Un soplo de eternidad

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Filosofía

Federico Engels

Difusión del marxismo

Los problemas del materialismo histórico - Ley de la correspondencia entre las relaciones de producción y el nivel y el carácter de las fuerzas productivas - Desarrollo del materialismo dialéctico - Sobre la verdad objetiva - Elaboración de Engels de los problemas de la historia de la filosofía - Dialéctica de la naturaleza - El desarrollo dialéctico de la naturaleza - El salto del mundo animal a la sociedad humana - Difusión de la filosofía marxista en los países europeos -

Los problemas del materialismo histórico

Uno de los problemas que desarrollaron Marx y Engels fue el papel del trabajo, de la producción material, en el desarrollo de la vida social. Marx escribe que lo que distingue a las épocas económicas, no es lo que se hace, sino cómo se hace, qué medios de trabajo se emplean. Las fuerzas productivas son el contenido del proceso de la producción social; las relaciones de producción, su forma necesaria.

El hecho de que en las distintas épocas históricas existan distintas formas de propiedad obedece a los diferentes niveles de expansión de las fuerzas productivas. El progreso de la producción capitalista comporta el conflicto entre las fuerzas productivas y la forma de propiedad privada en que aquéllas se desarrollan. Esta contradicción constituye la base económica de la revolución socialista que destierra la última forma, la forma capitalista, de las relaciones de producción antagónicas e instaura la propiedad social sobre los medios de producción, la cual ofrece posibilidades ilimitadas al desenvolvimiento de la producción social.

Ley de la correspondencia entre las relaciones de producción y el nivel y el carácter de las fuerzas productivas

Esta ley pone al descubierto el papel determinante de las fuerzas productivas respecto a las relaciones de producción y la dependencia en que éstas se hallan con respecto a las primeras y a su expansión. Al desarrollarse la producción, las fuerzas productivas entran inevitablemente en contradicción con las relaciones de producción, ya formadas en la base anterior; en las condiciones de una sociedad clasista antagónica, esta contradicción se convierte inexirablemente en un conflicto, pues la clase dominante pretende preservar las relaciones de producción caducas que constituyen la base económica de su dominación política. Esta situación conduce a la revolución, que implanta nuevas relaciones de producción en consonancia con las nuevas fuerzas productivas.

Desarrollo del materialismo dialéctico

En las postrimerías de la década de los 70 del siglo XIX, lograron cierta influencia en las filas de la socialdemocracia alemana las ideas de Eugenio Dühring, cuya filosofía era una mezcla ecléctica de materialismo vulgar e idealismo. Dühring oponía al socialismo científico una concepción que partía del principio abstracto de la justicia, combatía ostensiblemente la teoría marxista de la revolución y la dictadura del proletariado así como su fundamentación filosófica, el materialismo dialéctico y el materialismo histórico. Favorecían a Dühring los elementos oportunistas del Partido Socialdemócrata Alemán. Bernstein y otros adversarios del marxismo revolucionario pretendían remplazar el materialismo marxista por el dühringismo popularizando sus ideas. Incluso Liebknecht y Bebel mostraron al principio interés por Dühring y no se percataron de inmediato de la hostilidad de sus opiniones frente al marxismo.

Los fundadores del marxismo consideraron necesario exponer y argumentar los principios fundamentales del materialismo moderno con el fin de mostrar la precariedad de la filosofía burguesa. Engels cumplio este cometido en sus obras Anti-Dühring (1878) y Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana (1886).

En el Anti-Dühring encontramos críticas de la filosofía kantiana, de la filosofía de Hegel y del materialismo vulgar, pero lo esencial de esta obra es la elaboración y fundamentación de los problemas más importantes de la filosofía marxista, de las cuestiones básicas de la sociología y de la historia del socialismo.

Engels establece en el Anti-Dühring el indisoluble nexo del materialismo dialéctico con el socialismo científico y la doctrina económica de Marx (expuestos en El Capital y en la Contribución a la crítica de la economía política). Al exponer las proposiciones fundamentales de la cosmovisión proletaria dedica básicamente su atención a explicar el carácter dialéctico del materialismo marxista, subrayando su diferencia cardinal con respecto al materialismo precedente, el metafísico.

