CAPITULO VI

"WILLIAM BRANHAM - EL VIDENTE"

por el evangelista F. F. Bosworth

Durante estos últimos años yo he llorado de alegría por el reciente don de Dios a Su iglesia al levantar a nuestro querido hermano William Branham con su maravilloso "Don de Sanidad."

Este ha sido un caso en donde Dios ha hecho como dice en Efesios 3:20, "Más abundantemente de lo que pedimos o entendemos", porque nunca he visto ni leído algo que pueda igualarse al ministerio de sanidad de William Branham.

LA APARICION DE UN ANGEL

Fue el 7 de mayo de 1946 cuando un ángel, quien le había hablado al hermano Branham desde su niñez, le apareció personalmente, y entre otras cosas le dijo que la venida del Señor estaba cerca, a las puertas.

El mensajero le dijo: "Yo he sido enviado de la presencia del Señor Todopoderoso para decirte QUE DIOS TE HA ENVIADO A QUE LLEVES AL MUNDO UN DON DE SANIDAD."

Esto es exactamente lo que Dios ha hecho con el hermano Branham. El nunca comienza a orar por los enfermos y afligidos hasta que no siente la unción de Dios para la operación del don, y hasta tanto no esté consciente de la presencia del ángel en la plataforma; sin esto, él se siente completamente indefenso.

DOS SEÑALES

Note bien que Dios no sólo envió un ángel para que estuviera con Moisés, sino que le dio dos manifestaciones milagrosas como señal y como prueba a la gente de que Dios le había aparecido y lo había enviado bajo Su guianza divina a ser el libertador de ellos (Éxodo 4:1). La primera señal fue que la vara de Moisés se convertía en serpiente; y la segunda señal fue que al meter su mano en su seno, su mano se tornaba leprosa.

Dios le dijo a Moisés: "Sucederá que si no creen a ti, ni prestan oído a la voz de la primera señal, ellos creerán a la voz de la segunda señal" (Éxodo 4:8). En los últimos tres versículos de este capítulo, leemos que cuando estas señales fueron mostradas al pueblo, ellos creyeron y se inclinaron y adoraron.

Por tanto, además de enviar un ángel para que estuviera con él y le prosperara, también Él le dio dos señales milagrosas al hermano Branham para levantar la fe de miles de enfermos a un nivel en donde el don podía operar.

DIAGNOSTICO SOBRENATURAL

La primera señal: Cuando el ángel le apareció al hermano Branham, le dijo cómo él podría detectar y diagnosticar toda clase de enfermedad y aflicción; que cuando el don estuviera operando, al tomar la mano derecha del enfermo, él sentiría algunas vibraciones físicas o pulsaciones que le indicarían la enfermedad de cada paciente. Las enfermedades producidas por un germen, las cuales son causadas por un espíritu opresor, también podrían ser identificadas (Hebreos 10:38).

Cuando el espíritu de aflicción hacía contacto con el "don", producía tal conmoción física que la reacción llegaba a ser visible en la mano del hermano Branham, y era tan real que hacía que el reloj del hermano Branham se detuviera instantáneamente. Para el hermano Branham era como si él tomara en su mano un cable eléctrico de alto voltaje.

Cuando el espíritu opresor era reprendido en el Nombre del Señor Jesús, entonces Ud. podía notar que la mano del hermano Branham, roja y llena de sudor volvía a su normalidad. Si la enfermedad no era producida por un germen, entonces el Señor le revelaba por su Espíritu cuál era la enfermedad o aflicción.

Esta primera señal, regularmente, levantaba la fe del individuo a un nivel en donde él podía ser sanado; pero si no lo hacía, entonces la segunda señal se encargaba de hacerlo.

UN VIDENTE

La segunda señal: El ángel le dijo que la unción lo capacitaría para decirle a paciente muchos de los eventos pasados en su vida, desde su niñez hasta el tiempo presente. Esta operación en el hermano Branham le hacía conocer los pensamientos de la persona en la misma plataforma.

Recientemente oí que él le dijo a una madre que trajo su niñita: "Señora, su niña nació sorda y muda, y tan pronto Ud. descubrió que su niña no oía ni hablaba, Ud. la llevó a un doctor." Luego le dijo todo lo que el doctor le había dicho. La señora respondió: "Eso es correcto."

La multitud oía todo esto a través de los micrófonos. El hermano Branham veía lo que la persona había hecho, y apartaba el micrófono para que la audiencia no oyera, entonces le decía al enfermo cualquier pecado sin confesar. La persona debía confesar antes que el don obrara para su sanidad. Tan pronto como la persona reconocía y prometía dejar de hacerlo, la persona era sanada, muchas veces, antes que el hermano Branham orara por ella. Estas declaraciones del ángel al hermano Branham eran confirmadas noche tras noche delante de miles de personas.

De esta forma la gran audiencia era testigo, noche tras noche, de tres tipos de milagros. Las primeras dos señales no sanaban al enfermo, sino solamente servían como señal para levantar la fe del enfermo a un nivel en donde el don pudiera operar. Por supuesto, estas dos señales sólo eran posibles cuando la unción de Espíritu estaba sobre el hermano Branham.

