
una metodología de corte cualitativo.
Observar no sólo significa ver con los ojos,
sino con todos los sentidos. Los básicos son: la vista, el olfato, el
tacto, el oído, el gusto. Según sea el objeto estudiado será la
participación y/o la intensidad de uno o más sentidos.
4.1
Observación pasiva
También denominada observación directa, ordinaria
o no participante, es aquella que permite la observación de
los fenómenos desde fuera. Cuando se observa un grupo de población, el
investigador se mantiene como agente externo, sin involucrarse como parte
del grupo.
Para aplicar esta técnica es necesario definir el
objetivo o finalidad de la observación.
Se recomienda la utilización de una guía de
observación y fichas de trabajo de campo en las que se
registren los hechos más importantes para la investigación. Asimismo, si
es posible y si no repercute en la "normalidad" del objeto
estudiado, se podrá hacer uso de instrumentos como grabadoras, cámaras
fotográficas o de video.
4.2
Observación participante
La observación participante o activa se
caracteriza por llevarse a cabo como miembro de un grupo, es decir,
"implica que el observador intervenga en la vida del grupo, participe
en sus actividades" (Duverger, 1978:330).
Este tipo de observación es una técnica que permite
enlazarse activamente con el objeto de investigación. Ésta
"funciona como observación sistematizada natural de grupos reales o
comunidades en su vida cotidiana, y que fundamentalmente emplea la
estrategia empírica y las técnicas de registro cualitativo"
(Gutiérrez y Delgado, 1995:144).
Siguiendo a Gutiérrez y Delgado (1995:145), algunas de
las condiciones que posibilitan la práctica de la observación
participante son:
El investigador en general debe ser un
extraño a su objeto de investigación.
Debe convivir integradamente en el sistema a
estudiar. Es decir, tener una participación activa en la vida cotidiana
y residir en ella durante un período más o menos largo generalmente
adoptando funciones específicas dentro de la comunidad estudiada
(médico, maestro, transportista, etc.).
El investigador debe escribir una monografía
etnográfica empleando el género del "realismo etnográfico".
La observación participante registra datos a través
de árboles genealógicos, confección de historias de vida,
sistematización de un diario de campo, registro de audiovisuales de
rituales y ceremonias, la fotografía, etc. (Gutiérrez y Delgado,
1995:145).
En cuanto a los instrumentos a utilizar Gutiérrez y
Delgado afirman que:
(...) utilizar grabadora grande o pequeña, con pilas
o conectada a la red; tomar notas en un cuaderno o intentar memorizar,
que el cuaderno sea cuadriculado o milimetrado, con margen o sin margen,
que sean varios cuadernos llamados diario, cuadernos de campo y
cuadernos temáticos, etc., sólo encuentran sentido en el marco de la
discusión de sus presuntas implicaciones metodológicas y
epistemológicas. La paciencia y la imaginación son siempre buenas
consejeras del observador/lector (1995:143).
En este sentido, la técnica de observación
participante se resuelve en el proceso mismo en la medida que el
investigador reconoce el terreno y se integra al grupo; por otro lado,
permite la adaptación ante "nuevas circunstancias inesperadas y
aprovechar las oportunidades que pudieran surgir durante el estudio"
(Giddens, 1998:683).
Asimismo, este tipo de estudios tiene como ventaja la
probabilidad de obtener resultados inesperados que confronten las ideas
preconcebidas que tenía el investigador sobre un determinado grupo o
hecho (Giddens, 1998:683-684).
Una desventaja de la observación participante
es que el investigador se involucre a tal grado con el grupo que llegue a
perder de vista las circunstancias objetivas y domine el factor subjetivo
en su apreciación.
5.
Encuesta
La encuesta es una técnica de interrogatorio
que emplea el cuestionario como instrumento. El cuestionario se
caracteriza por ser estructurado y presentarse por escrito. Tiene como ventajas:
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La posibilidad de aplicación extensiva, es
decir, a un gran número de población. |
|
Aplicarlo en forma indirecta enviándolo por
correo o dejándolo en manos del encuestado para después recogerlo. |
5.1
Tipos de preguntas
Para elaborar el cuestionario se puede optar por tres
tipos de preguntas:
a.