Engels considera la dialéctica marxista como el balance del desarrollo de la filosofía y de las ciencias naturales y la generalización de las leyes objetivas de la naturaleza y la sociedad. Esta frase suya pone al descubierto su concepto de la dialéctica como analogía de la realidad: "...el problema, para mí, no podía estar en influir a la naturaleza las leyes dialécticas construidas, sino descubrirlas y desarrollarlas partiendo de ella". Engels define la dialéctica como ciencia de las leyes universales que rigen la dinámica y el desarrollo de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento. En las categorías y los conceptos refleja el hombre las leyes objetivas de la naturaleza y la sociedad, la concatenación general, la trabazón recíproca de los fenómenos y su desarrollo.

Engels critica la errónea metodología de Dühring, quien en su pretenciosa "filosofía de la realidad" sostiene que para explicar el mundo exterior hay que partir de unos "principios primarios" extraídos del pensamiento; muestra que el método metafísico de Dühring es una galavanización del método apriorístico kantiano y señala que, en realidad, los principios generales no son el punto de arranque, sino el resultado de la investigación. Los principios son ciertos en la medida en que se corresponden con las leyes de la naturaleza y la historia.

El movimiento, el cambio y el desarrollo se expresan en leyes dialécticas. La primera ley de la dialéctica es la ley de la unidad y la lucha de los contrarios. Las contradicciones constituyen la fuente del desarrollo de todos los fenómenos del mundo. Ya el simple movimiento mecánico, sin hablar de las formas superiores de movimiento, envuelve una contradicción. Refiriéndose al desarrollo de la vida orgánica y sus orígenes dice Engels: "...la vida no es, a su vez, más que una contradicción albergada en las cosas y en los fenómenos y que se está produciendo y resolviendo incesantemente; al cesar la contradicción, cesa la vida y sobreviene la muerte".

Engels señala la diversidad de formas de la unidad y la lucha de los contrarios, mencionando el carácter antagónico de las contradicciones sociales en una sociedad de clases basada en la propiedad privada. Subraya la necesidad de adoptar un enfoque concreto para el análisis de las diversas formas de contradicción y sus correspondientes resoluciones.

Con respecto al análisis de la ley del desarrollo mediante la lucha de los contrarios se plantea en el Anti-Dühring el problema de la correlación entre la dialéctica y la lógica formal. "Mientras consideramos las cosas como estáticas e inertes -escribe Engels-, cada una de por sí, una al lado y después de la otra y sucesivamente, no descubrimos en ellas ninguna contradicción". En este caso rigen las reglas de la lógica formal. Pero cuando comenzamos a examinar los fenómenos en movimiento y cambio chocamos con las contradicciones. Únicamente la dialéctica, la lógica dialéctica, puede reflejarlas.

La segunda ley de la dialéctica, la ley de la transformación de la cantidad en cualidad y viceversa, ostenta también carácter objetivo y universal. Engels lo demuestra con ejemplos tomados de las más diversas esferas del conocimiento científico. La ley de la transformación de la cantidad en cualidad afirma que todo cambio cualitativo que se opera en la naturaleza y la sociedad es resultado de cambios cuantitativos y que el tránsito de una cualidad a otra se efectúa a través de la interrupción en el proceso gradual de desarrollo, mediante saltos. También se produce el proceso inverso, a saber la transformación de los cambios cualitativos en cuantitativos.

La tercera ley de la dialéctica, la ley de la negación de la negación, es también sumamente general y rige tanto en la naturaleza como en la sociedad y en el pensamiento; refleja las fases de desarrollo de los fenómenos de lo inferior a lo superior, de lo simple a lo complejo, de lo viejo a lo nuevo. Por acción de las fuerzas contradictorias internas, cada fenómeno engendra su propia negación. Negar en dialéctica, dice Engels, no significa declarar inexistente una cosa o destruirla arbitrariamente. La negación dialéctica no es la ruptura absoluta de lo nuevo con lo viejo, sino un elemento necesario de concatenación dentro del proceso de desarrollo.

Las leyes fundamentales de la dialéctica se hallan en mutua trabazón y condicionamiento. En los procesos reales actúan simultáneamente.

