El dilema de los padres con los hijos (IV)
CAPÍTULO 4: NIÑOS CONTRA NIÑOS.
Seguimos
con otro capítulo de este gran libro, en el que nos cuentan
los habituales problemas que tienen los niños entre ellos,
entre chavales jóvenes, hermanos... una vez más, creo que
se pueden sacar fácilmente semejanzas con nuestra actividad,
ya que este tipo de problemas, también existen inevitablemente,
entre los compañeros de equipo.
·
“Mis hijos se odian”... “haga lo que haga, ellos no cesan
de incordiarse desde el mismísimo momento en que se levantan”....
la madre que hacía este comentario, se sentía culpable e impotente,
y estaba enfadada con sus hijos porque su comportamiento no
era el que ella juzgaba adecuado. Le dije que hacía bien en
impedir que fueran crueles. Pero, al mismo tiempo, tenía que
ACEPTAR EL HECHO DE QUE SUS HIJOS NO IBAN A SER SIEMPRE AMABLES
ENTRE ELLOS. El hogar es, a la vez, el centro donde se gestan
los más estrechos lazos de amor y donde estallan los más profundos
odios.
·
Muchas veces, cuando los críos se pelean, es bueno mantenerse
al margen y valorar lo que pasa. Es difícil; los padres no
pueden ser objetivos si al mismo tiempo desean, desesperadamente,
que sus hijos sean buenos amigos y que sus familias se conviertan
en auténticos nidos de amor.
·
Al igual que esta madre, muchos padres temen lo peor al
presenciar tales rivalidades, cuando en realidad éstas NO
SON MÁS QUE EL FRUTO DE UNA DIMÁMICA NORMAL. La mayor parte
de las peleas entre hermanos empiezan porque CADA UNO DE ELLOS
QUIERE SER EL ÚNICO, EL MÁS QUERIDO.
·
Creemos que nuestros hijos se unen contra nosotros, y a
menudo es verdad. Ver cómo mamá o papá explotan es un buen
remedio contra el aburrimiento. EN OCASIONES, LOS NIÑOS RIÑEN
PARA LLAMAR LA ATENCIÓN.
·
POR DIFÍCIL QUE SEA, EL ADULTO DEBERÍA INTENTAR NO PARTICIPAR
EN LOS ALTERCADOS, Y NEGARSE A ACTUAR DE ÁRBITRO. Si se les
ignora, al cabo de unas cuantas mañanas, se acostumbrarán
a que su madre no interfiera, y ellos mismos comprenderán
que es aburrido pelearse si no hay ningún adulto implicado.
·
Cuando los padres perciben la enorme distancia que separa
sus bellas esperanzas de la realidad de cada día, aceptan
mejor las peleas entre sus hijos. Recuerdan, además, que cuando
los niños crecen y llegan a la madurez, la hostilidad y la
competitividad disminuyen, y pasan a ser sustituidas gradualmente
por la unión y el mutuo apoyo.
·
CUANDO UN NIÑO ESTÁ ENFADADO CON SU HERMANO, NECESITA QUE
SU PADRE ACEPTE SUS SENTIMIENTOS. Los padres tiene que aceptar
los celos, el resentimiento o la cólera, AL MISMO TIEMPO QUE
DEBEN FIJAR LOS LÍMITES DE SUS CONSECUENCIAS.
·
Resulta útil saber cuándo intervenir, y cuándo dejar que
sean los mismos niños los que rijan sus propias disputas.
·
PEGAR A UN NIÑO PARA ENSEÑARLE A NO PEGAR ES UNA MALA ESTRATEGIA,
ya que nuestros hijos SUELEN APRENDER LA MAYORÍA DE LAS COSAS
QUE SABEN DE NOSOTROS. CREO QUE ES IMPORTANTE QUE LOS PADRES
APRENDAN A ACEPTAR LA AGRESIVIDAD DE SUS HIJOS Y SUS BAJAS
PASIONES, ENSEÑÁNDOLES A EXPRESARLAS DE OTRA MANERA, NO UTILIZANDO
LA FUERZA.
·
LOS NIÑOS SIEMPRE SE PERCATAN DE LA MÁS MÍNIMA DESIGUALDAD.
TE VIGILARÁN COMO BUITRES PARA ESTAR SEGUROS DE QUE LES DAS
LA PARTE QUE LES CORRESPONDE DE UN TROZO DE PASTEL. Suelen
estar obsesionados por ser tratados exactamente igual.
·
No sólo resulta imposible dar a todos los niños el mismo
trato, sino que además, tratarlos igual, sería contrario al
respeto por la individualidad de cada uno. En cambio, puede
ser útil que, en ciertas situaciones concretas, se les tenga
en consideración especial para acabar con los celos.
·
Los padres tienen que aceptar el hecho de que sus hijos
no siempre van a acatar sus acciones como justas. Es mejor
no insistir demasiado en ello.
·
NUNCA CONVENCEREMOS A NUESTROS HIJOS DICIÉNDOLES QUE LES
QUEREMOS POR IGUAL.
·
... una trampa muy común: atacar abiertamente el padres
a los niños que trataron mal a su hijo, o de creer que este
último había causado, por sí mismo, que le rehuyeran. ALGUNAS
VECES, SIN QUERERLO, LOS PADRES SÓLO CONSIGUEN QUE EL DOLOR
DE SUS HIJOS AUMENTE, HACIÉNDOLES CREER QUE TIENEN ALGÚN PROBLEMA
PARA RELACIONARSE. Agravan, más que otra cosa, el problema.
·
Lograr que ellos mismos solucionen sus propios problemas,
conmigo como mediador, les ayuda a controlarse y a estar más
seguros de sus respuestas.
·
Muchos padres explican que cuando peor se comportan sus
hijos es en compañía de sus amigos.
·
Aún cuando es aconsejable mantenerse al margen de las peleas
de nuestros hijos, en algunas ocasiones éstos necesitan nuestra
ayuda para encontrar las respuestas apropiadas.
·
Lo que necesitan es que les guiemos, pero sin juzgarles.
Podemos ser de gran utilidad para nuestros hijos ayudándoles
a comportarse positivamente con sus hermanos y amigos.
Creo
que estas frases, y situaciones te ayudarán a reflexionar,
y seguro que te han recordado alguna situación parecida que
hayas vivido, o hayas visto. Medita sobre ello, y saca tus
propias conclusiones. Intenta prepararte para reaccionar mejor
la próxima vez.
Próximamente,
encontrarás el quinto capítulo de este libro, con el título
de bellas esperanzas y perspectivas destrozadas... creo que
el título lo dice todo.
IR AL CAPITULO
I
IR
AL CAPITULO II
IR
AL CAPITULO III
IR
AL CAPITULO V
IR
AL CAPITULO VI
IR
AL CAPITULO VII
|