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ADIESTRAMIENTO….ENTRA AQUI
COMO CONOCER EL
CARÁCTER DE UN PERRO
EL TEST DE CAMPBELL
LA ANSIEDAD POR
SEPARACION
ENSÉÑALE A SER
INDEPENDIENTE
PRINCIPALES
ASPECTOS DE LA PSICOLOGIA
CÓMO CONOCER EL CARÁCTER DE UN PERRO
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En
el momento de comprar un perro nos enfrentamos a una gran duda: ¿qué
carácter tendrá mi futura mascota? ¿Será compatible conmigo y con el
resto de mi familia? La raza a la que pertenezca el can sirve de
guía y puede proporcionarte algunas pistas acerca de cómo se comportará el
cachorro una vez sea adulto, pero también existe otro método muy utilizado.
Se trata del test de Campbell, un sencillo examen que te preparará
ante las reacciones del perro.
Los perros se desarrollan en
manadas. Para ellos, la sociedad canina a la que pertenecen les
imprime modelos de conducta y formas de actuar determinadas. Al
llevarnos un cachorro a casa, los roles cambian puesto que el ambiente
genuino se abandona. La capacidad de adaptación es una característica
que se aplica a todas las razas en general. Ya sea en mayor o en menor
medida, la domesticación del can y la aceptación por parte del mismo de las
nuevas normas serán tareas que se completarán con el tiempo.
Jerarquía:
demuéstrale quién es el jefe
No
hay nada mejor para el desarrollo feliz de un perro que éste sepa desde el
primer instante quién lleva la voz cantante dentro de la 'manada' en la que
ha sido adoptado. Recuerda que tu autoridad como amo puede encontrar obstáculos en la
personalidad y en el carácter del perro, por eso es vital que sigas unas pautas
establecidas y que no cometas errores. Cualquier paso en falso
confundirá a tu animal de compañía y le invitará a amotinarse.
Se debe encontrar un punto
de equilibrio entre el castigo y el premio. No conviene actuar
como dictadores pero tampoco se puede ser absolutamente condescendientes
con todos los caprichos del cánido. Debemos ser justos para evitar
rebeliones. Los perros dóciles y sumisos exigen pocos esfuerzos,
pero un perro con genes dominantes debe aprender a respetarte dentro
de unos límites que tú te encargaras de marcar. Puede suceder que por
ignorancia, pasividad o apatía, nuestra mascota concluya que el poder no
existe. Por lógica asociación, será el perro el que asuma el papel de líder
dentro de la casa y no podemos dejar que esta situación tenga lugar.
Consejos para una convivencia
armónica
El recibimiento del cachorro es motivo de
alegría pero también de atención extra. El interés y el cariño por nuestro
perro no puede fluctuar de la noche a la mañana, puesto que esto provoca confusiones.
Si fingimos una pelea con un perro joven, éste debe codificar a la
perfección que se trata de un simple juego. El secreto está en no dejar
que se coloque encima de nosotros porque esto indica que nos quiere
demostrar que nos domina. Se lo impediremos siempre y, si insiste, le
colocaremos con firmeza en el suelo reteniéndolo sin dubitar.
En el mercado existe una
gran cantidad de juguetes especialmente diseñados para los
perros de diferentes edades. Solamente tendrá acceso a aquellos objetos que
hemos determinado que sean de su propiedad. Es muy importante que le
quitemos cualquier cosa que no sea suya.
Uno de los aspectos que podemos poner en práctica para
que nuestro perro no se tome excesivas confianzas es establecer una especie
de intercambio: una orden, un premio. Esto hay que tenerlo muy en
cuenta con las caricias. Puede que tengas unas ganas increíbles, nada más
llegar a casa, de acariciar a tu perro pero, si quieres educarle bien,
primero mándale una orden sencilla (sentarse por ejemplo), y después ya
podrás demostrarle tu cariño.
La justicia será la
máxima que impere en tu trato con el perro. No puedes castigarle sin
motivo, pero tampoco puedes dejar de premiarle si ha hecho algo bien. Un
problema típico es el que surge cuando tú conoces todas las premisas que
aquí te indicamos y el resto de tu familia no. Los perros son muy astutos y
saben cuándo alguien comete un error. Si tienes niños en casa y
hacen alguna de las suyas sin ser reprimidos, aunque sea mínimamente, tu
can lo tomará como una ofensa. También es importante que si tú te has
presentado como el líder y tu cónyuge te echa una reprimenda, el
perro lo entenderá como una oportunidad para aumentar su rango.
