JUNQUERA Y ZONAS
CERCANAS ENLACES A OTRAS PÁGINAS AL
FINAL. |
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El pueblo donde nací…
y a pesar de mi corta edad (6 años y dos meses) cuando nos tocó
emigrar a Argentina, tengo recuerdos y vivencias muy agradables de distintos
sucesos. |
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VISTA AÉREA DE JUNQUERA (GOOGLE) |
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ENTRADA AL PUEBLO – FOTO DE GOOGLE |
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BAR JESUS - AQUÍ EMPIEZA EL PUEBLO – FOTO DE GOOGLE |
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A |
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EN EL BAR, CON MI PRIMO MANOLITO, ALBERTO Y
FLORENTINO |
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CASA DONDE VIVE ACTUALMENTE ALBERTO, EN JUNQUERA.
– ORIGINALMENTE ERA DE MI ABUELO JOSÉ, TAMBIÉN DE MI TIO
MANOLO, LUEGO DE MI PRIMO MANOLITO (EN |
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CASA DE MI ABUELO “JUANILLO” POR PARTE
DE MI PADRE, TAMBIÉN CENTENARIA – UN PERSONAJE INCREIBLE DEL QUE
ABUNDAN MUCHAS HISTORIAS Y ANÉCDOTAS, PARA MÍ, UN HÉROE
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EN ESTE LUGAR HABÍA UNA CASA VIEJA IGUAL QUE
LAS DEMÁS, AQUÍ NACÍ Y VIVÍ HASTA LOS 6
AÑOS EN QUE EMIGRAMOS A ARGENTINA – EN |
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FUENTE DE AGUA MINERAL DE MONTAÑA, DE
1ª CALIDAD, EN VEGA, EL PUEBLO ANTERIOR, A |
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ALBERTO, CARGANDO 18 BIDONES DE |
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PRESA DE VILLAR EN EL RÍO TERA. EN EL FONDO
QUEDÓ TAPADO DE AGUA EL VIEJO MOLINO. LO ALCANCÉ A VER EN 1975,
CONFORMABA CON EL RIO Y UNA PEQUEÑA REPRESA UN PAISAJE MUY BONITO, QUE
EXPONGO EN |
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EL MOLINO DONDE IBAN A MOLER EL TRIGO LOS
CAMPESINOS DE VARIOS PUEBLOS CERCANOS. ESTE ES EL SITIO DONDE ACTUALMENTE
ESTÁ |
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FFCC A GALICIA, EN CONSTRUCCIÓN (TREN BALA)
– SE OBSERVA |
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FOTO DE GOOGLE Y UN ENLACE A UN VIDEO DE PUEBLA DE
SANABRIA: https://www.youtube.com/watch?v=-7LRW7XTDOA
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TOMANDO UN CAFÉ EN ÉSTE BOLICHE A
ORILLAS DEL LAGO DE PUEBLA DE SANABRIA |
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PUNTA DEL LAGO, AL LADO DEL BOLICHE DE ARRIBA |
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VIDEO
– JUNQUERA - BAJADO DE INTERNET |
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NOTAS AL MARGEN
SOBRE MI ABUELO, JUAN FUENTES (Juanillo). Solo voy a incluir
dos anécdotas de las muchas que tengo. Extraídas de mi libro
“Memorias de un emigrante Zamorano” CON EL JUEZ,
EN BENAVENTE. En una oportunidad mi tío Antonio, Hermano de
papá, le andaba "arrastrando el ala" a una de las mozas del
pueblo. Pero esta joven también era pretendida por otro mozo,
pongámosle José porque no recuerdo el nombre. El asunto es que
José le fue con un "cuento feo" sobre Antonio con la
intención de sacárselo de la cabeza y quedar él en
"ganador". Cuando Antonio se entera de esta situación, lo
buscó, lo encontró y le dio un palo en la cabeza que lo han
tenido que llevar a Benavente para curarlo y darle varios puntos en la
herida. Los padres de José hacen la denuncia policial, esto no se
estilaba, se dirimían las diferencias entre ellos a trompadas o a
palos, pero en este caso fue así. Un día le llega la citación a mi
abuelo que tenían que presentarse todos los protagonistas del hecho
con testigos y todo lo que tuvieran como prueba ante el juez de Benavente. Se
imaginan como se puso mi abuelo Juanillo, le salía fuego por los ojos,
lo quería matar a Antonio. Tenía que ir hasta Benavente afrontar
los gastos, la pérdida de tiempo y encima pagar la multa que
seguramente le pondría el juez; por más que Antonio le
quería contar lo que había pasado, el estaba furioso y no
quería escucharlo. Imaginen como era la vida en esos años... que
"trabajo" tenían los jueces que por una cosa menor iba a
hacer prácticamente un juicio oral... Bien, el día llegó y la sala
tenía varias personas, el acusado, la "víctima", sus
familiares, testigos y amigos. El juez en su estrado da comienzo a la
sesión exponiendo los hechos, también lo escrito sobre lo que
manifestó Antonio a llevarlo a proceder con esa violencia (el palo en
la cabeza). Cuando mi abuelo escuchó este alegato,
recién se enteró de la verdad de lo sucedido ya que antes, como
ya dije, no había querido "ni hablar" con Antonio.
