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TESTIMONIOS DE LA MISIÓN EN KENYA

NAVIDAD EN KENYA      Héctor Pedraza.

¿CÓMO ALABARTE SEÑOR EN TIERRA EXTRANJERA?       Diác. José Camarillo, M.G.

FAMILIAS DE LA CALLE       Diác. José Camarillo, M.G.

OTRO MISIONERO EN EL CIELO

AL ANDAR SE HACE CAMINO       Héctor Pedraza.

¿QUIÉNES SON LOS TURKANA?

MI PRIMERA MISIÓN        P. Eduardo Castellanos, M.G.

MENSAJE JUBILAR       P. Roberto Villalobos, Sacerdote Asociado.

BODA EN LA TURKANA      P. Ricardo Gómez, M.G.

¿YA PASÓ NAVIDAD?        P. Ricardo Gómez, M.G.

¿NAVIDAD... O TAL VEZ ADVIENTO?    Diác. Antonio Mascorro, M.G.

BIENVENIDO A NAMANGA

MARTHA, MUJER DE FE Y ESPERANZA.        María Luisa Romero, misionera laica asociada (MLA)

LA NIÑA QUE SE ROBÓ EL CIELO        P. Manuel Islas, M.G.

PREGÚNTALE A UN MISIONERO        P. Ricardo Gómez, M.G.

MUCHO MAS QUE UN SIMPLE ABRAZO  Diác. Antonio Mascorro, M.G.
 
 
 
 
 
 
 



NAVIDAD EN KENYA

Mucha gente me ha preguntado acerca de las celebraciones de Navidad en Kenya y
ahora quiero compartir esta reflexión que espero te ayude a discernir tu
vocación. Como estudiante de Teología en el extranjero puedo decir que nuestras
tradiciones se ven confrontadas por las nuevas experiencias. Alguna vez has leído
las dos narraciones del Nacimiento de Jesús en el Evangelio de San Lucas y en el
de San Mateo? San Lucas usa muchos elementos que han sido explotados por los
medios de comunicación y han perdido su valor y significado. Ángeles, pastores,
cantos, alegría son parte esencial en el relato de San Lucas. Villancicos vienen
a nuestras mentes durante estas fechas que nos hacen sentir el gran
acontecimiento de Dios habitando entre nosotros. Pero para mi la Navidad en la
misión es descrita por el Evangelio de San Mateo. Fíjate bien y verás que no
todo es tan dulce como la otra narración. José duda de la concepción virginal de
María. Los hombres sabios de Oriente aunque vienen con muy buenas intenciones de
adorar al Salvador, dan pie para que Herodes sienta en su corazón sentimientos
de odio en contra de su adversario y ordena la ejecución de los inocentes. Sin
embargo, la promesa hecha a María con respecto al nombre de Jesús (Dios en medio
de nosotros) no queda del todo oscurecida por estos eventos. En la misión de
Kenya pasamos por situaciones de persecusión como en aquellos tiempos. El
problema de los refugiados es pan de todos los días y hay muchos Josés y Marías
alrededor de nuestras parroquias pidiendo posada. La vida de los ninños
inocentes es amenazada por el azote del SIDA. Ya son miles los huérfanos cuyos
padres murieron por esta enfermedad. La brecha generacional se ha visto por
tanto afectada dramaticamente pues son las abuelas las que se hacen cargo de sus
nietos y ellos no han conocido a sus padres. Los gobiernos siguen impidiendo que
el mensaje de paz llegue a todos los hombres y constantemente hay persecusión en
contra del Cristianismo disfrazada en forma de declaraciones oficiales que
desacreditan el trabajo hecho por los cristianos. Como ejemplo esta una vez mas
el SIDA. El gobierno ha culpado a la Iglesia Católica por la expansion de esta
pandemia. Al ponerse del lado de la fidelidad y en contra de los condones el
Gobierno ha puesto en la mente de la gente que la doctrina de la Iglesia en este
campo esta afectando a la población. Sin embargo, Dios sigue presente en medio
de su pueblo y los signos de esperanza son muchos. Asi es como celebramos la
Navidad en Kenya. Nada de lucecitas, ni cantos, ni ponches, ni pastorelas pero con
la fe en que Jesús sigue vivo en medio de todos los hombres de buena voluntad.

Héctor Pedraza Seminarista en Kenya



¿COMO ALABARTE SENOR EN TIERRA EXTRANJERA?

Con los pasados ataques militares en Kosovo, el problema de los refugiados ha llegado a ser un tema relevante a nivel mundial. Constantemente vemos en los medios de comunicación el éxodo de gente en busca de paz, en busca de una tierra sin guerra. Sin embargo, el problema de los refugiados es uno de los problemas que tiene años de existencia en este continente Africano. En la actualidad, países como Angola, Congo, Ruanda, Burundi tienen problemas tribales y de guerra civil, y otros países como Sudan, Somalia, Etiopía, Eritrea tiene problemas de sequía y hambre. Es por eso que mucha gente de estos lugares, sale de estos países en busca de una tierra que mane leche y miel, salen en búsqueda de una vida digna, salen en búsqueda de paz. Pero los problemas no se terminan allí, los problemas continúan cuando llegan a otro país y no tienen oportunidades de trabajo, de un techo donde vivir, de alimento que comer, y en algunos casos, de un lugar para alabar a Dios. La Iglesia Católica de Kenya, consciente de esta situación, hace un esfuerzo y colabora con los refugiados proporcionándoles alimento, empleo, educación, ayuda espiritual, entre otras cosas. Pero aun así la carga sigue siendo pesada, por eso sigamos pidiendo al Dios de la Vida para que el sueño de la paz sea una realidad en este continente Africano.

José G. Camarillo Mtz. Seminarista en Kenya



FAMILIAS DE LA CALLE (EN NAIROBI, KENYA).