El
Test de Campbell
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Si tienes la oportunidad de realizar este test antes de
llevarte el perro a casa, sabrás si tu mascota se adecuará a las
necesidades que demandas, ya sean seguridad en la vivienda, defensa
ante extraños o simplemente cariño y compañía. El archiconocido Test de
Campbell permite desvelar la incógnita del carácter en perros mestizos
y también puede orientar, en caso de que el perro sea de raza pura, en
cuanto a los rasgos de personalidad más sobresalientes de cada cachorro de
la camada.
Las condiciones previas para
que los resultados tengan la mayor fiabilidad posible son varias. En primer
lugar, la persona que analice al cachorro debe ser un extraño para él.
En segundo lugar, es conveniente que las pruebas se realicen en un terreno
aislado al margen de posibles influencias externas como objetos, ruidos u
otros transeúntes. Por último, el test debe realizarse de modo espontáneo y
manteniendo en todo momento una postura imparcial, sin represalias y sin
recompensas.
1º TEST: 'Atracción social'
Colocar al cachorro dentro del recinto y, en silencio, alejarse unos pasos
en sentido opuesto al lugar de entrada. Arrodillarse y golpear las palmas
suavemente para llamarle la atención.
Respuesta:
- Viene enseguida, con la cola levantada,
dando saltitos y mordisqueando las manos.
- Viene sin dificultad, con la cola alta,
dando con sus patas en las manos.
- Viene sin dificultad, pero con la cola baja.
- Viene titubeando
- No viene.
2º TEST: 'Seguir al pie'
Situado al pie, al
lado del cachorro, comenzar a caminar asegurándose de que el cachorro se da
cuenta.
Respuesta:
- Sigue sin dificultad, cola arriba tratando de
mordisquear los pies.
- Sigue sin dificultad, cola arriba, a sus
pies.
- Sigue fácilmente, con la cola baja.
- Sigue titubeando, con la cola baja
- No sigue o se aleja hacia otro lugar.
3º TEST: 'Obligación'
Colocar al cachorro en el suelo, boca arriba y mantenerlo así unos treinta
segundos, apoyando la mano sobre su pecho.
Respuesta:
- Lucha vigorosamente, se debate y muerde
- Lucha vigorosamente
- Se debate y se queda quieto
- No se mueve, lame las manos
4º TEST: 'Dominación social'
Arrodillado al lado del cachorro, golpeando suavemente en la parte superior
del cráneo, bajando a lo largo de la columna vertebral sobre el dorso y
acariciarlo a contrapelo sobre la misma región durante treinta segundos.
Respuesta:
- Salta, da patadas, muerde y gruñe
- Salta, da con las patas
- Se retuerce, lame las manos
- Se da vuelta boca arriba, lame las manos
- Se aleja y no vuelve
5º TEST: 'Dignidad'
Colocar las manos entrecruzadas bajo el tórax del cachorro y levantarlo de
manera tal que sus patas no toquen el suelo. Mantenerlo en esa posición
durante treinta segundos.
Respuesta:
- Se debate enérgicamente, muerde, gruñe
- Se debate mucho
- Se debate, se calma y lame las manos
- No se mueve y lame las manos
Análisis del resultado
- Dominante agresivo: (dos "1" con
algún "2"):
Cachorro dominante y agresivo. Habrá que tratarlo con cuidado, no
pegarle nunca, pues aumentaría su agresividad. No conviene hacerlo
rabiar, por lo que no es aconsejable su trato con niños. Este cachorro
llevado de una forma suave, pero firme, se convertirá en un adulto
capaz de reacciones defensivas en caso de peligro.
- Dominante: (Tres o más "2"): Perro dominante. Si se le consienten los
caprichos, se volvería insoportable. Debe ser educado con suavidad,
pero con firmeza. No se aconseja su convivencia con niños.
- Equilibrado: (Tres o más "3"): Un perro relativamente equilibrado, capaz
de integrarse sin problemas a cualquier hogar. Ni demasiado agresivo
ni demasiado sumiso. Puede convivir tranquilamente con los niños.
- Sumiso: (Dos o más "4" con una o
varios "3"):
Perro muy sumiso, muy sensible a las reprimendas, necesita mucho
cariño. Si se le castiga demasiado, podrá hacerse pipí por sumisión.