Empezó a ponerse colorado de bronca e iba levantando presión
mientras el juez continuaba leyendo. La sentencia llegó pronto y en
ese mismo acto........ “por lo
tanto y de acuerdo a lo visto en este acto, condeno a Juan Fuentes a pagarle
a la familia damnificada la suma de 100 pesetas como indemnización por
las lesiones ocasionadas por su hijo Antonio a José García y
bla, bla, bla”. El abuelo Juanillo no aguantó más, se
levantó y fue hasta donde estaba José, que agachó la
cabeza y le dijo: Coño... tú le has hecho semejante cosa a mi hijo??,
eres un miserable mentiroso... se retiró de ahí y fue
hasta el estrado del Juez y ya muy enojado le dijo:
Señor Juez, aquí tiene usted las 100
pesetas (que
sacó del bolsillo y las puso con vehemencia sobre el estrado) y sacando otro dinero del bolsillo dijo;
y aquí tiene 100 pesetas más, lo miró a Antonio y le
espetó, TÚ, DALE OTRO PALO... Por supuesto el juez actuó como lo indica la
ley, aunque bien se dio cuenta de
cómo habían sido los hechos... se encargó de poner orden
y que las cosas no llegaran a mayores. LA VACA DE MI
ABUELO – TODO UN EJEMPLO La otra historia que cuento a continuación
le cabe a toda la gente y establece la diferencia entre una persona honrada,
honorable y de palabra y quienes no son así. En realidad hoy, esta
clase de gente pertenece a una "especie en extinción",
aunque en mi Patria todavía abundan y en el resto del mundo
también... En mi pueblo todos tenían ganado, pero lanar,
ovejas y algunas cabras, quienes tenían vacas ya eran de un nivel
económico más elevado, aunque de todos modos eran tan pocas que
tenían nombre. No viene al caso, pero lo meto aquí, un relato
de mamá que lo contó varias veces sobre este asunto. Dice que
un día fue al corral, siendo pequeña, de unos 5 años. En
un momento estaba de espaldas a una vaca y este animal, vaya a saber
porqué, bajó la cabeza, se la apoyó en el culito y la
levantó en el aire. Mi tía lo advirtió cuando mi madre
dio una exclamación asustada, y le dio un grito a la vaca
¡¡PULIDA!! (realmente se llamaba así)... y la vaca
bajó a mi madre y la depositó en el suelo suavemente... no
pasó nada, tal vez la vaca quería jugar, vaya uno a saber. Lo
que quiero expresar es que esa vaca se llamaba Pulida... cuantas
podrían tener para que tengan nombre y se acordasen de todas??. Bien, es el caso que mi abuelo quería vender
una, así que en el día que había feria en Río
Negro, un pueblo cercano, donde había ferias de vez en cuando, le puso
una soga en el cuello a la vaca y hacia allí fue, a venderla. Digamos
que esta era una feria importante donde se compraba y se vendía de
todo, también escuché a mi padre decir que en ella se
comía el mejor pulpo de España, que había unas pulperas
que lo preparaban muy bien y que tal vez fuera tan sabroso por la gran
cantidad que hacían en grandes calderos. Continuemos con la vaca. Estaba mi abuelo Juanillo
parado junto a ella y la gente preguntaba por el precio, la miraba bien, en
fin, como se hace en estos casos en cualquier sitio, hasta que a un hombre le
gustó el animal y el precio (digamos 100 pesetas) y dijo:
Bueno, la compro, pero tengo un pequeño problema... y
cual es su problema , dijo mi abuelo... que no tengo el dinero encima,
tengo que ir hasta el pueblo, a mi casa a buscarlo, me demoraré un
ratito pero la compro... bueno hombre, ese no es un problema, vaya usted
tranquilo a buscar el dinero que cuando vuelva aquí estaré... la
vaca es suya, se dieron la mano y el hombre se fue en busca del
dinero. A los pocos minutos pasa otro hombre y se interesa
también por la vaca y pregunta: Cuanto vale la vaca??... lo lamento, pero
ya la he vendido... pues me parece que no, por la actitud que veo, parado
junto a ella, no da esa impresión... bueno, pero ya la he vendido...
bien, en tal caso, a cuanto la vendió??... la he vendido en 100
pesetas y estoy esperando al hombre que la compró que fue hasta su
casa a buscar el dinero... rápidamente el hombre sacó
de su bolsillo 120 pesetas y dijo: Aquí tiene usted 120 pesetas
tómelas y me llevo la vaca ya, ahora, quien sabe si el otro comprador
vuelve, de este modo usted sale ganando y se puede ir ahora mismo para su
casa... Pero usted ha entendido que ya la he vendido?? Que nos hemos dado la
mano?? Ya el abuelo medio enojado y levantando la voz. Ahh,
perdone usted mi atrevimiento (estas palabras con cierta
vergüenza). Conclusión: En esos tiempos un negocio se cerraba con
un apretón de manos que valía más que un documento. A
nadie se le podía ocurrir faltar a la palabra empeñada, si a
alguien se le cruzaba por la cabeza hacerlo, mejor que luego se vaya del
pueblo donde nadie lo conozca porque lo iban a aislar y señalar como a
un delincuente. El hombre sin honor era un paria despreciado por
todos. En el caso de la vaca de mi abuelo, si se deja tentar y la vende por
más dinero, habría procedido como un estafador despreciable y
del mismo modo hubiera sido si el comprador no regresa y lo deja "dibujado"
al abuelo... Por supuesto que volvió; nunca escuché que alguien
no cumpliera esos pactos de honor aunque seguramente que alguno
habría. |