Nairobi, como en muchas de las grandes ciudades del mundo, tiene el problema de los Chokora o Street Children, los niños de la calle. La mayoría de ellos viven, trabajan y duermen en la calle. Para ellos, la calle tiene un especial significado, es el espacio de socialización, donde ellos aprenden como vivir, o mejor dicho como sobrevivir. En pocas palabras, la calle es para ellos su verdadero hogar y familia. Ahora bien, en los últimos días, no solamente es común ver niños en las calles pidiendo dinero para comer o inhalando pegamento sino que también es común ver familias, es decir, señoras con sus hijos en las calles, las cuales no tienen hogar por lo que viven y duermen en los parques y callejones de la ciudad, y que se cobijan ya sea con cartón o papel periódico, y que en muchos de los casos su ultima alternativa es ingerir drogas baratas para olvidarse de la situación de miseria en la que están viviendo. Por ejemplo, el otro día me impacto' ver en el centro de la ciudad a un grupo de señoras, algunas sentadas y otras acostadas inhalando pegamento, y lo más triste fue ver que algunas de ellas tenían cargando a sus bebes. Esta situación a llegado a ser un serio problema social en nuestros días, que desafía no solamente al gobierno de Kenya sino a la Iglesia y a la sociedad en general. Es triste ver niños en la calle sin padres, sin amor, sin educación y sin futuro. Parece ser que esta gente que vive en las calles es un signo de nuestro tiempo, que muestra que algo no anda bien en nuestra sociedad. Aunque ya hay organizaciones tanto de la sociedad como de la Iglesia que están atendiendo esta situación, la presencia de niños y familias en las calles sigue siendo un desafío para todos nosotros, esto nos invita a conocer mas sobre su situación y sobre ellos, a pedirle a Dios su ayuda, y a buscar posibles soluciones antes de que el problema sea mayor.

José G. Camarillo Mtz. Seminarista en Kenya



OTRO MISIONERO EN EL CIELO!!

Fue una triste  y repentina sorpresa  la muerte de uno de nuestros
compañeros sacerdotes en la misión.   El P. Sebastián Meza, M. G.,
trabajo aquí en Kenya por mas de treinta años, y aunque estaba un poco
enfermo de diabetes y alta presión seguía trabajando en la parroquia de
Guadalupe, Nairobi.  Fuimos todo el grupo de misioneros a unos días de
vacaciones y convivencia a la playa,  el P. Meza se puso un poco
delicado de salud y lo internamos en un hospital donde pasó sus últimos
cuatro días.  Estaba reaccionando bien,  de hecho el doctor lo dio  de
alta ese día y al llevarlo al hotel donde estabamos hospedados,  de
repente le vino un ataque cardiaco y nos dejó.
P. Manuel Islas, P. Jesús Torres y P. Ricardo, tuvieron la oportunidad
de acompañarlo en sus últimos momentos y de hecho el P. Meza murió en
sus brazos cuando lo cargaban hacia su cuarto.  Después de la
sorpresa y arreglar todo en Momabasa para volver a Nairobi,
notificamos  la gente de la parroquia de Guadalupe que regresábamos de
inmediato  con el cuerpo del Padre.  Nuestra sorpresa al llegar, fue que
ellos hicieron todos los preparativos para el funeral y lo único que
esperaban es que nosotros aprobáramos hacer un funeral estilo africano.
Fue una bonita experiencia donde se notó el cariño de la gente por sus
sacerdotes.
 Ellos se encargaron de notificar a todos los grupos parroquiales y
comunidades religiosas con las que trabajamos.  Se prepararon varias
fotografías grandes del P. Sebastián, que se pusieron en las puertas  de
la Iglesia, junto con un
libro de condolencias, que firman todos los que vienen al funeral.  Fue
una comitiva de la parroquia a recibir el cuerpo a la funeraria y se le
hizo procesión hasta llegar a la Iglesia.   En la parroquia ya estaba
esperando toda la comunidad, dos obispos y como 50 sacerdotes.
Se comenzó la misa con una procesión de todos los participantes, con
cantos y  danzas africanas, hasta entrar a la capilla.  Fuimos los
sacerdotes Misioneros de Guadalupe los que cargamos el féretro y  ellos
se encargan de llevar flores, fruta, la santa Biblia en Urugoli y hasta
una planta  de plátano, todo esto se presento en las ofrendas como señal
del trabajo misionero del P. Sebastián en Africa, especialmente en
Kakamega y los frutos que se han cosechado a lo largo de sus más de 30
años de ministerio sacerdotal...  en fin, fueron muchos detalles muy
bonitos, la misa duró mas de dos horas y media, pero fue una misa
increíble con muchos cantos y danzas africanas.
El P. Sebastián pidió ser sepultado, así es que se vio conveniente pedir
un lugar en el cementerio de San Agustín,  donde están otros sacerdotes
misioneros.
Dios mío, gracias por el regalo de tu amistad, por llamar a Meza a
descansar a casa y darle la recompensa prometida por su trabajo
misionero.  Ayúdanos a estar siempre preparados para cuando tu nos
llames.  Ayúdame especialmente, a no escatimar entregar mi vida día con
día con amor por esta gente y este país.

P.D.  Meza, sigue apoyando nuestro trabajo misionero desde el cielo ¡!.



