Continuando con el apartado anterior del diagnóstico de la espondilitis
anquilosante, hay que tener en cuenta que para el médico pueda confirmar la patología, debe realizar una
serie de pruebas. En algunos casos no es necesario realizarlas todas, pues la confirmación de espondilitis
se consigue antes, pero a veces se recurre a muchas pruebas, algunas de las cuales no hablaré aqui y que
tienen como objetivo descartar otras patologías.
DATOS
DE LABORATORIO: desafortunadamente no existe todavía ninguna prueba
que detecte o confirme la espondilitis a través de análisis sanguíneos
u orina. Mas el médico va a obtener con éstas una serie de datos que se
sumarán al resto de los ya obtenidos para saber si se trata o no de EA.
Los dos parámetros más empleados son la Velocidad
de Sedimentación Globular (VSG) y la PCR
(Proteína C Reactiva). Ambos sirven para valorar la presencia
de procesos inflamatorios inespecíficos, es decir, pueden estar aumentados
tanto en la EA como en cualquier proceso que suponga inflamación. Estos
dos factores están aumentados en nuestra enfermedad pero de forma variable
en cada paciente y en cada fase de la misma (fase de remisión o de poca
actividad de la espondilitis, o fase de actividad, considerándose "brote"),
y en ocasiones sirven para orientar el tratamiento (si está funcionando
adecuadamente reduciendo la inflamación, o no). El objetivo del tratamiento
antiinflamatorio es reducir los valores de estos dos parámetros,
lo cual será indicativo de que la actividad inflamatoria en nuestro cuerpo
ha disminuido, y por consiguiente el daño que se puede inflingir a nuestras
articulaciones disminuye.
Además de ellos, es característico qu el paciente de
EA sea negativo para el Factor Reumatoide (seronegatividad). Otros parámetros
son la Interleucina-6 y la hiperganmaglobulinemia IgA.
En ocasiones, cuando existe derrame articular, nos pueden extraer líquido
articular inflamatorio (de las rodillas por ejemplo). Este líquido tiene
pleocitosis variable y destaca la presencia de células polimorfonucleares, pero
de nuevo se trata de algo inespecífico y que aparece en otros procesos que causan inflamación a ese nivel.
SIGNOS RADIOLÓGICOS : la afectación de las articulaciones sacroilíacas,
que se localizan en la parte posterior de la pelvis y región más baja
de la columna vertebral, es uno de los signos más orientadores de espondilitis, aunque no sirve para el diagnóstico definitivo.
Suele ser bilateral y simétrica. Primero aparecerá
cierto borramiento del borde cortical del hueso subcondral y después erosiones
y esclerosis de la zona.
Posteriormente y conforme progresa la enfermedad,
esta zona primero se fibrosa y después sufrirá un proceso de
osificación
(que es lo que provoca la anquilosis, falta de movilidad de la articulación), perdiendo su funcionalidad.
Así, las sacroilíacas pueden terminar por desaparecer radiográficamente.
En los casos leves las alteraciones evolucionan tan lentamente
que pueden transcurrir años hasta que dichos datos sean evidentes.
La Tomografía Computarizada y la RNM (resonancia nuclear
magnética) son las pruebas que más precozmente pueden detectar dichas
alteraciones. Posteriormente, y como algo típico de nuestra enfermedad,
ésta tiende a "subir" por la columna y comienzan a afectarse otros segmentos
de la misma, dependiendo de la severidad de la misma. Su tiempo de evolución
es muy variable en cada persona. No hay que olvidar en ningún momento
que ésta es una enfermedad que no evoluciona de la misma forma en todas
las personas que la padecen y por tanto es imposible predecir cómo va
a comportarse en el futuro.
El avance (de producirse) hacia la columna lumbar provoca la desaparición
de la lordosis
(inclinación típica que podemos apreciar a ese nivel en una columna vertebral
sana), dándose fenómenos de osteitis (inflamación ósea) y erosión de los
cuerpos vertebrales (que constituyen el armazón de la columna), adquiriendo
un aspecto cuadrado , que es muy característico de la espondilitis.
Conforme se osifican las capas superficiales del anillo fibroso, van formándose
los sindesmofitos
marginales (que mencioné en el apartado del diagnóstico),
siendo una especie de puentes óseos que unen dos cuerpos vertebrales (que
en condiciones normales no estarían unidos, pues al estar unidos pierden
su capacidad de movimiento de uno respecto al otro) por delante y por
los lados. Es lo que se llama "columna
en caña de bambú", expresión típica para referirse a la forma
de nuestra columna, con una forma de doblarse similar a la de esta caña,
o bien "columna salomónica"). Y como siempre destacar que estas
alteraciones no se presentan siempre pues dependen del grado de severidad
de la enfermedad y de su tiempo de evolución. Asimismo con estos métodos
de imagen se pueden estudiar las consecuencias de los procesos inflamatorios
a nivel periférico (rodillas, caderas, etc).
Destacaré la afectación de la cadera, siendo lo más frecuente el
pinzamiento de su articulación, y sería más raro la existencia de anquilosis
de esta articulación o erosiones. La calcaneitis(inflamación del
hueso calcáneo) es también frecuente, y puede dar sintomatología al enfermo.
Además pueden aparecer alteradas las articulaciones metatarsofalángicas.