Conviene darle confianza a sí mismo. Podría morder por temor si se siente
acorralado e incapaz de huir. Sensible y cariñoso. Puede convivir con
niños.
- Independiente: (Dos o más "5"): Cachorro muy difícil de educar.
Independiente, solo hace lo que le da la gana. Puede atacar y morder
si se le castiga, incluso volverse extremadamente feroz. Evitar su
contacto con niños.
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LA ANSIEDAD POR SEPARACION
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Cómo prevenirla en nuestra mascota
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El
perro es un animal social que, históricamente, ha pertenecido a grupos
cohesionados. Su correcto desarrollo está íntimamente unido a la jauría. Su adaptación como
mascota lleva implícita un nuevo orden social que al principio no será
comprendido por el can. Es nuestro deber acostumbrar a nuestro fiel amigo a
nuestro ritmo de vida para evitar que caiga en una depresión.
Llega la hora volver a casa
después de una dura jornada laboral. Seguro que estás deseando abrazar a tu
nuevo cachorro y jugar con él. Cuál es tu sorpresa cuando llegas a tu vivienda
y el pequeño can ha destrozado el sillón o ha roto algún objeto de valor.
Encontrar la vivienda con un aspecto similar al de una batalla campal es
frecuente en hogares donde un perro tiene que pasar muchas horas en soledad.El dueño se
queja del estado lamentable en el que encuentra el mobiliario, puesto que
el can se ha dedicado a morderlo. Además, el suelo puede aparecer cubierto
de orines y excrementos.
A estos problemas hay que
añadirle otros derivados de terceros como, por ejemplo, que los vecinos no
aprueben el hecho de que un perro se pase todo el día ladrando y aullando. Lo que el
amo ignora es que su perro puede estar siendo víctima del estrés conocido como ansiedad por
separación.
Te echa de menos
La soledad es uno de los traumas más difíciles de superar por parte del recién llegado al hogar. Nuestras
obligaciones diarias nos alejan del domicilio y, en nuestra ausencia, el
perro provocará destrozos de diversa consideración, además de llorar,
ladrar y hacer sus necesidades en cualquier rincón de la vivienda. En casos
extremos, se producen vómitos, autolesiones, diarreas, anorexia, etc. El
miedo que siente el can puede devenir en un serio problema de conducta.
El perro identifica a su amo
como la figura de apego, estableciendo un lazo emocional hacia nuestra persona sin el que se
sentirá perdido y desorientado. Las reacciones de su pánico comienzan
cuando el dueño se va; y es que el perro necesita de su cercanía física. Tenemos que
reforzar su independencia haciendo que ejerza su nuevo rol sin padecer
angustia. Es importante saber que no es problema de educación, sino de dependencia.
La ansiedad por separación
se presenta en los perros tímidos y
poco socializados pero también puede darse en adultos que
provienen de albergues, aunque el porcentaje de perros
con miedo a la soledad es más alto en cachorros de menos de dos meses. El can puede ser
reincidente a lo lardo de su vida o en momentos concretos de cambio de
rutina.
Enséñale a ser independiente
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Si los síntomas nos llevan a
sospechar que nuestro animal de compañía puede estar sufriendo este tipo de
ansiedad, debemos consultarcon
nuestro veterinario para que nos recomiende el tratamiento
adecuado, puesto que el perro podría necesitar algún tipo de medicación antidepresiva. No obstante,
si detectamos el problema a tiempo antes de que se agrave la situación,
podemos poner en práctica varios trucos.
Con objeto de acostumbrar a
nuestro amigo a las horas que pasará sin tenernos a su lado, podemos probar
a dejarle un minuto y volver;
después cinco minutos y regresar, y así sucesivamente pero aumentando el
tiempo que estamos fuera. Uno de los errores más frecuentes es reprender al
can cuando llegamos a casa. El perro no entiende el castigo a no ser que
sea inmediato, por lo que debemos ignorarle cuando se haya portado mal en
nuestra ausencia.
El impulso de destrucción no es una
estrategia de venganza, es una causa psicológica. Enfadándonos con nuestro
perro sólo conseguimos que se ponga peor. Lo que sí es aceptable es
premiarle si todo está correcto con alguna golosina, pero dársela antes de irnos pone
al perro en alerta. Tenemos que marcharnos de casa de forma natural para que el
perro lo interprete como una rutina. Le mantendremos ocupado con juguetes y le sacaremos más a la calle para
que tome confianza.