AL ANDAR SE HACE CAMINO

Quizás hayas escuchado esa canción tan popular entre los bohemios de tus padres o hermanos mayores "Todo pasa y todo queda pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo camino, camino sobre la mar" Hoy quisiera compartir contigo un poco mi experiencia como viajero en esta vocación al sacerdocio misionero. El 10 de Noviembre de 1997 lo voy a recordar toda mi vida. Es el día que deje mi patria para venir a compartir mi fe con los Kenianos, quienes me han cambiado en muchos aspectos. Pues bien, este viaje me llevo un día entero el realizarlo para llegar a tierras africanas. Misioneros que nos han precedido por estas tierras tuvieron que hacer el mismo recorrido por diferentes medios. Uno de nuestros misioneros aquí llegó en 1967 por barco y le llevo mas de un mes hacer el recorrido. Te habrás dado cuenta que estoy pensando en las diferentes maneras como la gente se comunica con otros lugares. Avión, barco, autobús, ... o a pie son las maneras como podemos desplazarnos. Obviamente el más fascinante es el avión, pero también el mas caro. Nos comunica en cuestión de horas a lugares lejanos, con la posibilidad de quedar en el vuelo como en los recientes accidentes del Concorde. En fin, toda manera de viajar tiene sus propios riesgos. Viajar por autobús es de lo mejor para los turistas que quieren conocer un poco mas de cerca los lugares que visitan. Incluso pueden darse el lujo de tomarse algunas fotos, aunque a veces de prisa, para decirle a todos que ahí estuvieron de paso. Aunque hay quienes prefieren hacer el recorrido a pie. A esos se les conoce como vagabundos y la gente los mira con recelo. Es común ver esta gente merodeando los lugares con el afán de simplemente conocer a la gente y sus costumbres y sus viajes pueden resultar larguísimos. Nuestra vida la podemos recorres de la misma manera. Muchas veces me pongo a pensar como la vida la pase en avión, es decir, a toda prisa y con los riesgos de no detenerme para disfrutar lo bello del paisaje, de la convivencia con los seres queridos, etc. La prisa citadina es como subirse a un avión y si andamos haciendo un montón de cosas pero sin tener tiempo siquiera para nosotros mismos. Otras veces he viajado como en autobús, solo turisteando en la vida pero sin ningún interés en comprometerme con la situación de la gente que vive a mi alrededor. Decimos entre los misioneros que hay una diferencia muy grande entre aterrizar del avión y llegar a la misión. Aterricé en Kenya el 12 de noviembre de 1997, pero llegue a la misión hasta hace poco. Y es que tenemos muchos apegos que no nos dejan entregarnos totalmente a la misión que tenemos en nuestra vida, ya sean rencores, pecados, etc. Hay que atreverse a bajar del avión y empezar a caminar. Si a caminar, por que es el medio que utilizo Jesús para evangelizar. Si en su tiempo hubieran existido el avión o el autobús no hubiera habido redención. El recorrido Galilea-Jerusalén se hace hoy día en cuestión de horas pero a Jesús le tomo tres larguísimos años en los cuales perdió el tiempo con la mujer samaritana al pie de un pozo, visito a muchos enfermos, anduvo en el lago de Galilea predicando su evangelio, etc, etc. Que tipo de vida quiere el Señor para nosotros? Date el tiempo necesario para caminar con Jesús, sin prisas, por lo duro del sendero y cuesta arriba por la senda del servicio a tus hermanos.
Héctor Pedraza, Seminarista



  ¿QUIENES SON LOS TURKANA?

Los Turkana es un grupo nilo-hamita de pastores nómadas que viven en la
parte occidental del lago Turkana, en Kenya, al este de Uganda y el Sur de
Sudán. Los Turkana llegaron al actual territorio hacia el siglo XVIII.
Ocupan una extensión de unos 86,000 km. cuadrados, terreno semidesértico
con escasas lluvias, arbustos espinosos y colinas en medio de las llanuras, con
temperaturas muy altas.

En la actualidad son cerca de 270,000 en población esparcidos por toda
Kenya, aunque la mayor parte viven en el propio territorio Turkana. Las
viviendas son cabañas semiesféricas. Los materiales utilizados para su
construcción son ramas espinosas y palos. La vivienda de una familia es
un complejo de seis o siete cabañas, una por cada mujer perteneciente a
la familia ( abuela, esposa y otras mujeres) y varios recintos para el
ganado. Todo ello, rodeado de una cerca de ramajes y espinos. Una piel
extendida sobre el suelo, fuera o dentro de la cabaña, sirve como lecho.

A causa de la aridez del suelo, la economía es esencialmente pastoril
(bovinos, cabras, ovejas, camellos y  asnos), que comen las hojas de los
arboles espinosos y otras plantas que crecen en los lechos secos de los
ríos.

El mundo de los Turkana gira en torno a tres elementos: el hombre, los
animales y Dios. Los animales constituyen el centro de la vida política,
económica y religiosa. Les proporcionan carne, leche, sangre y las
pieles para su vestido. Son la base de la "dote" del matrimonio. La
dieta alimentaria se basa en la leche, la sangre y la carne. El agua la
consiguen en pozos excavados en los lechos secos de los ríos. La mujer
camina de 10 a 15 km. para buscar el líquido vital. En la actualidad los
pastores nómadas intercambian sus productos con los pueblos agricultores.

Los Turkana han abandonado muchas costumbres propias de las tribus
nómadas. No practican, por ejemplo, la circuncisión tanto en hombres
como en mujeres. Carecen de artesanía textil,  pero trabajan el hierro,
madera, la piel y el cuero. La elaboración de las pieles es pasatiempo
cotidiano para las mujeres.

Las armas son las clásicas de los pueblos nómadas: lanza, arco con
flechas, un pequeño clavo de forma curva y un brazalete en forma de
media luna con el filo cortante, un arma muy temible en la lucha cuerpo
a cuerpo. El escudo es de piel con un palo vertical, de forma rectangular.

    Misión de Katilu



   MI PRIMERA MISIÓN

El 13 de octubre dejamos Nairobi bajo la protección de Nuestra Señora
de Guadalupe. Nos dirigimos a la que sería nuestra nueva residencia con la
tribu Turkana. La finalidad, aprender  la lengua y sus costumbres.
Después de seis horas de viaje, nos detuvimos en Kitale, en la casa de
la diócesis donde pasamos la noche. El siguiente día  después de
celebrar la Eucaristía, salimos rumbo a Katilu nuestra nueva misión.
Cuatro horas después llegamos directamente a la Iglesia de María Inmaculada,
donde agradecimos a Dios por habernos permitirnos llegar  con bien.