MAS QUE DONES DE SANIDAD

Sin duda que algunos cristianos aquí y allá han sido dotados del don de sanidad, el cual es uno de los nueve dones mencionados en 1 Corintios 12; cada uno definido como "La manifestación del Espíritu." En cada iglesia debe haber laicos con este don.

Pero el hermano Branham era un canal para algo mayor que un simple "don de sanidad"; el hermano Branham era un vidente, tal como lo fueron los profetas del Antiguo Testamento. Él veía los eventos antes de que sucedieran. Una vez le pregunté: "Hermano Branham, ¿qué quiere decir Ud. cuando manifiesta haber visto una visión? ¿Cómo es que Ud. la ve? ." Él me respondió: "Tal como te estoy viendo a ti, con la única diferencia que yo sé que es una visión."

Tan claro como vemos las cosas materiales, así el hermano Branham veía mientras oraba algunos de los principales milagros que iban a suceder por la noche en el servicio. El veía cómo algunos eran traídos en ambulancias o sentados en sillas de ruedas, y podía describir su apariencia y cómo estarían vestidos, etc.

Mientras él tenía la visión, estaba inconsciente de lo que sucedía a su alrededor. NUNCA, desde que él recibió este don, llegaron a fallar estas revelaciones; siempre se cumplieron los milagros que le fueron mostrados en visión. De esta manera podía, con toda seguridad, decir: "ASí DICE EL SEÑOR"; y nunca fallar.

Él me dijo que simplemente actuaba conforme a lo que él se había visto haciendo en la visión. EL EXITO EN ESTA FASE DE SU MINISTERIO FUE CIENTO POR CIENTO PERFECTO.

MIRANDO A LO INVISIBLE

Cuando el don estaba en operación, el hermano Branham era la persona más sensible a la presencia del Espíritu Santo y a las realidades espirituales; más que ninguna otra persona que yo haya conocido. Bajo la unción, que era la que operaba el don, y cuando él estaba consciente de la presencia del ángel, él parecía desprenderse de su velo de carne para entrar en el mundo de lo espiritual, y de esta manera percibía el más mínimo movimiento espiritual a través del sentido de lo no visto. Pablo escribió: "No miramos a las cosas que se ven, sino a las que no se ven; porque las cosas que se ven, son temporales; pero las que no se ven, son eternas."

(2 Corintios 4:18).

Estas palabras de Pablo indican que nosotros vivimos en dos mundos al mismo tiempo: el mundo de los sentidos y el mundo del espíritu. El mundo del espíritu rodea y penetra completamente al mundo de los sentidos. Ambos mundos ocupan el mismo lugar al mismo tiempo. Las realidades materiales que vemos con nuestros ojos naturales, existen en medio de realidades mucho más altas y mejores, las cuales no pueden ser vistas por el nervio óptico.

La Biblia nos enseña que las realidades eternas, que son superiores, nos rodean. ¡Cuantas cosas veríamos nosotros a cada momento de nuestra existencia si tuviéramos los ojos ungidos para verlas! Lo que se ve, existe en medio de lo que no se ve, lo temporal en medio de lo eterno.

Nosotros vemos las verdades y realidades espirituales a través del ojo divino. De esta manera los eventos futuros vienen a ser del presente; es como una vista anticipada de una gran película. Jesús dijo: "El Espíritu os mostrará las cosas que han de venir."

MILAGROS VISTOS ANTICIPADAMENTE

Durante los servicios celebrados en Fort Wayne, una dama se allegó al hermano Branham. Ella cargaba su niña que había nacido con un pie deforme, y lo tenía enyesado. Al momento del hermano Branham ver a la madre de la niña, sin detenerse a orar por ésta, le preguntó: "Señora, ¿hará Ud. lo que yo le ordene? " La ella dijo: "Lo haré". Entonces le dijo: "Váyase a su casa, quítele el yeso del pie a su niña, y cuando regrese mañana en la noche, tráigala; y ella tendrá el pie perfecto." A través de los micrófonos, la congregación pudo oír todo esto. Aquella noche la madre de la niña estuvo como una hora quitándole el yeso de la pierna. La siguiente noche, la madre la llevó al culto y la niña tenía el pie perfectamente bien; llevaba puestos unos zapatitos blancos y caminaba normalmente.

Al otro día le pregunté al hermano Branham por qué había pasado aquella madre con su niña sin tan siquiera orar por la niña. "No era necesario", me contestó él, "Porque aquella tarde yo había visto en visión a la niña completamente sana". Sería demasiado largo este artículo, si yo relatara otros casos similares a éste. Esta fase de su ministerio tuvo suficiente material para llenar un libro.

En el capítulo 5 de San Juan, Jesús dijo: "Mi Padre obra y yo obro. El hijo nada puede hacer de sí mismo, sino que lo que ve hacer al Padre, esto también hace el Hijo. Porque el Padre ama al Hijo y le muestra todas las cosas."