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PRINCIPALES ASPECTOS DE LA PSICOLOGÍA CANINA
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Es
muy normal que el dueño de un perro interprete como un mal físico la
conducta anormal de su mascota. Sin embargo, es necesario saber que algunos
comportamientos violentos, sorpresivos o de
aislamiento, que no se hayan dado en el animal con anterioridad, se pueden deber a algún tipo de problema
psicológico, por ejemplo una depresión.
Estos factores suelen ser
pasados por alto por los propietarios de animales, pero cada vez son más
frecuentes, por lo que se están desarrollando numerosos estudios encargados
del conocimiento de la psicología del perro. Por ello, ante reacciones de
este tipo, el amo debe acudir a un especialista con el fin de determinar y
tratar de solucionar el problema de su mascota.
Causas del problema
psicológico
Las
conductas depresivas o violentas de un perro tienen siempre un factor
causante, que puede encontrarse cercano o, por el contrario, haber sucedido
hace bastante tiempo y encontrarse registrado en la memoria del animal.
Para cada caso individual existe una respuesta o causa diferente, pero lo
habitual es que estas conductas se deban a deficiencias del entorno
en el que se encuentra el perro, ya que es posible que no sea el más
adecuado.
Asimismo, es muy común que
el amo sea el responsable de la aparición de alguno de éstos, ya que cuando
el dueño no presta al animal la atención que éste precisa, se produce un sentimiento
de rechazo en el perro, que cree no ser admitido en el núcleo familiar.
Hay otras causas comunes de
los estados depresivos o apáticos del perro, como las excesivas situaciones
de aburrimiento o las
reclusiones solitarias durante largos periodos de tiempo. Asimismo, es
frecuente que el perro se encuentre incómodo ante el desorden doméstico,
ya que no encuentra hábitos regulares de vida y se produce un desajuste
funcional. No obstante, el mayor factor de un desarreglo psicológico lo
constituye el ansia de compañía y la falta de afecto o cariño por
parte del dueño.
Datos sobre la
depresión
De
los problemas psicológicos que puede sufrir un perro, uno de los más
habituales es la depresión, es decir, un estado patológico con
disminución de toda la actividad psíquica que afecta, en especial, al
componente afectivo. El problema de esta patología, en comparación con la
humana, es que existe escasa experiencia terapéutica animal y la
dificultad para tratar al perro, ya que no existe comunicación posible con
él.
No obstante, cada vez son
más los estudios dedicados a entender las causas que llevan a la depresión
animal, y en la mayoría de ellos se señala al amo como principal
responsable, al relegar a la mascota a un segundo plano y no prestarle
la atención necesaria. Existen dos tipos de depresión en los perros. La endógena
se caracteriza por la ausencia de motivaciones externas, por lo que se puede
afirmar que tiene una causa genética. Por el contrario, la depresión exógena,
que es la más habitual, es consecuencia directa del entorno y puede tener
causas muy variadas.
Cómo detectar y
tratar el problema
Es posible detectar a tiempo la depresión del perro e intentar dirigirle a
un experto capaz de tratarle. Para ello, es necesario que el dueño preste
atención al animal, con el fin de observar su conducta y percibir si
ésta es anormal. Así, si el perro presenta un carácter de apatía general,
somnolencia, inapetencia o falta de interés ante estímulos gratificantes,
se debe sospechar de una posible depresión. Esta patología puede afectar a
todas las razas por igual, aunque numerosos estudios
afirman que los Terrier y los mestizos, sobre todo si han habitado en perreras
o guarderías, son los más proclives.
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En el caso de apreciar estas
conductas, lo primero que se debe hacer es consultar a un especialista.
Lo más recomendable en estas situaciones es intentar mantener la actividad
del perro, así como el contacto con él, para que abandone el sentimiento de
rechazo y se sienta apoyado por su dueño. En el caso de que no se pueda
dedicar al animal el tiempo necesario, se puede suplir esta compañía por
música, la radio o la televisión, durante los periodos de soledad. Aunque estos elementos
nunca podrían sustituir el apoyo y el cariño humano, sirven de ayuda en los
momentos del día en que el amo se encuentre ocupado.
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