Por la mañana celebramos la Eucaristía con toda la comunidad donde nos
presentamos como los nuevos misioneros que vienen a compartir la Buena
Nueva y aprender de sus valores humanos y culturales. La celebración fue
toda una fiesta, llena de alegría y gozo. Lo que mas me impacto de la
celebración fue una niña que apoyada en su compañera se dirigió al ambón
a leer la primera lectura. La niña leía con tanta claridad y seguridad
que llamó mi atención. Para mi sorpresa la niña era invidente, y podía
leer. Mi corazón palpito mas de lo normal, mi respiración dudosa, un
temor se apoderó de mi; un solo pensamiento paso por mi mente,  "no
temas, Yo estoy contigo,  dejate guiar". Mire a mi alrededor y me dije:
no hay la menor duda, Dios esta con nosotros.
Al finalizar la celebración salimos a saludar a la gente, de la cual
aprendimos los primeros saludos.
EJOKA= como estas? EJOK NOI= muy bien,
NYANU NGACHE=algún problema? MAM= ninguno.

   P.  Eduardo Castellanos



  MENSAJE JUBILAR

El P. Roberto Villalobos de la diócesis de Tepic y asociado a Misioneros
de Guadalupe  comparte un mensaje de alegría para finalizar esta año
Jubilar.

Mi mensaje para todos los sacerdotes: Vivamos con profunda alegría el
don del ministerio que Dios ha depositado en nuestras manos. No somos
dueños de semejante bendición; somos simplemente dispensadores y
servidores del Evangelio a favor de los seres humanos. Como en tiempos
de Abraham, hoy Dios también nos invita a salir de nuestra patria e ir a
la tierra que Él nos mostrará. Que no nos dé miedo salir con nuestra oración,
con nuestro sacrificio y si es posible con nuestra propia persona a esos pueblos
que aún no conocen a Cristo. Vivamos intensamente cada Eucaristía que nos
lleve a comulgar con el anhelo de Cristo como Redentor de todos los pueblos.

Estemos atentos a los signos de los tiempos para que la Palabra Divina
ilumine nuestro caminar diario hacia la construcción del Reino.
Evangelicemos con nuestra propia vida a fin de que nuestra palabra se
vuelva creíble y reflejemos el rostro de Cristo buen pastor. Dejemos que
el Espíritu Santo nos moldeé en la docilidad al Evangelio para que
nuestra predicación sea creíble. Amemos entrañablemente a María de
Guadalupe quien nos lleva en su regazo y quiere que todas nuestras
comunidades vivan en la justicia y paz, en la fraternidad y amor. En
pocas palabras amemos a nuestro pueblo como Cristo lo ama.

A los Jóvenes: Yo quiero decirles que no se fijen en el número de años
que tienen. La juventud es más bien una actitud mental de apertura del
corazón, de frescura y novedad, de astucia y valentía hacia el proyecto
de Dios. Hagamos que el mundo envejecido por el pecado se convierta en
un mundo siempre joven por la gracia; que nuestra generosidad y alegría
en servir a las causas nobles nos lleven siempre a los más necesitados y
marginados. Respaldemos la cultura de la vida y la civilización del amor;
sí se puede, aunque otros digan y griten que no. Recordemos que Dios está
de nuestra parte y que con El todo es posible.

Ser joven auténtico es: decir sí al verdadero amor en el plan de Dios;
es vivir la alegría de nuestro bautismo con la intensidad de los
profetas de esperanza que la Biblia nos presenta; es dejarnos guiar por
el Espíritu Santo en la construcción de una tierra nueva donde reine la
justicia y el amor; es experimentarnos perdonados por Dios y amados
incondicionalmente por El, es apostar nuestra vida por la causa del
Evangelio cueste lo que cueste; es estrenar cada día con la frescura  del
primer amor y desde ahí dar gloria al Padre en el Hijo por el Espíritu
Santo.

A las Iglesias particulares en México: Amemos lo que Dios ama. Sigan
compartiendo la luz de Cristo por todos los Pueblos. México Misionero no
es un simple sueño, sino una realidad verdaderamente vivida. El dar
desde nuestra pobreza al compartir nuestra fe nos enriquece
inmensamente. Así es la lógica de Dios: El que más da más alegría tiene
y Dios lo colma de bendiciones.

Mi comunidad son los pobres.
Su seguridad es la mía.
Su salud es la mía.
Mi casa, la casa de los pobres.
Pero no de los pobres cualquiera,
Sino de los pobres más pobres.
De aquellos a quien nadie se acerca
Porque son contagiosos.
De aquellos que no van a rezar
Porque no pueden ir desnudos.
De aquellos que caen desplomados
Por la aceras sabiendo
Que están a punto de morir,
Y a cuya vera pasan los transeúntes
Sin volver la mirada hacia atrás.
De los que lloran,
Porque se les ha agotado
Ya las lágrimas.

