Matilde Alba Swann

MAÑANA ES SIEMPRE

 

Cómo quisiera despertar cantando.
Pero amanezco, en cambio,
dolorida
de no haberme quedado en ese espacio,
en ese tiempo de morir prestada.Una isla no inscripta
en ningún mapa,
una célula enferma de ignorancia,
un asfixiado mundo en miniatura,
una avanzada humanidad triunfante,
en clarines y hogueras
homicidas.
Tabla sola, sin náufrago siquiera,
y luchando,
relincho hacia la costa,
y animada nomás por el recuerdo
de un aliento mordido a sus astillas.
Cómo quisiera despertar cantando,
y me muero de sed y hambre
de canto
mientras desborda la preñada aurora

en promisorio bermellón de vinos,
y expandida,
hoguera en panes, horneándose a lo alto.
Yo estoy abajo,
debajo de la historia,
sepultada en antorchas apagadas
y estandartes marchitos.
Sumergida en humores subterráneos
y en cenizas de huesos
de bandido,
Soy el ser que no fue, lo que no pudo,
la olvidada, desdeñada semilla,
pero existo.
Dentro
tengo un sauce inclinado que me llora.
Un niño triste me llama, sin nombrarme.
Me doy cuenta,
me doy cuenta, yo existo.

Mañana espero despertar, cantando.

Matilde Alba Swann
(Crónica de mí misma- 1980)

TESTIMONIO
Vamos a morir de muerte natural;
de esta muerte
de estar amando al hombre,
y vamos a morir sobre su llanto.

Sobre esta roca sola, pura roca,
bajo esta noche de mirar los sitios,
donde quedan sin hambre,
los sin trigo,
definitivamente ya saciados.

Puestos todos en fila, con los ojos,
puro miedo y pregunta, detenidos
en el tiempo, buscando ver.

Oh, estrecho
mundo grande y hermético,
cerrado, sin ventanas, miseria
color cuervo.
Sobre los huesos chiquitos
blancos,
del niño que soñó un día trigales, 
los intuyó
del lado de abunancia,
no del suyo,
del otro, donde nacen, viven
crecen, celebran
y disfrutan.

Mundo miseria grande, sin salida,
sin manera de huir,
sin otra forma,
de escapar de pobreza que muriéndose.
Sobre esos huesos, chiquititos,
blancos, nos vamos a quedar,
y avergonzados.
Matilde Alba Swann
(Con un hijo bajo el brazo- 1991
 
SU CANCIÓN Y ELLA
Todavía me arrulla y me serena
la canción de mi madre.
Era una anciana desde siempre
y sabia,
una muchacha hasta la tumba,
y viva.
Aquel regazo tierra ya, sus manos
laboriosas, su frente,
aquel miedo en amor, aquel desvelo.
Supo leer el riesgo en las estrellas
y anunciar prematura
la sonrisa,
y tenía
un valor de vivir, una tan ancha,
gratitud de vivir.
La pensé inacabable; aún transcurre
por las noches conmigo, y me apacigua.
Como un niño, despierta, me despierta,
me incorpora,
se queda cuando todos se despiden
y parten, cuando nadie
me promete volver, ni vuelve nadie.
Un puñado de cal, allí, no es ella,
ella es ésta
que viene a recobrarme.
La hermosura, el dolor, una abnegada
soledad que me puebla,
una alegría, sin motivo, un retorno
a ser pequeña.
Una madre que es madre en mí, un hijo
a quien nutro y me nutre, una luciérnaga,
el rocío temprano, y un sol grande,
una luna empapada de tristeza.
El racimo que bebo, y el recuerdo,
la embriaguez y el olvido, la cadencia
que serena y acuna los jardines,
y el vigor
de una noche de tormenta.
Todavía
me sostiene y anima y fortalece,
me columpia y abriga
y apacigua,
la canción de mi madre.
Matilde Alba Swann
      (Con un hijo bajo el brazo- 1991)

 

MADRE POSIBLE

"Te poblaras de amor adopta un niño"

Pude haberte soñado, un día acaso
fui el alma y la carne de otro niño,
fui distinto una vez,
tuve una almohada
y un lugar en la mesa, y una espera,
y una blanca piedad
a mi costado.

