Además de las manifestaciones clínicas habituales, es
necesario referirse también a ciertos cuadros que, aun no siendo de aparición forzosa, sí pueden
aparecer en cierto momento de la enfermedad. Así pues, lo primero es tener en cuenta esto; no aparecen en todas
las personas con espondilitis, de hecho estas complicaciones eran mucho más frecuente en el pasado, cuando el
diagnóstico de la espondilitis se realizaba más tardíamente y los medios farmacológicos de que se disponía eran
menores que en la actualidad. Además, como ya he mencionado, nosotros los pacientes jugamos un importante papel
en nuestra enfermedad cumpliendo con nuestra parte, que es la de realizar los ejercicios y fisioterapia
que nos permiten mejorar en todos los aspectos.
UVEÍTIS (uveitis anterior
aguda no granulomatosa): Se trata de la complicación más frecuente y que
pueden presentar un 25-40% de los pacientes en algún momento de su vida.
Consiste en un proceso que cursa con dolor ocular importante, acompañado de
enrojecimiento, apareciendo también visión borrosa. Suelen ser unilaterales
y curar en días o semanas, aunque es relativamente frecuente que vuelvan a aparecer transcurrido un
tiempo. Sólo una pequeña
parte de los pacientes pueden presentar secuelas graves. Esta complicación es más
frecuente en las personas que tienen afectación articular periférica (rodillas, caderas, etc).
En estos casos es conveniente (sobre todo por el intenso dolor) acudir
rápidamente al médico de urgencias para que se ponga un tratamiento inmediato y se reduzca el dolor y la posibilidad
de que puedan quedar secuelas tras el episodio.
FRACTURAS
VERTEBRALES: Constituyen la complicación más grave. Traumatismos, golpes poco importantes en intensidad
pero que afecten a una zona sensible pueden ocasionar estas
fracturas. La osteoporosis y la rigidez de la columna las favorecen, y
son importantes sobre todo a nivel cervical, donde entrañarían mayor riesgo
para el paciente. Aún así la subluxación atlo-axoidea es menos frecuente
que en la artritis reumatoide. En las formas más evolucionadas puede aparecer
el llamado Síndrome de la cola de caballo.
FIBROSIS PULMONAR : Afectaría
fundamentalmente a los lóbulos superiores del pulmón. Se daría en fases
avanzadas de la enfermedad, relacionándose con la limitación de los movimientos
respiratorios debido a la afectación torácica y un
patrón de tipo restrictivo.
Suele ser bilateral pero aún así poco frecuente. En pocos casos ha aparecido
enfermedad pulmonar intersticial.
INSUFICIENCIA AÓRTICA (y trastornos
de conducción del corazón): En estadíos muy avanzados y enfermedad severa.
Es debido a la dilatación de la raíz aórtica.
Existen otras manifestaciones
pero estas serían las más relevantes y aún así con una frecuencia máxima
del 10% de los pacientes tras 30 años de evolución de la enfermedad y con un elevado grado de
inflamación. Existirían
asimismo otras complicaciones derivadas del uso de los fármacos, como
problemas a nivel renal (Nefropatías, nefropatía IgA), gastrointestinal
(Enteropatía, inflamación intestinal subclínica en muchos pacientes y
que se asemejaría a la enfermedad de Crohn), óseo (osteoporosis, provocando
las fracturas vertebrales; parece además relacionarse con la actividad
inflamatoria intensa), o procesos de amiloidosis de tipo secundario.