   Madre Teresa de Calcuta



  Boda en la turkana

¿Cómo comenzaron su año nuevo?, espero en Dios que muy bien. Yo por acá,
aunque un poco incomunicado, gozando de lo lindo de estar en esta tierra
Turkana. Navidad y Año Nuevo fueron tiempo de visitar todas las
comunidades y celebrar junto con ellos el Nacimiento de Señor... a su
estilo, con danzas, cantos y un ambiente de mucha alegría.
No ha sido fácil mantener la comunicación con ustedes, pues les aseguro que
estoy mas incomunicado de lo que me imaginaba...
pero eso si, mas feliz de lo que ustedes pueden
imaginar. La comunidad Turkana es gente muy alegre y muy interesada en
conocer mas y mas sobre nuestro Dios. He tenido la gran oportunidad de
celebrar "El Nacimiento del Señor Jesús"  en las ocho comunidades de la
parroquia de Katilu...la última a hora y media de mal camino. Pero les
aseguro que ha sido una experiencia inolvidable. Claro que ustedes
estuvieron presentes en mis oraciones y en las misas de Navidad.
Entre otras cosas, les contaré que estoy bien de salud y que recibí la
invitación a participar en una boda tradicional Turkana, es una
experiencia única, es estar en un ambiente de película, danzando,
aplaudiendo y bailando entre guerreros, señores y señoras con sus trajes
tradicionales, muchachas guapísimamente arregladas. Al principio te ven
con desconfianza, pues eres extranjero, pero poco a poco van tomando
confianza y mas cuando un familiar cercano al novio te acompaña o cuando
se pasan la voz de que eres el padre de la parroquia... bueno para no
hacerla larga terminé bailando con ellos, me invitaban de un grupo a
otro para compartir su alegría y al último tuve la dicha de bendecir a
la novia, que dos señoras me comentaron era católica.
Mantengámonos unidos en la oración y pidiendo a Dios unos por otros. Con
cariño, su hermano en Cristo Misionero, Ricardo.



¿YA PASÓ NAVIDAD?

Muy estimados Familiares y Amigos,

Pido a Dios que la alegría de su nacimiento alegre completamente su
vida hoy y siempre.

Alguno dirá que ya pasó la Navidad, ! NO ! Navidad es todos los días,
Dios está siempre con nosotros. Cada eucaristía es Navidad, cada que se
juntan en familia para rezar es Navidad, cada vez que tomas tu Biblia para entablar diálogo con Jesús, es Navidad.  Navidad debe ser el diario vivir de los cristianos.  Alégrate, toda tu vida es Navidad.



¿NAVIDAD… O TAL VEZ ADVIENTO?

A lo lejos distinguí la figura de un anciano maasai que pesadamente se acercaba a la pequeña capilla. Se trataba de un “mzee” (señor) quien días antes me había invitado a participar en su celebración de Navidad, y luego, tantas veces como tuvo oportunidad, había acudido para recordarme el acontecimiento. Como ya era día 25 de diciembre, no dudé en pensar que venía por mí, aunque era todavía temprano, pues faltaban cerca de cinco horas para la hora acordada (y yo en esos momentos me disponía a salir con un grupo de guerreros massai); sin embargo, cuando le comuniqué ésto, no tuvo ningún inconveniente en esperarme.
Su paciente espera terminó casi a las 3 de la tarde, cuando por fin nos dispusimos a caminar. El ritmo de nuestros  pasos era lento; él me platicaba y yo no entendía mucho de lo que me decía, pero escuchaba con atención sus comentarios. A veces espontáneamente cantábamos y reíamos; también le dio por enseñarme algunas palabras en maasai.
El fuerte sol de la tarde, los rebaños que pastaban cerca, el árido paisaje y la figura de este anciano maasai, parecido a cualquiera de los patriarcas de la Biblia, me hicieron recordar las narraciones del Antiguo Testamento, en especial el libro del Éxodo: cómo después de la salida de Egipto los hebreos, con los pies ya cansados, dejando profunda huella en las arenas, sólo querían llegar pronto a la tierra prometida.
Por fin pude ver a lo lejos las bomas (chozas). Las mujeres danzaban alegremente y todos los demás estaban sentados, bajo la sombra de los escasos árboles, en grupos selectamente establecidos de acuerdo con la edad. ¡Era una escena que bien podría ser fuente de inspiración para los nacimientos navideños de los hogares mexicanos durante las fiestas decembrinas!
Al llegar nos integramos a uno de los grupos. Había un bonito ambiente festivo, pero sin duda faltaba un elemento esencial: Jesucristo, quien debiera ser realmente el centro de la celebración.
Debí entender que la inmensa mayoría de los presentes no eran cristianos; sin embargo, aunque resulte extraño, estaban celebrando el nacimiento de Jesús. Para ellos la Navidad es un buen pretexto para tener fiesta, y para nosotros una buena oportunidad para aprovechar este aspecto celebrativo de su cultura y evangelizar. A propósito de esto, el catequista de la comunidad llegó y los invitó a hacer una oración e hizo breves comentarios de la vida de Jesús que los maasai escucharon con atención.
Después de la típica comida y de participar por un rato más de su alegría y entusiasmo regresé, ya sin la compañía del anciano maasai, que se quedó para continuar la fiesta, seguramente hasta muy noche, pues los maasai difícilmente se cansan de bailar y cantar.
Me sentí contento de experimentar la relación de Dios con su pueblo, un Dios que en mucho se asemeja al Dios del Antiguo Testamento, pero que va preparando el camino para el nacimiento de su Hijo en esta cultura. Un adviento festivo en el cual nosotros tenemos la dicha de colaborar.
Sem. Antonio Mascorro.



  BIENVENIDO A NAMANGA.