Sobre la verdad objetiva

Engels refuta la concepción metafísica dühringiana del conocimiento como comprensión en última instancia de la verdad, y frente a ella expone la gnoseología marxista. El conocimiento refleja la naturaleza en eterno desarrollo con su infinita diversidad de vínculos. Al analizar la dialéctica de lo absoluto y lo relativo, de la verdad y el error en el conocimiento, Engels señala: "La verdad y el error, como todas las definiciones mentales que se mueven dentro de antítesis polares, sólo tienen vigencia absoluta dentro de un terreno muy limitado". Refuta la tesis de Dühring acerca de la verdad definitiva y de última instancia, de la existencia de un conocimiento inmutable y absoluto con numerosos ejemplos extraídos de las ciencias naturales y de la historia, y subraya el carácter relativo de aquel. No se puede, dice Engels, "aplicar el rasero de la verdad definitiva y de última instancia, de la auténtica verdad inmutable, a conocimientos que, por su naturaleza, quedan como conocimientos relativos para una larga serie de generaciones y por tanto tienen que ir completándose paso a paso, o a aquellos como la cosmogonía, la geología y la historia humana que, por la insuficiencia de material histórico, serán siempre defectuosos e incompletos". El conocimiento humano no es limitado por su naturaleza, pero está históricamente limitado en cada etapa de su trayectoria y para cada individuo por separado.

Respecto a las llamadas verdades eternas, cuya búsqueda consideraba Dühring que era el cometido principal del conocimiento, indica Engels que las "verdades eternas", como las verdades de hecho, como ciertos juicios limitados por su contenido, existen. Pero en el conocimiento no se trata de esas verdades eternas, sino de verdades que revelan diferentes aspectos y vínculos del mundo en infinito desarrollo. Engels refuta los argumentos de los neokantianos y otros agnósticos y fundamenta la tesis del marxismo sobre el carácter objetivo del conocimiento, a la par que elabora el problema de la práctica como base del mismo. Nuestras percepciones y juicios en tanto en cuanto se corresponden con el mundo objetivo son ciertos; si fueran falsos, fracasaría todo lo que emprendiéramos partiendo de ellos. La práctica ofrece la prueba de la veracidad del conocimiento. La actividad práctica del hombre es la mejor refutación de todas las ficciones de los agnósticos.

Elaboración de Engels de los problemas de la historia de la filosofía

En Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana y otras obras, Engels dedicó gran atención a los problemas de la historia de la filosofía y elaboró una importante serie de ellos.

Debemos a Engels la definición clásica de la cuestión fundamental de la filosofía: "El gran problema cardinal de toda la filosofía, especialmente de la moderna, es el problema de la relación entre el pensar y el ser". Esto permitió enfocar con rigor científico la definición del objeto de la filosofía y de su historia y establecer una importantísima ley de su desarrollo: la lucha entre el materialismo y el idealismo a lo largo de todo el multisecular transcurrir del pensamiento filosófico. El descubrimiento por Engels de esta ley del desarrollo de la filosofía proporcionó un criterio científico, objetivo, para valorar las doctrinas filosóficas.

La filosofía de cada época dispone de un arsenal de ideas precedentes del pasado y de ahí es desde donde, de un modo u otro, arranca. Sólo un enfoque de la historia de la filosofía que también tenga en cuenta la lógica de la trayectoria de las propias ideas puede explicar que países económicamente atrasados pudieran en determinados periodos llevar la batuta en materia filosófica. Engels critica ásperamente al sociólogo alemán Paul Barth que consideraba la historia de la filosofía como un "cúmulo de ruinas de sistemas destruidos". La historia de la filosofía es la historia del conocimiento.

La tesis engelsiana de la diferencia cardinal entre el materialismo premarxiano y el materialismo dialéctico tiene una significación metodológica excepcional para la ciencia histórico-filosófica. En su análisis del materialismo francés del siglo XVIII, Engels pone al descubierto la limitación histórica de todo el viejo materialismo y señala tres de sus deficiencias esenciales: 1) era predominantemente mecanicista; 2) tenía un modo de filosofar característicamente metafísico y antidialéctico, y 3) daba una interpretación idealista a los fenómenos sociales.

