Introducci�n
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Cap�tulo LVI A TRAVES DE LOS HIELOSA fines de marzo, los exploradores decidieron ponerse en camino hacia los hielos. Dejaron intacto el puesto meteorol�gico y, dentro, as� como en el dep�sito de la calina, un cajoncillo soldado con unos breves datos acerca de la expedici�n que hab�a descubierto Plutonia y los principales resultados del viaje al Sur. Para que los hombres primitivos, cuyo regreso era de esperar en cuanto llegase el verano, no se llevaran los cajoncillos ni desvalijaran el puesto, colocaron en una repisa de esto ultimo parte de los �dolos de madera tallados por Katu, dejando adem�s en el suelo del puesto, como sacrificio, un mont�n de huesos, latas de conservas vac�as y otras cosas por el estilo. La idea se deb�a a Igolkin, que hab�a llegado a conocer a los salvajes mejor que el erudito Borov�i.Los trineos, con una considerable carga compuesta por las colecciones, los v�veres y la impedimenta de la expedici�n, se dirigieron a trav�s de la tundra n�vea hacia el barde de los hielos. La traves�a de la Tierra de Nansen dur� todo un mes. El paso de la barrera de hielos, la larga ascensi�n a la cordillera Russki y el descenso por el glaciar, los vientos pertinaces que soplaban del Sur, la gran carga de los trineos y el n�mero insuficiente de perros frenaban la marcha y exig�an la tensi�n de todas las fuerzas. Las frecuentes nevascas eran otro obst�culo pero, en cambio, daban unas horas suplementarias de descanso a los hombres y los perros. Pasada la barrera de hielos, comenz� la sucesi�n de d�as y noches que los exploradores llevaban mucho tiempo sin observar. No lograron encontrar algunos de los dep�sitos que hab�an dejado en el camino Pero en el cabo Truj�nov hallaron un nuevo dep�sito con provisiones para un a�o instalado por el Estrella Polar y, adem�s, una nota inform�ndoles de que el barco invernaba a unos diez kil�metros al Este del cabo. Desde las alturas del cabo se divisaba el barco a lo lejos. Se dirigieron a �l y, a mitad de camino, tuvo lugar el jubiloso encuentro de los invernantes y los viajeros. Incluso lleg� Truj�nov, en un trineo tirado por perros j�venes nacidos en el Estrella Polar durante la navegaci�n. Los saludos y las preguntas no acababan nunca. Truj�nov resplandeci� al enterarse de que hab�an quedado brillantemente confirmadas sus hip�tesis acerca del interior de la Tierra. |
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