Un gesto común en Kenya es la actitud de la gente al visitar. Pareciera que se ha hecho todo un rito en torno a este gesto tan humano y cotidiano. Hodi...Karibu! Las traducciones tienden a no hacer justicia a todo el contenido de ésta expresión y el visitante no puede comprender del todo su significado, sin embargo, a mí me ha tocado la fortuna de entrar un `poco a este mundo mágico de la bienvenida al estilo africano. En la misión de Namanga es lo más común escuchar a cada momento este intercambio de expresiones.
Algunos diccionarios traducen Karibu como bienvenido o cercanía. Pero incluso podemos considerar que a través del testimonio de los Padres que ahí tratan de vivir su fe, ésta expresión ha llegado a tener un contenido casi teológico.
En efecto, Jesús en el Evangelio de san Mateo es presentado como Emmanuel, es decir el Dios con Nosotros, el dios que se hace cercano (Mt 1, 23;12,28;y 28;20) Tanto el padre Roberto Villalobos como el P. Juan Esteban Reyes tiene como finalidad hacer presente a Jesús a través de su testimonio de vida. Pero antes de describir su labor pasemos a conocer un poco Namanga, con sus retos, aspectos positivos y problemas.  Este pequeño poblado se encuentra al sur de Kenya y hace frontera con Tanzania.
Los motivos de su origen se encuentran en el comercio. Hubo gente que se estableció ahí por motivos de negocio. Así encontramos que comparten una misma suerte diferentes tribus de Kenya (Kikuyu,Kamba,Maasai,etc) así también una gran variedad de expresiones religiosas (Musulmanes, Iglesias Independientes de África, Cristianos de diferentes denominaciones y, las religiones tradicionales). Por tanto, la realidad a la que se enfrentan nuestros misioneros ahí es muy compleja, pues al mismo tiempo hay que atender las necesidades de ésta gente al igual que a los Maasai que se encuentran en los poblados de alrededor. De ahí que podamos considerar el trabajo realizado en Namanga desde dos ángulos.  Por una parte, las característica sque presentan las “grandes” poblaciones de ésta misión como son Namanga mismo, al igual que Mailitisa y Engata Taek. Sin ser propiamente “ciudades” presentan los problemas de éstas, tales como: drogadicción, alcoholismo, prostitución, SIDA, inseguridad, etc. El P. Roberto Villalobos se ha encargado de la atención a estos centros. Sus esperanzas se encuentran en que, a pesar de las grandes dificultades que aquejan a la misión, existe una gran ansia por escuchar y conocer la palabra de Dios. El reto para él es hacer presente a la iglesia de acuerdo a las sugerencias del Sínodo de África, es decir, concebir a ésta como una familia, como la comunidad de las pequeñas comunidades.
Por otra parte, el P. Juan Esteban Reyes, quien desde 1994 ha estado en contacto con la comunidad Maasai, es el que se encarga de su atención pastoral.
Una vez más el Evangelio de San Mateo se hace presente. “Y llamó a sus doce discípulos les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para curar toda enfermedad y dolencia...
Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsar demonios. Gratis lo recibisteis, dadlo gratis” (Mt 10,1,8 Casas). El P. Reyes es muy conocido entre los Maasai por muchas razones. En sus visitas a las bomas no se preocupa sólo de predicar el Evangelio, sino que también les lleva medicina a los enfermos y les provee de agua cuando la sequía hace estragos en sus comunidades. El trabajo entre ellos también ha hecho un cambio en su manera de evangelizar. Dios ha estado es estos pueblos aún antes de nuestra llegada y, su presencia se manifiesta de muchas formas. En fin, que el trabajo con los Maasai constituye de por sí un reto para nosotros como misioneros. Tenemos que salir de nuestros esquemas y, tratar de establecer un diálogo con ellos y sus valores.



MARTHA, MUJER DE FE Y ESPERANZA.

    En la misión de MULOT (Kenya, África), se llevó a cabo el bautismo y primera comunión de Martha, el 11 de febrero de 1999, festividad de Nuestra Señora de Lourdes y día mundial de oración por los enfermos. Martha Maebuch había sido una vecina más en el pueblo de Kilusu (Mulot), pero su deseo, fe y esperanza, la convertían ya en una hija de Dios y de la Iglesia.

    Ella platica que desde hace muchos años tenía el deseo de venir a la iglesia católica y participar activamente en todas sus actividades; pero, no podía porque estaba casada, y su marido (que tampoco era católico) no se lo permitía. Cuando sabía que iba a haber Misa, se  llenaba de alegría con la esperanza de poder asistir algún día; pero, también la invadía la tristeza cuando la realidad de su situación le decía que no era posible asistir a Misa.

    El año pasado Martha conoció a la Hermana encargada del dispensario de salud en la parroquia y le platicó su historia y su gran deseo de ser bautizada en la Iglesia Católica. También le dijo que ya no tenía impedimento, pues era viuda. Sin pérdida de tiempo, la Hermana buscó una catequista que la ayudara en su preparación.

    Por fin,  a sus 76 años, veía hecho realidad su gran deseo: pertenecer a la familia de los hijos de Dios.
Fue una celebración fuera de serie y muy alegre, como correspondía a tan gran acontecimiento. La tarde del día 10 de febrero, Martha y sus amigos llegaron a la misión para preparar la ceremonia del día siguiente y para vivir una experiencia única en sus vidas. La Hermana fue a recogerlos a su casa, uno por uno; al llegar a la misión, los alojó en las instalaciones del centro pastoral donde les esperaba una rica comida.  Mientras cenaban disfrutaron de una hermosa película acerca de la vida de Jesús. Estaban tan emocionados que, por primera vez, el tiempo no les importó, y se fueron a dormir muy tarde. Al día siguiente adornaron la iglesia y prepararon los cantos para la Eucaristía.

    Aunque era un día de fiesta no hubo mucha gente, pues fue algo muy familiar. Además de la madrina y los amigos de Martha, estuvimos presentes 15 adultos más y los 13 niños del kinder, que también fueron invitados. Fue realmente un hermoso día: la iglesia estaba adornada con flores, el coro debidamente uniformado, y se creó un ambiente acogedor, que ayudó a que viviéramos una experiencia inolvidable.
Una vez más, doy gracias a Dios por la fe de Martha, que ni el marido ni el tiempo pudieron borrar, y por hacerme testigo de las maravillas que realiza entre nosotros.