Cerradas
Son preguntas cerradas cuando el encuestado sólo tiene
una alternativa de respuesta; por ejemplo: sí, no o no
sé; de acuerdo, indiferente, o en desacuerdo, etc.
b.
Abiertas
En las preguntas abiertas se deja al encuestado
contestar en forma "libre" para que exprese a su manera
la respuesta.
c.
Abanico (o de opción múltiple)
Con las preguntas de abanico se propone al encuestado
un determinado número de respuestas a escoger. Éste puede elegir una
o más opciones. Si es necesario se le puede indicar que especifique
la respuesta considerada como principal o que ordene por grado de
importancia. Es recomendable dejar abierta la posibilidad de respuesta,
agregando la opción otro y pidiéndole entre paréntesis que
especifique.
A decir de Duverger (1978:230), las preguntas de
abanico tienen grandes ventajas, ya que:
Permiten un profundo examen, casi tan bueno como
el de las abiertas y mucho más serio que el de las preguntas
cerradas.
Aseguran una codificación y una interpretación
casi tan fáciles como las de las preguntas cerradas, reduciendo al
mínimo los riesgos de interpretación personal.
Ayudan al individuo a responder,
proporcionándole unos puntos de partida que le permitan elucidar su
pensamiento.
Por otro lado, la inconveniencia de las
preguntas de abanico reside en:
(...) su tendencia a sugerir respuestas determinadas.
El individuo interrogado elige a menudo una respuesta en la que no
había pensado antes de la encuesta; la actitud de los indagadores puede
agravar este peligro de sugestión. Una apropiada formación de los
indagadores puede disminuirlo, pero no es posible eliminarlo por
completo (Duverger, 1978:230).
5.2
Clasificación
de las preguntas según la naturaleza de las respuestas
Duverger (1978) propone una clasificación de las
preguntas según la naturaleza de la respuesta.
a.
Preguntas de hecho y de acción
Las preguntas de hecho son comunes en los censos. Se
piden datos específicos sobre un aspecto determinado, como la edad, sexo,
profesión, domicilio, etc. Las preguntas de acción inquieren acerca de
una actividad realizada y/o el porqué de ella.
b.
Preguntas de intención o de opinión
Interrogan al encuestado acerca de lo que haría o
preferiría ante una determinada situación, es decir, se le pide
contestar ante una acción teórica o hipotética. Las respuestas se
tomarán como reveladoras de la opinión pero no una manifestación segura
de la acción.
c.
Preguntas-test
Este tipo de preguntas aportan indicios de un hecho u
opinión que el encuestado no quiere revelar directamente.
5.3
Recomendaciones para
la elaboración del cuestionario
Las preguntas del cuestionario deberán ser
ordenadas rigurosamente. Se recomienda dividir por baterías o bloques
de preguntas.
La redacción debe ser lo más clara posible y
tomando en cuenta la población a quien va dirigido el cuestionario.
Las instrucciones deberán indicar con precisión
la forma en que se contestará el cuestionario.
Una de las garantías que ofrece el cuestionario
para el sujeto encuestado es el anonimato. Este hecho aumenta la
posibilidad de que el sujeto proporcione información veraz. Por ello
se sugiere evitar preguntar el nombre de la persona encuestada, a
menos que sea estrictamente necesario para la investigación.
Para la identificación del cuestionario se pueden
utilizar números.
La presentación del formato de cuestionario debe
facilitar su lectura y su llenado. Asimismo, se recomienda limpieza y
cuidado ortográfico y mecanográfico.
6.
Entrevista
La entrevista es una técnica de interrogatorio
que se caracteriza por su aplicación interpersonal o "cara a
cara".
Ésta se utiliza con el fin de obtener información en
forma amplia y detallada, por ello las preguntas suelen ser abiertas y se
aplica a quienes poseen datos y experiencias relevantes para el estudio.
Al realizar una entrevista es necesario cultivar el
arte de escuchar, no sólo oír y recordar, sino también "aparentar
que se escucha" a través del lenguaje corporal y el contacto ocular
(Woods, 1989:93).