Todavía
no crecían en torno las malezas
del encierro, ni el búho
todo sombra
nos blandía su grito.

Cuanta espina y que invierno tan severo.
No nací todavia, soy el beso
que se quiere sembrar,
violín, gemido,
desasido, disperso amor
y ansioso.

Ya te elegí, prefiéreme, infortunio
que nos torna sin signo
a distinguirnos,
todos iguales de dolor
y solos,
unos más tristes que otros, el tercero
de la fila, prefiéreme
vencidos
los mas viejos once años, no me dejes.
Como en cuclillas, sembrado en ti,
brotado,

quiero nacer, crecer, llegar a niño.
Será verano, será mujer ternura,
sol el nido, sol el brillo del aire
y un regazo
madre en cuerpo trigal.

Seré susurro
del azúcar, adentro, en el jugoso
corazón del racimo.

Madre mía posible; madre
y mía.

Si me quieres contigo, si me llevas
si me aprietas a ti, si me asimilas
a tu voz, a tu piel a tu sonrisa,
a tu manera de ser feliz,
es cierto,
será verano frutal, tú serás plena,
yo seré por tu amor, desde ti,
niño.
Matilde Alba Swann
(Con un hijo bajo el brazo- 1991)
(Ilustró: E. Arrigoni)
PARA CANTARTE Y CELEBRARTE
Desde los ojos, tierra, de mi madre,
madre miedosa y tembolorsa, osada,
inmigrante.
Desde el impulso y el coraje y rabia
la fatiga y el hombre y la esperanza
de mi padre, tercera clase
prieta
contra la piel caliente la riqueza
de un permiso de entrar,
morirse de hambre,
arrodillarse, rasguñar la noche, incorporar,
reir, amar,
ser hombre; desde el instante hombre
de mi padre, quiero cantarte y celebrarte
tierra.
Quiero ambularte en el recuerdo, roja
la palabra horizonte,
azul el valle
cortado a pico el porvenir, despierta
la simiente caliente a fecundarte,
mis hermanos pusieron bajo el filo
su garganta y hendieron
sus arados hasta el final, y el surco
fue propicio, y fue adverso y propicio.
Después se pudo dibujar un nido,
lirios de humo al sol, la chimenea
florecía y brotó azul el cuchillo
para cortar el pan, después fue el trino
el alambrado, el alfalfar, el tiempo
de reír, de esperar, de estar gimiendo;
todo tu ser fue fruto, fue paloma,
y a veces puño y pedregal y rayo.
Tierra me abrazo a tu refugio, rezo,
beso tu palma, muerdo tus trigales,
bebo tu noche, ruedo tus laderas
con un rugido por dolor,
me ahueco,
busco aquel viejo cuento en tus rodillas,
corro a la escuela, tus campanas laten,
la escarcha, el aire, cada mata un rostro
y el quebrachal después,
después el grito.
Dios con nosotros, desde tus raíces
suelo te siento dentro de mis venas,
mi madre yace  en tu regazo y crece,
más que otras muchas veces
la contengo,
mi padre es polvo de tu polvo, juntos
hace mil años fue que te eligieron
fruto del propio huerto cada cuna,
susurro dentro, doloroso el "idisch"
con gusto a puerto sumergido
y manos.
Bajo tu sol de bronce, tus estrellas,
tus crepúsculos ocre, tus ciclones,
bajo granizo, y hambre, amor
un toro,
de vigor y tesón, te construyeron.
Desde esos brazos labradores suyos,
desde ese vientre de parir queriendo,
desde ese esfuerzo gigantesco en hombros,
cada mañana un sol;
desde ese verbo,
inaugurado para darnos nombre,
con este cielo encanecidas sienes,
con esta nube que me está asustando,
con lo mío de efímero y lo tuyo,
así entrañable, inextinguible, vivo
calendario de estí9os y derrumbes,
desde esa lucha conque me ganaron,
desde esta lucha que ya estoy perdiendo,
quiero cantarte, suelo mío, llanto
de tus ríos, fulgor de tus caprichos
dibujados en aguas, como lagos,
pez, arenas, luciérnagas, claveles
embriagados de lluvia
y aromándome.
Hoy es tu fiesta, hoy es mi fiesta, tierra,
mi corazón prepara sus caballos,
brinco el jinete,
vigoroso el casco, un suelo firme
de memorias, llevo
desnudo ancestro de dolor, abierta
la plegaria, como una flor que sangra,
y estrujada
la blasfemia, y al cabo, en la más alta
voluntad de brillar, llevo una estrella,
desde los ojos de mi madre,
y canto.
Matilde Alba Swann
 