María Luisa Romero
Misionera Laica Asociada



LA NIÑA QUE SE ROBÓ EL CIELO

En la misión de Namanga, localizada en la zona maasai, hay dos parroquias, ya que el pueblo está dividido por la frontera entre Kenya y Tanzania. En la parte de Tanzania termina la diócesis de Ngong, donde trabajamos los Misioneros de Guadalupe.  La parroquia de Namanga, por ser frontera, tiene gente de muchas tribus. Es una babel de idiomas. Los idiomas oficiales son el swahili y el inglés, aunque muchos hablan el maasai.

El P. Juan Reyes es el encargado de la pastoral entre los maasai y ya ha organizado comunidades de base
donde se reúnen el catequista, los cristianos, los catecúmenos y los simpatizantes con la Iglesia. En la cabecera de la misión, cada domingo, se reúnen los maasai para la celebración de la Palabra.  Es un espectáculo colorido, ya que todos llegan con sus trajes típicos.

Desde mi llegada a la parroquia, me llamó la atención este grupo y, en especial, mamá Milia y su familia por su colaboración e interés en los trabajos de la Iglesia.  Había más cercanía a ellos, ya que todos los días las dos gemelas de la familia nos traían la leche a la casa. Empecé a ganarme su confianza dándoles un dulce, una fruta... Al principio se sorprendían, pero luego se acostumbraron al rito: llegaban, entregaban la botella de leche, recibían la galleta, el dulce o la fruta, daban las gracias y se iban felices, comentando entre ellas lo que habían recibido.

Un día, llegó corriendo una cristiana para avisarme que una de las gemelas de mamá Milia estaba muriendo en el hospital, situado a corta distancia de la misión. La niña no estaba bautizada, apenas se estaba preparando; así que me apresuré… Encontré a la niña en una cama, cubierta con una sábana; acababa de fallecer. La descubrí y le toqué la frente; aún estaba calientita; tomé agua del lavabo y la bauticé con el nombre de María.  La comunidad le compró su pequeño ataúd y, al día siguiente, me pidieron que la depositara en la caja y la llevara a la sepultura, preparada en el terreno de uno de sus familiares. Se reunieron los cristianos y ofrecí la Santa Misa de cuerpo presente bajo un árbol. En la homilía les hablé del amor de Dios y cómo Dios había manifestado su amor a aquella niña que se había robado el Cielo con el bautismo. Les pedí que rogáramos para que María fuera intercesora ante Dios y llegara la gracia de la conversión al pueblo Maasai.

Pido a Dios que la fe penetre en el corazón de ese pueblo tan necesitado. Que nuestros amigos de México recuerden en sus oraciones el trabajo de los misioneros en África, y que la gracia de Dios llegue a muchos hermanos.

P. Manuel Islas,
Misionero de Guadalupe en Kenya.


PREGÚNTALE A UN MISIONERO

¿ Por qué te gustó Kenya para trabajar ?. Desde que recibí la invitación
a ser misionero, siempre pensé en la gente de Africa, quizá un poco
influenciado por la revista Agüiluchos, que me gustaba leer de niño, o
porque mi promotor vocacional nos hablaba mucho de su experiencia
sacerdotal en Africa.  Pero creo que cada un de nosotros tenemos en la
mente y en el corazón una * imagen * de la misión donde queremos
trabajar, la mía siempre fue Africa y cuando tuve la oportunidad de
venir por vez primera a Kenya y me tocó vivir una ceremonia Maasai de
cambio de Murranes, en medio de las casas de lodo y cientos de guerreros
danzando, le di gracias a Dios y le dije, * esta es la misión que
siempre soñé *.

¿Cuándo llegó a Kenya ? El 23 de Diciembre de 1997.  Trabajé diez años
como formador en México y cuando el Consejo General me permitió venir a
trabajar a Kenya mi primer pensamiento fue: * Si Dios lo permite, este
año pasaré mi primera Navidad en la misión * . Y Dios me lo concedió,
llegué el 23 de Diciembre en el vuelo de la mañana.

¿ Cuál ha sido lo más difícil ?. La Miseria en que vive mucha gente. Me
impacto mucho la barriada de Kibera y la  forma en que la gente *
sobrevive *, aunque también me admiró la alegría y la sonrisa de los
niños en ese ambiente infrahumano.  Pero algo que me dejó helado, fue el
reporte de algunas religiosas que nos comentaban, que algunas de las
señoras de nuestras comunidades de base, en ocasiones se tenían que
entregar al señor de la tienda o al dueño de la casa, para que les diera
un paquete de harina para que comieran sus hijos o los esperara con la
renta por unos días mas.  Pienso que para que una madre tenga que llegar
a eso es que de verdad la miseria en que viven es extrema.   Y lo más
difícil es aceptar que no tenemos la solución, pues ni todo el dinero
alcanzaría para aliviar esta terrible situación.

¿ Cuáles son los grupos que existen en la parroquia ?  Bueno como ya te
dije, tenemos 18 comunidades de base: 6 dentro de la barriada de Kibera
y las otras entre gente de clase media.  Las comunidades que hemos
intentado entre gente de clase alta no han dado resultado. Y grupos
apostólicos tenemos: los Carismáticos, Jóvenes, Acólitos, Grupo de
pequeñas niñas, la Legión de María, el Nuevo Catecumenado, los
catecúmenos, los grupos de catecismo de primera comunión y confirmación,
el grupo de Refugiados,  y el grupo de San Vicente de Paul.  Como vez es
un parroquia muy activa.

¿ Cómo se celebra la misa en tu parroquia ?.  La liturgia es otra de las
cosas que más me ha gustado e impactado en Africa.  Es una liturgia
llena de vida, en la que todo mundo participa.  Se vive un verdadero
ambiente de oración de comunicación con Dios.
Las ceremonias principales siempre comienzan con una larga procesión de
entrada desde fuera de la iglesia.  Por delante van los acólitos con
cruz alta e incensario para dar toda la solemnidad, los siguen un grupo
de niñas danzando, cantando, invitando a todos a que participen y se
alegren en esa ceremonia.  Después viene toda la gente también cantando
y aplaudiendo. El coro toma la parte central de la gente, casi siempre
adornados con sus uniformes o alguna ropa que los distingue y al final
de la ceremonia vienen otro grupo de acólitos y los padres celebrantes.
A la gente le gusta preparar bien sus misas, así es que siempre hay un
maestro de coro y un monitor que invita a la participación de la
comunidad.  Los acólitos parecen del equipo del obispo o del Papa, pues
hacen todos los movimientos con una solemnidad que impresiona.