Se recomienda no juzgar las ideas de los entrevistados
y adaptarse a sus normas o condiciones de vida. Es mejor, "ponerse de
su lado" para inspirarles confianza y proporcionen al investigador la
información necesaria.
Los datos obtenidos se anotan en fichas de campo o, si
es posible, se hará uso de una grabadora o cámara de video.
La entrevista es muy útil para trabajar
"historias de vida" o cuando se requiere información
especializada.
Por último, la entrevista puede ser estructurada o no
estructurada (esta última también llamada entrevista "libre").
6.1
Entrevista estructurada
Se denomina estructurada cuando el entrevistador
prepara previamente una guía de preguntas con un orden definido.
Llevar a efecto este tipo de entrevista demanda
información suficiente sobre el tema u objeto de estudio así como de
claridad acerca de la información requerida para alcanzar los objetivos,
es decir, saber con precisión qué datos necesitará recopilar a través
de la entrevista.
Asimismo, se recomienda su uso para aplicarlas a
especialistas o "informantes clave" o, cuando el entrevistador
no tiene suficiente experiencia, con el fin de evitar perder el objetivo
de la entrevista.
6.2
Entrevista no estructurada
o "libre"
A esta forma de entrevista se recurre cuando no se
cuenta con suficiente información sobre el tema o para efectuar una
entrevista en profundidad, es decir, una entrevista que rescate datos
significativos de la persona a medida que se desarrolla la conversación.
Si bien se define previamente un objetivo, las
preguntas se formulan conforme transcurre el proceso de entrevista, a
partir de lo que la persona entrevistada va diciendo.
La entrevista no estructurada facilita la expresión de
opiniones y hechos personales (Woods, 1989:80). Se puede obtener
información acerca de "cómo los sujetos diversos actúan y
reconstruyen el sistema de representaciones sociales en sus prácticas
individuales" (Alonso, 1995:226).
El interés de este tipo de entrevista más que en el
registro de hechos se centra en la expresión directa de la actitud del
emisor, de la emoción expresada como reflejo de su
subjetividad ante el referente de investigación (Alonso, 1995:226).
Para Alonso la información obtenida con la ayuda de
esta técnica, proporciona "una orientación e interpretación
significativa de la experiencia del entrevistado. Orientación,
deformación o interpretación que muchas veces resulta más interesante
informativamente que la propia exposición cronológica o sistemática de
acontecimientos más o menos factuales" (1995:226).
7.
Historias de vida
La técnica de historia de vida recoge los relatos
de la gente tal y como surgen; "están formados por relatos
que se producen con una intención: elaborar y transmitir una memoria
personal o colectiva, que hace referencia a las formas de vida de una
comunidad en un período histórico concreto" (Santamarina y Marinas,
1995:258).
Además de los recuerdos de la gente, las historias de
vida suelen construirse también con la ayuda de cartas, informes de la
época o descripciones de periódicos para ampliar la información que da
el individuo y tener un parámetro de comparación (Giddens, 1998:688).
8.
Grupos de discusión
La investigación con grupos de discusión es
una práctica de corte cualitativo. Es valiosa en tanto que el grupo
permite que se exteriorice el discurso social del individuo
(Canales y Peinado, 1995:290-291).
Los grupos de discusión sirven complementariamente a
la entrevista en profundidad, pues de los primeros se obtiene información
colectiva: "Los grupos no nos proporcionan conocimiento sobre los
comportamientos, sino sobre los sistemas de representaciones en relación
con los objetos de estudio" (Alonso, 1995:227).
Pérez Adán explica que el procedimiento a seguir en
la técnica de grupos de discusión
consiste en recoger un texto hablado –a través de
su reproducción literal en cinta magnetofónica– que es resultado de
la expresión espontánea de un grupo de participantes, cuyo número
oscila de siete a diez miembros (...). [El investigador] asiste como
observador no directivo a la reunión del grupo (1997:51).
Por último, los grupos de discusión, agrega Pérez
Adán (1997) son útiles para obtener información acerca de la estructura
social de los sujetos o grupos a partir de sus expresiones de
"posición social", así como sobre sus orientaciones
ideológicas o estructura latente de deseos.
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