El materialismo dialéctico, la forma superior del materialismo, "no es la mera restauración del materialismo antiguo, sino que incorpora a las bases permanentes del mismo todo el contenido del pensamiento que nos aportan dos milenios de desarrollo de la filosofía y de las ciencias naturales, y la historia misma de estos dos milenios".

Dialéctica de la naturaleza

En la década de los 70 y 80 del siglo XIX, los fundadores del marxismo demostraron que el materialismo dialéctico era la única filosofía capaz de entender creadoramente los avances logrados por las ciencias naturales en la segunda mitad del siglo, al tiempo que mostraba como necesaria a las ciencias naturales a modo de base filosófica para su progreso ulterior.

Los datos científicos referentes a la evolución de la naturaleza y a la unidad material de todas sus fuerzas desempeñaron un papel primordial ya en el proceso de formación de las concepciones de Marx y Engels. La gran obra de Carlos Darwin fue sumamente encomiada por Marx inmediatamente después de su aparición. Fue Engels quien asumió la mayor parte del trabajo de generalización de los datos de las ciencias naturales, aunque también Marx se ocupó de estas cuestiones, especialmente en los terrenos de la geología y la fisiología; asimismo pertenecen a este último importantes ideas filosóficas en el campo de las matemáticas.

Engels escribió dos obras clave en este sentido: El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre y, ante todo, Dialéctica de la naturaleza.

Dos ideas presiden la Dialéctica de la naturaleza, las mismas que aparecen vertebrando una serie de capítulos de otros escritos de Engels afines a éste, todos ellos pertenecientes a esta misma época, la idea de la unidad del mundo y la del desarrollo histórico de la naturaleza.

Cuando Engels establece en el Anti-Dühring la tesis de la unidad material del mundo subraya que dicha unidad queda demostrada "por el largo y penoso desarrollo de la filosofía y las ciencias naturales". En la Dialéctica de la naturaleza examina en todos sus aspectos el papel que desempeñan las ciencias naturales en la demostración de la unidad del mundo y muestra que los grandes descubrimientos de mediados del siglo XIX hacen posible la fundamentación del punto de vista filosófico del mundo como un todo único.

Para demostrar que pese a las infinitas diferencias cualitativas que se observan en ella la naturaleza es un todo único e interconexo era necesario discriminar las formas fundamentales de la materia y el movimiento, así como poner al descubierto su vinculación interna. La materia no existe sin movimiento, ni el movimiento existe sin materia. Los materialistas del siglo XVIII, que adelantaron esta proposición, tenían de eella, empero, una visión mecanicista. Para ellos el movimiento no era más que traslación en el espacio de cuerpos interiormente inmutables.

Tras generalizar los datos de la física, la química y la biología de sus tiempos, Engels formula de un modo nuevo el princpio de la interconexión entre la materia y su movimiento: los tipos fundamentales de la materia poseen formas (tipos) de movimiento particulares, inherentes exclusivamente a ellos. Partiendo de la delimitación de los tipos discretos de materia conocidos entonces, Engels establece las siguientes formas fundamentales de movimiento: mecánico, inherente a las masas celestes y terráqueas, físico, que él llama molecular; y químico, el movimiento de los átomos. En lo que respecta a las formas del movimiento de partículas más pequeñas que el átomo, lo único posible era la conjetura, pues aún no se habían descubierto. Engels previó estos descubrimientos al hablar de la composición compleja del átomo y de los "átomos de éter". Poco después de su muerte fueron descubiertas las partículas subatómicas y las partículas de campo, que recibieron respectivamente los nombres de electrones y cuantos de campo electromagnético (fotones).

Además de las formas fundamentales de movimiento inherentes a la naturaleza inorgánica, Engels examina la forma de movimiento biológica, que aparece como resultado del autodesarrollo de la materia y cuyo vehículo es la albúmina viva, y la vida social.

La relatividad de las fronteras entre los tipos fundamentales de la materia y sus correspondientes formas de movimiento (y la que existe dentro de las propias formas de movimiento) viene determinada por: a) la presencia de formas de transición; b) la existencia de profundos nexos internos entre las formas fundamentales del movimiento; c) su aptitud para convertirse una en otras con acuerdo a leyes.