¿Qué quiso decir Jesús? Por supuesto, Jesús era un vidente así como lo fueron los profetas del Antiguo Testamento. Él veía los milagros antes de que sucedieran. Él vio al hombre que tenía un padecimiento por 38 anos, quien no podía tirarse al estanque cuando el ángel bajaba y removía el agua. Jesús vino a él y le dijo: "Toma tu lecho y anda." Jesús vio a Lázaro resucitar antes de hacer el milagro. Él dijo a Natanael: "Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi." (Juan l:48).

Él vio por visión donde estaba el asno amarrado sin estar allí, etc.etc. Jesús dijo:"El que cree en mi, las obras que yo hago también él las hará porque yo voy al Padre; y todo lo que pidieres al Padre en mi nombre, eso haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo" (Juan 14:12-13).

LA FUERZA DE FE SE HACE SENTIR

En el caso de la mujer que tocó el borde de las vestiduras de Jesús y fue sanada, Jesús dijo: "Percibo que virtud ha salido de mí" (Lucas 8:46). Cuando esto sucedió y fue conocido, leemos en Marcos 6:55-56: "Y dondequiera que entraba: aldeas, ciudades o campos, ponían en las calles a los que estaban enfermos y le rogaban que les dejase tocar siquiera el borde de su manto, y todos los que le tocaban quedaban sanos.

Gracias a Dios que todavía sigue fluyendo aquella misma virtud del Cristo Glorificado, a los cuerpos plagados con diversas enfermedades, y ellos reciben salud.

Las dos señales milagrosas que Dios manifestó a través del hermano Branham para levantar la fe del enfermo, también eran dadas para aumentar la fe de aquellos en la audiencia que estaban enfermos y que no habían podido llegar a la fila de oración. Esta fe hacía que virtud fluyera del Cristo Glorificado, y de esta forma los que estaban sentados en la audiencia eran sanados también, sin importar el sitio donde estuvieran.

Cuando la fe llega a su debido nivel, no importa el sitio en la audiencia, siempre obtiene el mismo resultado y la misma virtud como si estuviera en la plataforma. Esto no podía suceder sin que el hermano Branham se diera cuenta de ello. La sensación que él experimentaba cuando alguien era sanado en la audiencia, era tan real como si yo le halara su pantalón, sabía la dirección de dónde venía el halón de fe y también podía señalar a la persona que lo estaba haciendo.

Mientras oraba por los enfermos en la fila de oración, en los servicios de Flint, él se detuvo y señaló al segundo piso del auditorio y dijo: "Acabo de tener una visión de una dama vestida con traje azul, ella acaba de ser sanada de cáncer." La mujer emocionada saltó de su asiento y se puso en pie diciendo: "Yo soy esa dama." Su fe hizo por ella en el segundo piso lo que también estaba haciendo por aquellos en la plataforma.

Una dama era cargada en una camilla al servicio; ella estaba muriendo de leucemia. Tanto en la clínica John Hopkins como en la clínica Mayo, le fue dicho que se había hecho todo lo posible y que no había esperanza de que pudiera vivir. Su mente ya le había comenzado a fallar. Yo me bajé de la plataforma y le dije que orara para que el Señor moviera al hermano Branham a orar por ella. Observé cómo sus labios se movían mientras ella oraba. De momento el hermano Branham sintió el halón de fe, brincó de la plataforma y fue a la camilla en donde estaba ella y orando, dijo: "En el Nombre de Jesús, levántate de tu camilla, recibe fortaleza divina y sé sanada."

Ella en obediencia al mandato, se levantó con sus manos en alto y anduvo frente a toda la multitud. Aquella mujer lloraba de gozo. Más tarde me encontré con su hermana y me dijo que ella estaba perfectamente bien.

ARREPENTIMIENTO EN MASA

Y lo mejor de todo, pecadores eran traídos bajo profunda convicción de pecado queriendo ser salvos y escapar de la ira que vendrá. En Romanos 15: 18-19, Pablo habla de hacer a "los gentiles obedientes, por la palabra y por el poder del Espíritu Santo... desde Jerusalem y todo alrededor hasta Jericó." Yo he visto hasta 2.000 pecadores dar sus corazones a Dios. No en balde Jesús dijo: "En la ciudad que entréis, sanad los enfermos que allí hubiere."

INVITACIONES DE ULTRAMAR

Citando el Salmo 68:18, el apóstol Pablo dijo en Efesios 4:8: "Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad y dio dones a los hombres."

La noticia de este don a la iglesia, en tres años, corrió alrededor de todo el mundo, y muchas llamadas urgentes fueron llegando de otras tierras y campos misioneros en ultramar. Muchas de éstas llegaron de África.

Muchos afligidos fueron traídos de otras naciones para recibir sanidad. Cuando el hermano Branham visitó los campos misioneros, yo creo que hubo el más grande despertamiento que la iglesia haya tenido desde el primer siglo.

 

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