Regular el cuerpo y la mente a través de la meditación puede aliviar las molestias y llevar finalmente a la sabiduría. Para lograr esto necesitas corregir los conceptos, y necesitas métodos. Los conceptos y métodos del Ch'an se entrelazan (los conceptos guían el uso del método, y el método debe estar en armonía con los conceptos).

En el Ch'an, hay varios medios para regular la mente. El primero es el arrepentimiento. El segundo es la aspiración o los votos. El tercero es la gran determinación. Si estás usando el huatou, el cuarto es la gran duda. El último es la transferencia de méritos.

Estos medios comienzan y acaban en los principios de la temporalidad, sufrimiento y vacuidad. Shakyamuni Buda enseñó la temporalidad de todas las cosas, sobre todo los pensamientos de uno mismo. No comprender la impermanencia es atarse al sufrimiento; comprender la impermanencia es comenzar en el camino de la liberación. Experimentarlo directamente se convierte en iluminación. Usa esta comprensión para guiarte hacia la gran liberación, la gran sabiduría y la gran compasión.

Sin un sentido de vergüenza y humildad, el arrepentimiento carece de poder, un ritual sin sentido. La vergüenza y la humildad llegan cuando comprendemos que hemos hecho cosas que no deberíamos haber hecho, y también cuando comprendemos que no hemos hecho cosas que deberíamos haber hechos; comprendemos que cuando nos perjudicamos o fallamos en ayudarnos a nosotros mismos, también perjudicamos o fallamaos en ayudar a otros. De este modo, el arrepentimiento tiene dos aspectos: con respecto a uno mismo, y con respecto a otros; nuestro remordimiento se siente en ambos casos. Para dar lugar a la vergüenza y la humildad, necesitamos la introspección, vernos tal como somos.

Algunas personas pueden parecer ser muy buenos practicantes, aún teniendo una negativa autoestima. Esto no es verdadera vergüenza o humildad. De hecho esto puede estar dañando a ellos mismos y a otros. Sin la introspección, puede resultarles difícil comprender su error y desarrollar vergüenza y humildad, y arrepentirse. Para este tipo de personas la práctica es muy difícil.

El verdadero arrepentimiento consiste en aceptar la responsabilidad de nuestras acciones y tomar la resolución de cambiar. Esto muestra que comprendes el funcionamiento del Karma, de la causa y efecto. Ya no podrás esconderte por más tiempo del hecho de que antes o después recogerás las consecuencias. La mayoría de las personas piensan que nosotros deberíamos simplemente arrepentirnos de nuestras malas acciones. Pero los seguidores del Mahâyâna también se arrepienten por las cosas que ellos deberían haber hecho pero no hicieron. Éstos son fracasos de compasión, oportunidades perdidas para cumplir nuestro voto de ayudar a los seres sintientes. Por estos errores de omisión también debemos arrepentirnos. El arrepentimiento es una espada de dos filos, fortalece nuestra determinación hacia la práctica, y nutre nuestra compasión hacia otros.

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