Por otro lado, el descubrimiento de la ley de la conservación y transformación de la energía impulsó el avance de la termodinámica y de la física estadística. En la década de los 60 el físico alemán Clausius formula la segunda ley de la termodinámica: la ley del aumento de la entropía en los procesos irreversibles. Engels muestra el defecto básico de los razonamientos de Clausius: su proposición, válida para un sistema finito, es aplicada al universo infinito. Acto seguido Engels señala que la idea metafísica del fin del universo presupone inevitablemente la idea de que el universo tiene un principio, es decir, abre la puerta al idealismo. Engels descubre la contradicción interna entre la hipótesis de la "muerte térmica" del universo y la ley de la conservación y transformación de la energía, y afirma con convicción que la ciencia acabará por lograr pruebas directas de la falsedad de esta hipótesis cuando logre descubrir en qué modo se forman nuevos potentes manantiales de energía térmica con la materia y la energía irradiadas por los astros. La previsión de Engels se cumple.

El desarrollo dialéctico de la naturaleza

La segunda idea importante del Anti-Dühring y la Dialéctica de la naturaleza es la del desarrollo histórico de la naturaleza. En el último tercio del siglo XIX había caducado ya la concepción metafísica de la naturaleza como reino de cosas inmutables y de procesos que se repetían eternamente, aunque aún tenía fuerte arraigo entre los naturalistas. A partir de la publicación en 1859 de El origen de las especies, de Carlos Darwin, la idea de la evolución, que venía ganando terreno desde hacía cien años, comenzó a penetrar con más rapidez en la conciencia de los naturalistas y la aceptaron los filósofos y sociólogos burgueses. Sin embargo, sus exposiciones del principio del evolucionismo eran incompletas, imprecisas, simplificadas y, a menudo, falseadoras. Los teólogos, los filósofos idealistas y los naturalistas que les seguían, o bien no explicaban las causas de la evolución histórica de la naturaleza, las fuentes de ese desarrollo, o bien las "explicaban" atribuyendo a Dios un "primer impulso".

Partiendo de los datos aportados por todas las ciencias naturales, Engels trazó por primera vez desde las posiciones del materialismo dialéctico el panorama de la evolución histórica de la naturaleza. Las innumerables estrellas de nuestra galaxia se formaron a partir de nebulosas gaseosas. Ya Laplace había demostrado que en el proceso de aparición de algunas de ellas, incluido nuestro Sol, podían haber surgido los planetas.

Partiendo de seres unicelulares, luego, por un lado, se desarrollaron las diversas especies de plantas, y por otro, las especies de animales; luego "la forma en que el sistema nervioso alcanza su grado más alto de desarrollo, la de los animales vertebrados y, entre éstos, finalmente, el animal vertebrado en el que la naturaleza cobra conciencia de sí misma: el hombre".

Para Engels, la verdadera fuerza propulsora del desarrollo e la "lucha" de los contrarios en interconexión y mutua penetración, y analiza sus formas específicas de acción en los más diversos procesos de la naturaleza.

El salto del mundo animal a la sociedad humana

Con su investigación del gran salto en la evolución ascensional de la naturaleza en la Tierra, la transición del mono al hombre, Engels hizo una importantísima contribución a la teoría dialéctica de la evolución de la naturaleza.

Darwin había demostrado en El origen del hombre (1871), que el hombre procedía del mundo animal, al tiempo que explicaba ciertos factores importantes de la antropogénesis; en particular señalaba el papel del trabajo en este proceso, pero sin atribuir a este factor su verdadero alcance. Partiendo de la cosmovisión materialista marxista, que engloba no sólo la naturaleza sino también la vida social, Entels, particularmente en su artículo El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre (1876), fundamenta la idea del papel del trabajo en la formación del hombre y de su conciencia. Al cambiar las condiciones de vida de nuestros antecesores quedaron libres sus manos: "Fue el paso decisivo para el tránsito del mono al hombre". Las manos, deipensadas de cumplir funciones locomotoras, se trocaron en órganos de trabajo; y, al propio tiempo, son un producto del trabajo, por cuanto se perfeccionaron a medida que se desarrollaban los hábitos laborales. Con ayuda de ellas nuestros antecesores emplearon cada vez más objetos para operar sobre la naturaleza y luego elaborar previamente estos objetos, es decir, fabricar instrumentos de trabajo.

