Proteger
a nuestro perro de posibles enfermedades es un paso importante y de los
primeros que hay que dar para mantener en estado óptimo su salud.
Actualmente, existe una gama suficientemente amplia de vacunas para proteger a una mascota contra
ciertas afecciones temibles, que incluso pueden llegar a ser mortales. Los
perros, al igual que los seres humanos, se pueden proteger mediante un calendario de vacunación contra muchas
enfermedades potencialmente fatales causadas por las bacterias y los virus.
Se suelen
emplear preparados múltiples que tienen una eficacia demostrada y evitan incomodidades al can y
a su dueño. Actualmente, la proliferación y los avances en las vacunas, los
nuevos conocimientos sobre la inmunidad y los recientes estudios de los agentes
causales, virus y bacterias, ofrecen nuevas
perspectivas sobre este campo de investigación.
PUNTOS CLAVE
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Muchos
son los posibles planes de vacunación para nuestra mascota, los
laboratorios proponen su plan, los criadores el suyo, pero el único
realmente capacitado para proponer y realizar la correcta inmunización es su veterinario. Él conoce la incidencia de cada
enfermedad en su zona pudiendo, de esta manera, coordinar un perfecto plan
de vacunas.Lo primero que hay que tener en cuenta
es que, para realizar la vacunación, es imprescindible un buen examen clínico. No se debe
vacunar a animales que están enfermos.
También es
importante que el perro esté desparasitado
antes de comenzar el programa, ya que los cachorros nacen con parásitos
adquiridos a través de la placenta, por eso es muy importante eliminarlos
antes de su primera vacuna. Igualmente, con cada vacunación se vuelve a
desparasitar porque, además de eliminar los parásitos, el antiparasitario
estimula las defensas y ayuda a que la vacuna produzca un mejor efecto inmunizante. Al
finalizar el plan de vacunación se desparasita de forma periódica cada
cuatro meses y con cada revacunación.
Hay una
serie de enfermedades de las que es casi imprescindible la prevención, como el moquillo, la parvovirosis, la
hepatitis canina, la leptospirosis y la rabia.
Excepto para esta última, la primera vacunación es recomendable realizarla
a las seis semanas de edad. Para conseguir una buena inmunidad hay que realizar
una segunda, e incluso en algunas razas, una tercera aplicación en las
primeras 15 semanas de edad. Además, hay que realizar una revacunación al
cabo de un año.
VACUNACIÓN DE LOS CACHORROS volver
El joven cachorro está protegido por los anticuerpos contenidos en el calostro
de la madre, transmitidos principalmente durante las primeras 24 horas de
vida al mamar. Las crías no deberán ser vacunadas ni demasiado pronto, ni
tampoco demasiado tarde. Por lo general, la primera vacuna es contra la parvovirosis, que puede administrarse a partir de la sexta semana.
Si se trata
de razas como Rottweiler, Husky, Dobermann o Golden o tienen algo de estas razas dentro
de su herencia genética, es posible colocar la primera dosis antes de los
45 días, e incluso antes, puesto que la de bajo pasaje viene para
administrar a partir de los 30 días, debido a que estas razas son muy
susceptibles a esta enfermedad. Las demás vacunas se efectúan entre la séptima y la novena.
Éstas se dirigen a evitar la enfermedad de Carré,
también llamado moquillo o distemper, la
hepatitis, al parvovirosis y la leptospirosis, además de la llamada tos de las
perreras, un síndrome respiratorio infeccioso y contagioso.
A
las nueve semanas de edad se dará la segunda vacuna que protegerá al
perro contra el moquillo, el adenovirus tipo 2, la hepatitis infecciosa C y
la leptospirosis. También se le administra al
mismo tiempo una segunda dosis del parvovirus y, opcionalmenre, el coronavirus.
A las 12 semanas,
se repite una dosis de la vacuna anterior y la tercera dosis del parvovirus. La vacuna contra la rabia se pone a partir de los cuatro meses de edad.
Anualmente, habrá que repetir la
vacuna quíntuple (parvovirus,
moquillo, hepatitis, parainfluenza y leptospirosis) y la rabia.
UN SEGUIMIENTO PARA TODA LA VIDA volver
Con el objetivo de proporcionar una protección inmunitaria máxima a nuestra
mascota, se considera indispensable efectuar una vacunación para todas las
valencias a lo largo del primer año. Por consiguiente, el veterinario
vacunará contra la enfermedad de Carré, la
hepatitis de Rubarth, la parvovirosis,
las leptospirosis y la rabia, todo en una sola inyección.
El
calendario de vacunación del perro adulto también dependerá del entorno en
que vive el animal. En un medio no infectado, se procederá con recordatorios cada año o cada dos
años. En todo caso, y dependiendo de los factores ambientales, el veterinario puede
considerar conveniente aconsejar rappels o seguimientos más
frecuentes, como es el caso de epidemia de parvovirosis
y en las zonas en las que exista el moquillo.
Los descuidos en la vacunación pueden
costarle la vida a los animales más maduros. No
habrá servido de nada vacunarlos durante su juventud, si se descuida y no
se aprovecha el hecho de haberlo realizado, una vez que el animal llega a
la vejez. La enfermedad de Carré
o distemper es la que más incidencia tiene entre
los perros más adultos, por lo que hay que procurar vacunarlos de esta
enfermedad en la etapa senior. Al ser mucho más vulnerables, suelen ser las primeras
víctimas del virus.
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