Antes de la lectura se hace procesión con la Palabra de Dios, se
introduce con danzas, cantos y aplausos.  El sacerdote recibe la Palabra
de Dios, bendice con ella al pueblo y luego la entrega al ceremoniero. Los lectores ordinariamente saludan a la comunidad diciendo * Tumsifu Yesu Kristu * (Alabado sea Jesucristo) y toda la comunidad a una voz responde
*Daima na Milele, amina* (Ahora y por siempre, amen).  La oración de los fieles es participada y en ocasiones es tan larga que hay que decirle a la gente que ya es suficiente.  En ocasiones se presentan ofrendas de fruta, granos, flores y otras cosas que son signo para la comunidad en esa liturgia y el monitor va explicando cada una de las ofrendas.
En el momento de la elevación de la consagración se acostumbra cantar
algún verso corto de alabanza, esto lo  hace mas solemne y es una
verdadera adoración.
El momento de la paz es una fiesta, todo mundo saluda a sus vecinos, se
desean la paz de Cristo y hasta los acólitos y el sacerdote bajan a
saludar a la gente.
La comunión es otro momento que impacta, son filas y filas de gente que
se acerca a comulgar. Gracias a Dios la participación en la confesión y
comunión es muy buena.
Bueno esos son unos de los detalles que podría platicar sobre la
celebración de la Santa Misa en nuestra comunidad de Guadalupe.



MUCHO MAS QUE UN SIMPLE ABRAZO

El abrazo, que es un gesto muy cotidiano en nuestras vidas, a través del cual expresamos: cariño, aceptación y amor, tiene gran relevancia entre los habitantes de Mangola Chini, pueblo tanzaniano ubicado en las faldas del lago Eyasi y vecino del majestuoso parque Gorongoro, donde tuve la oportunidad de estar durante un mes para, además de practicar el idioma swahili, conocer y participar un poco del trabajo pastoral que se realiza en esta parroquia de la diócesis de Mbulu. Allí entendí que, el ofrecer los brazos, es mucho más que un simple abrazo.

Dos acontecimientos se realizan: el primero, un vehemente, alegre y callado grito por la vida; el otro, una forma conjunta de afrontar el dolor ante una realidad siempre amarga, como es la muerte.
Tratando de reconstruir las escenas, recuerdo una pequeña choza alumbrada por el amanecer de una nueva vida.  Desde dentro "mamá Emilia" nos invitó a pasar amablemente, e inmediatamente después de sentarnos y sin decir palabra alguna, puso sobre mis brazos a un niño recién nacido. Yo no sabía el por qué, pero era notoria la urgencia de la madre porque yo tuviera al niño en mis brazos.

Días después, estando en una pequeña comunidad de base y poco antes de la oración final, una señora se retiró por un momento y regresó, poniendo un niño en los brazos de la persona más cercana, quien lo fue pasando a todos, sin excluir a nadie.  Para entonces yo ya sabía el significado: para la madre, es una forma de compartir su alegría al invitarnos a recibir al niño y hacerle sentir que es parte de la comunidad; para nosotros, no sólo es un signo de aceptación sino una forma de participar de las gracias que Dios, a través del niño, envía a la comunidad y a cada uno en particular.

Con esto me quedó claro por qué esta tradición de tener al niño en los brazos es un rito casi obligado tantas veces cuantas visitemos a una familia donde haya un bebé. Este significativo detalle termina cuando la madre se presenta por primera vez a la iglesia, después del nacimiento, y, acompañando la procesión de ofrendas, pide al sacerdote que presente al niño a la comunidad.

Otro acontecimiento se llevó a cabo en un escenario típicamente musulmán: Acompañábamos a una familia en su tristeza por la muerte de un joven. Desde que llegamos me impresionó el nostálgico canto de cientos de mujeres sentadas en el suelo, muy cerca de la choza impregnada del clásico olor a incienso, donde algunos hombres bañaban constantemente el cuerpo del difunto, cumpliendo así con los ritos musulmanes de purificación. Cuando la fosa -entre los polvorientos cactus- estuvo terminada, todos los hombres formamos una gran valla; las mujeres, con el rostro fijo en el suelo, seguían cantando.  El cuerpo, que estaba sobre un petate y apenas cubierto con una sábana, fue pasando por la alfombra de brazos masculinos, mientras ininterrumpidamente se pronunciaban plegarias a Alá (Dios) y a su profeta Mahoma.  Al pasar el cuerpo por mis brazos experimenté el fuerte sentimiento de solidaridad que se vivía en esos momentos; cierto, la mayoría eran musulmanes, pero también estábamos un buen número de cristianos de diferentes denominaciones, quienes, superando diferencias o creencias religiosas, acompañábamos a la familia y ofrecíamos nuestros brazos para hacer menos dolorosa la entrega.

Dos contextos: ayer, una bienvenida a la vida; hoy, un "hasta luego". Sin embargo, el signo fue el mismo: una invitación a ofrecer nuestros brazos y a abrir nuestro corazón a estas costumbres tan humanas; a compartir nuestra fe y esperanza tanto en las alegrías como en las tristezas, y a descubrir la presencia de Dios desde el primero hasta el último instante de la vida.
 

Diác. Antonio de Jesús Mascorro Tristán,
 M.G. en Nairobi, Kenya.


 
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