"Los hombres en formación -escribió Engels- llegaron a un punto en que tuvieron necesidad de decirse algo los unos a los otros. La necesidad creó el órgano: la laringe poco desarrollada del mono se fue transformando, lenta, pero firmemente, mediante modulaciones que producían a su vez modulaciones más perfectas, mientras los órganos de la boca aprendían poco a poco a pronunciar un sonido articulado tras otro". Así, en el proceso del trabajo social, aparece el lenguaje, indisolublemente vinculado a la conciencia. "Primero el trabajo, luego y con él la palabra articulada fueron los dos estímulos principales bajo cuya influencia el cerebro del mono se fue transformando gradualmente en cerebro humano".

Difusión de la filosofía marxista en los países europeos

Joseph Dietzgen (1828-1888) fue, en palabras de Lenin, uno "de los destacados escritores filósofos socialdemócratas de Alemania". De oficio curtidor, no pudo cursar la enseñanza escolar completa. Fue perseverante autodidacta, conoció muy pronto la filosofía de Feuerbach y estudió economía política y el socialismo utópico francés. Engels había dejado escrito que Dietzgen había descubierto la dialéctica materialista por cuenta propia, independientemente de Marx y hasta de Hegel.

La revolución de 1848 impresionó profundamente a Dietzgen, que se hizo revolucionario. La reacción le obligó a emigrar. En 1867 entabló correspondencia con Marx, y desde este momento es un marxista convencido. Bajo la influencia del marxismo escribe obras como La esencia del trabajo cerebral del hombre, Excursiones de un socialista por el campo de la teoría del conocimiento y Conquistas de la filosofía, en las que emite gran número de profundas ideas materialistas dialécticas.

Paul Lafargue (1842-1911) fue una figura destacada del movimiento obrero francés e internacional, un revolucionario que durante largos años mantuvo estrechos lazos de amistad con Marx y Engels. Brillante propagandista de la teoría marxista y crítico militante del idealismo, Lenin vio en él a "uno de los propagadores más penetrantes y de mayor talento de las ideas del marxismo". Escribió El determinismo económico de Carlos Marx y La religión del capital, entre otros.

Franz Mehring (1846-1919) llegó a la socialdemocracia en las postrimerías de la década de los 80 procedente de los medios de los demócratas burgueses. Fue un eminente publicista, propagandista y teórico del marxismo. Durante muchos años figuró en la redacción del Neue Zeit, órgano teórico de la socialdemocracia alemana; desde 1901, dirigió el Leipziger Volkszeitung, periodico de izquierdas. Fue relevante figura del ala izquierda de la socialdemocracia alemana. Pertenece a Mehring el mérito de haber denunciado concepciones filosóficas idealistas como las de Nietzche, Harmann, Schopenhauer y los neokantianos. Fue el primero en combatir el mito de nietzchismo como filosofía progresista supuestamente enfrentada a la cultura burguesa, poniendo al descubierto su esencia reaccionaria.

Antonio Labriola (1843-1904) fue un relevante filósofo marxista italiano. Su labor comienza en el periodo de ascenso del movimiento de liberación nacional de Italia. En 1893, siendo delegado al congrso de la II Internacional en Zurich, conoció personalmente a Engels. En 1895 publicó l aprimera parte de Ensayos sobre la concepción materialista de la historia, luego la segunda y la tercera partes; la cuarta parte, la útlima, titulada De un siglo a otro, apareció en 1925.

Dmitri Blagoev (1855-1924), fundador del partido marxista en Bulgaria, es un eminente pensador cuyas obras iniciaron la difusión del marxismo en este país.

Gueorgui Valentínovich Plejánov nació en 1856 en el seno de una familia noble con pocas tierras. En 1875, siendo estudiante del Instituto de Minería de San Petersburgo, se unió al movimiento populista revolucionario. En diciembre de 1876, en un fogoso discurso pronunciado en la primera manifesta­ción obrera que se efectuó en San Petersburgo, ante la catedral de Nuestra Señora de Kazán hizo un llamamiento a emprender una lucha política contra la autocracia. En 1879, al escendirse la organización populista Tierra y Libertad, de la que era miembro activo, se puso a la cabeza de la organización populista revolucionaria Reparto Negro.

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