CUANDO TU SEPAS MUCHO
Ven acá mi pequeño, ya está limpia la mesa,
y trae tus cuadernos.
Me quedaré aquí cerca, mirando cómo estudias.

En voz alta, te ruego, que aunque yo no comprenda
ha de saberme a música.

Tú sí, harás cosas buenas, cuando seas el hombre
bien hombre que yo espero.

Y cuando tú seas, así como te quiero,
como la miel de bueno, como el dolor profundo,
como el acero, recio,
con todo lo que sepas y todo lo que sientas
podrás cambiar el mundo.
Tú verás hijo mío,
porqué no alcanza el trigo para todas las mesas
y no hay calor bastante, y hasta el aire escasea.

En voz alta te ruego, aunque yo no comprenda.
Tú encontrarás la forma, tú hallarás la manera
de que cesen los hombres de padecer miseria.

El cansancio, ya siento, doblega mi cabeza,
pero yo necesito compartir en fatiga
la carga de tu esfuerzo.

Tu voz nombrando mares, montañas, diques, puertos,
me arrulla y reverdecen
ternunas de mi infancia marchitas en el tiempo.

Y soñando en el hombre que serás, mi pequeño,
como un niño que espera
que el alba nueva traiga cumplida una promesa,
feliz me iré durmiendo...
Y la noche está fría, y es de hielo el silencio,
montañas, mares, puertos,
ya apenas si te escucho; cuando tú seas grande,
cuando tú sepas mucho,
hallarás la manera de mejorar el mundo.

                           Matilde Alba Swann

 

PLENITUD
Cúbreme con un abrazo de tierra y de gusanos.
Con un abrazo ancho
que me envuelva por todos mis costados.
Húndete en mi sangre, fúndete en mi carne, 
hazte a mi piel erízate conmigo,
extiéndete por todas las fibras de mi urdimbre,
y guárdate,
y quédate como el agua quieta debajo de los sauces PLENITUD
abierto al cielo, al aire, a las estrellas.
Cúbreme con un abrazo de tierra y pasto tierno,
Con toda la fuerza 
de todos los minutos asfixiados en la pausa desierta, 
de las horas vividas sin amor
en esa feria,
de cosas que se compran, de cosas que se venden,
de cosas que se buscan, de cosas que se encuentran.
Y mírate en mí, dentro de mí, y quédate y bésame
como el agua besa y muerde y penetra
la ávida boca de la tierra seca, y bébeme,
y sofoca
con tu boca entera, 
mi aliento y mi latido y mi memoria.
Que ya no piense nada y que ya no recuerde,
y al fin que ya no sepa si eres tu quien me muerde,
si soy yo quien te besa. 
Enróscame a tus brazos, rama verde, y tórnate gusano,
y devora hasta el final mi médula.
Devuélveme a la nada, a la quietud más quieta,
que la luz no me canse, que el viento no me mueva.
Haz un surco en tus venas y siémbrame en la hondura
de tu futura tierra.
Mis raíces prendidas a tu sangre beben tu ser, 
y tus espigas se devoran mi hambre.
Filtrando por mi piel corre tu río
Su frescura de paz bajo mi carne.
Matilde Alba Swann
(Salmo al retorno- 1956)

 

Simplemente un empleado público
(Diario El Dia- 3/9/79)

     Pero pobre de ellos. ...
     Creen que los que no aparecemos en las primeras planas de los diarios ni en la segunda, ni en ninguna, no existimos, y que en definitiva se podría prescindir de nosotros.
     El empleado público, ese hombre que sale todos los dias a la misma hora, que vuelve todos los días a la hora de siempre. Un símbolo de rutina; un ser que no ve mas allí del rectángulo de su ventana, por la que mira el mundo en un instante en que su jefe no está y en que hurta un pedazo de tiempo propio como si fuera ajeno. Una figura gris. Pero... pobre de ellos, de los que nos compadecen porque creen que porque aún no habiendo obtenido un título profesional, ni médico, ni abogado, ni profesor, ni ingeniero, habríamos podido tener las piernas de Pelé, el puño de Monzón, los brazos de Vilas, la mente de Boby Fischer... la garra de Fangio, y no, nada, ni ninguna de esas cosas. Simplemente somos el tornillo de un engranaje de los tantos que impulsan la complicada máquina de la administración publica.-
     No "llegamos", suponen, porque la televisión no nos muestra ni la radio nos pregona, que no existimos y que vivimos una tremenda tragedia aplastados por el anonimato...
     Pero, pobre de ellos, los que nos compadecen y nos ignoran y nos pintan de gris, cuando nos pintan; pero que saben de lo que hay dentro de un humilde rutinario empleado público.
     Se asombrarían de escucharnos decir que nos sentimos realizados, porque en definitiva estamos dedicados a ganarnos la vida, de esa forma y lo conseguimos. Cumplir con la labor por la que se nos paga, de cuyo producto vivimos y vive nuestra familia es, sépanlo todos, una forma categóricamente digna de realización.
     Yo salgo a la oficina cantando. .... He dejado a mis hijos con lo necesario para el desayuno para el viaje a la escuela, para comprar sus útiles; a mi mujer con todas las caldeas domesticas prendidas, los guardapolvos de los chicos, la comida del día, lavado , planchado, todo en marcha. Y mientras voy esquivando el transito derecho, suponen que como un "robot" a mi oficina, sueño, proyecto, recuerdo, hablo conmigo mismo. El éxito lo llevo en este mundo chiquitito, adentro; allí fulge mi sol del día domingo, con mis hijos remontando un barrilete, o empujando la hamaca de los más pequeños, allí llevo a mi mujer en la imágen maternal de cada rato. Llevo los cuadernos y los boletines; llevo la satisfacción de ser honrado; de no estar aprovechándome de nadie; de no vivir del esfuerzo ajeno; de no envidiar el éxito fácil; de no querer mas de lo que mis posibilidades físicas, mentales y económicas permiten.
     Que nos creen resignados, pero pobre de ellos. ... No somos ovejas de un redil. El empleado público, es un hombre que sigue siendo hombre en toda la plenitud de su humanidad, inclinado sobre un escritorio, pero erguido en su propia estatura y créanme contento.
     Que somos una forma gris fracasada, pero pobre de ellos, yo vuelvo del empleo y al entrar en mi casa, soy Pelé..., Travolta,.... Boby Fischer... Ernesto Sábato; Leloir; Fangio; Monzón ... todo junto, porque simplemente soy un hombre honrado, un padre responsable; un marido feliz: un hombre bueno.-

Matilde Alba Swann

CORAL Y REMOLINO
Linfa,
    Espuma
        Coral
            y Remolino.
No hay un paso de mí, que no sea cuna
ni una idea de mí,
que no sea
niño.

Ya estoy toda dispersa en todas partes
y condensada y prieta
de semilla.

Esta prisión caliente de ser madre.
Esta expansión celeste
de dar vida.

Una brisa de amor corre mi sangre
y un recuerdo me besa
la mejilla.

No hay altura de bien que ya no alcance
ni alegría de Dios
que no sea mía.

Remolino.
    Coral.
        Espuma.
            Linfa.
Matilde Alba Swann 

 

IZCOR *

                A la mernoria de mi padre.

  

Y nos diste Señor, lo que pedimos.
Una alfombra de Sangre fue el camino,
plomo, hoguera y cuchillo.
Cuando creimos
más en los hombres
que en aquella promesa que tú hiciste 
a través de los signos, nos perdimos.
Sólo tú cumpliste.
Y en la hora del llanto te decimos:
en ti reverenciamos
el sacrificio de nuestros hermanos 

caidos en el
ghetto.

En ti reverenciamos
a nuestros sabios muertos y humillados,
a las doncellas ultrajadas y a los niños maltrechos,
y a los ancianos sangrando
sobre su libro del Sábado.
Y en la hora del llanto, templado el corazón,
fibra y acero,
te decimos Señor, no te olvidamos
ni los olvidaremos.

*En hebreo: recordación

                         Matilde Alba Swann
                 
(Canción y grito)

 

ISRAEL

Yo no te sé y te siento
No conozco tus hombres ni tus niños, 
ni conozco tus bosques ni tu cielo,
ni tus montes, ni puertos, 
ni tus ríos, 
ni tus fértiles campos, ni tus piedras 
ni la extendida sed de tus desiertos. 
Yo no te sé y te sueño. 
Pero tú eres la tierra 
donde mi padre quiso 
que quedaran sus huesos, 
y se durmió anhelándote en quimera.
Pero tú eres la tierra 
por la que yo desangro 
cuando sé que desangran allá lejos, 
aquellos que te forjan 
abrazando la piel de tu frontera,
penetrando tu carne sus arados,
desentrañando luz de pensamiento,
y moldeándote en formas de belleza.
Yo quisiera reir
en cristal Israelí tus sementeras,
la gloria verde de tus olivares,
y las curvas de miel de tus naranjos,
y Ia rubia vejez de tus desiertos,
y la mística historia de tus piedras,
y la frente nimbada de tus sabios,
y la luz augural de tus profetas.

Yo quisiera reirte con un canto
que ilumine tus siglos de tristeza,y alegrarte de risas
desde el trueno, desde el rayo mortal
y Ia tormenta,
la superada hora del escarnio,
hasta el juego infantil de tus aldeas.
Y encender tus “kibutzim" en auroras
y besar tus ciudades
piedra a piedra.
Yo quisiera ascender en espirales
el humo de tus fábricas,
y mirar desde arriba tus praderas 
y llenarme los ojos con el verde
que pintaron “jalutzim" en la greda.
Yo no te sé y me dueles, 
pesadilla, 
la figura sin ojos del destierro, 
y siluetas borradas en exilio, 
la forma muda de los humillados, 
y el humano cansancio de ser héroe. 
Yo no te sé y te sueño. 
Ya no eres 
aquella secular promesa lenta. 
Por tu entraña, 
simiente de proeza, 
te dilatas gigante, redondeando, 
tu gravidez de fruto en flor eterna.
 

                           Matilde Alba Swann
                 
(Salmo al retorno)

Amigos: Hace años que quiero hacerle llegar este poema a Teresa Parodi. Si alguin sabe como, espero que me lo diga o que directamtne se lo haga llegar. gracias. Ricardo Creimer

YO Y USTED

Qué suerte que Usted
sepa
cantar en permitido,
yo no sé.

Todo cuanto canto
mete ruido,
y qué callado,
y qué medido
canta Usted.

Usted
canta jardines y jazmines,
oropéndolas, cisnes
rosas
.

Yo canto madres sin abrigo,
niños
grises, solos,
sin nadie a quien querer.

Borbotea lo mío, como un río
desprendido al vacío,
y Usted
qué ?

Usted aceita y deleita,
tierno fluido,
qué suerte que Usted
sepa
cantar en permitido,
yo
no sé.

Todo cuanto canto
mete ruido,
y qué callado,
y qué medido , canta Usted.

Matilde Alba Swann
(Crónica de mi misma- 1980)

 

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