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TESTIMONIOS EN PERÚ

BAUTISMOS... Y PROBLEMAS     P. Antonio Hernández, M.G.
 

NOTICIAS
 

ANÉCDOTAS
 

INCULTURACIÓN EN LA MISIÓN DE CUSCO.   Angélica García Salazar, MLA, en Perú.
 

TU ERES MI HIJO MUY AMADO         Ma. Dolores Martínez Martínez,  MLA en Perú.
 

JESUCRISTO ESPERANZA DEL PERÚ Yolanda Miranda Rentería, MLA en Perú
 
 
 



BAUTISMOS… Y PROBLEMAS

El primer Sacramento que la Iglesia nos presenta, el Bautismo, es un poco difícil de realizar por estos lugares, porque la gente equipara el Bautismo a casi un negocio o un compromiso de ayuda que los padrinos tendrán, por muy largo tiempo, hacia el bautizado; si los padrinos viven cerca de sus ahijados, los papás de éstos se los enviarán casi todos los días para que sus padrinos les den los alimentos, y, con mayor razón en los cumpleaños de los ahijados, en Navidad, Año Nuevo, etc…, acontecimientos que ni los propios papás celebran con sus hijosOtro problema que se presenta es que son poquísimos los papás que asisten a las pláticas pre-bautismales…, ¡y aún a la propia ceremonia del Bautismo! Los papás traen a sus hijos a bautizar hasta que tienen 7 u 8 años de edad; pero, aún así, hay muchísima gente que llega a la edad del matrimonio y todavía no se ha bautizado. En esta área de pueblos “jóvenes” (recientemente fundados por inmigrantes de otros lados del país), la gente es tan heterogénea que es muy difícil tener un promedio de su educación religiosa. Tuve una experiencia al respecto, cuando los padrinos me reclamaron y me pidieron ayuda: En las pláticas pre-bautismales enfaticé que los padrinos debían de ayudar a los papás de los ahijados en lo referente a la educación en la fe, y en otras responsabilidades. Un mes después del bautismo de aquel grupito de niños, llegaron los padrinos a pedirme ayuda económica para poder darle de comer al ahijado, porque los papás les habían dejado al niño, recordándoles que: “…el Padre dijo que los padrinos tienen grande responsabilidad de cuidar a sus ahijados”. Sin embargo, los papás no recordaron o no habían puesto atención a lo que dije acerca de sus propias responsabilidades. ¡Por lo visto, la gente siempre toma y recuerda lo que le conviene! ¡No cabe duda de que en la evangelización de estas gentes se tiene un sinnúmero de experiencias con las que se aprende mucho!

P. Antonio Hernández Rodríguez. Misionero de Guadalupe en Perú


NOTICIAS DESDE LIMA,PERU

PERU Siempre hay una sorpresa en la vida y aquí te van unos comentarios de la Misión. El día 6 de octubre fui a llevar al P. Miguel Aldaco a su Nueva Misión de Pucallpa y, al día siguiente los Padres me recordaron el celebrar el 5o. ANIVERSARIO de M.G. lo cual hicimos con una celebración en la que participamos los padres Francisco Flores, Miguel Aldaco, Victoriano Hernández, Antonio Hernández, el Obispo Juan Luis Martín, el Vicario Levy, un Padre de Tacna, otros dos padres de Quebec, las seis misioneras seglares y, unos amigos del P. Francisco. Después tuvimos un convivio muy agradable.

PUCALLPA
En la parroquia de Nuestra Señora del Carmen el Padre Francisco Flores, párroco, realiza su pastoral con dos misioneras seglares, Ma. Auxilio y Dolores Marínez y Lourdes Ortíz. En la carretera de Federico Basadre se encuentran las comunidades de la Parroquia de San Pedro y San Pablo, y las atiende el Padre Victoriano Hernández, con las misioneras seglares, Yolanda Miranda, Hilda Medellín y Elizabeth.

Ahora el P. Miguel Aldaco está cooperando en la zona del P. Francisco Flores, mientras agarra su pasito, porque llegó de las tierras frías del Cuzco a las tierras calientes de Pucallpa ¡Ánimo Miguelón! En Diciembre del 2000, las seglares Ma. Auxilio, Hilda Medellín, Yolanda Miranda y Dolores Martínez regresan a México después de tres años y cuatro meses de trabajo. Quedan por lo pronto las dos nuevas misioneras que van llegando, Lourdes Ortíz y Elizabeth.

CUZCO
En la Parroquia de la Sagrada Familia están trabajando el P. basilio S. y las seglares Ma. Guadalupe Garduño y Angélica García.

En la Vice-Parroquia de Pichu, san Martín, está ahora cooperando el P. Marciano Márquez, buscando la formación de comunidades cristianas que tanto se necesitan. En Paucartambo, el P. Salvador Espinoza está inculturizándose y dándole duro a su Pastoral Especial de la sierra. Esta Parroquia se llama: Nuestra Señora del Rosario, pero se le conoce más por: “LA MAMACHA DEL CARMEN”, es una imagen de la Virgen que el Papa coronó cuando vino a Perú.



ANÉCDOTAS:
En el mes de Diciembre se terminará de construir la casa de las misioneras seglares, así que las nuevas vivirán mejor, porque, en la casa que habitaban las anteriores misioneras, cuando llovía se mojaban más por dentro que por fuera.
Cuenta la historia que unos jóvenes de la parroquia de San francisco que prepararon las misioneras seglares fueron a realizar en Campo Misión en Macisea y uno de los acontecimientos que llegaron comentando fue sobre el “P. Torero”, se referían al P. Miguel Aldaco que, investigando con un periodismo profesional, tuvo que tirar un becerro agarrándolo de los cuernos, y como lo logró, a la gente le agradó y donde quiera preguntaban que si el Padre que iría a su comunidad era el “P. Torero”. ¿cómo ven?
cada persona tiene sus dones.
También es agradable comentarles que al P. Victoriano Hernández el clima le está ayudando para su salud por lo que se está adaptando y, poco a poco le va echando más ganas. ¡ÁNIMO Y ADELANTE PADRE VICTORIANO!!

Otra cosa chistosa es que la gente me dice: ¡Oiga Padre Toño, cada vez nos envía Padres más chiquitos!, ¿será que en México no crecen muy altos?



INCULTURACIÓN EN LA MISIÓN DE CUSCO.

    Después de haber vivido mi primera Pascua en tierra de misión y resucitado junto con Cristo, se me dio la gran oportunidad de asistir al curso de “Formación para Nuevos Agentes de Pastoral”, promovido por el IPA (Instituto de Pastoral Andina), cuyo objetivo principal es brindar una orientación general sobre la problemática del Perú y, específicamente, del sur andino, a todos los agentes de pastoral que, desde otros países, vienen a trabajar en la Iglesia andina.

    Estuve un mes en Chucuito (Dpto. de Puno), en una casa de retiro. Qué maravilla fue el contemplar, cada mañana, la inmensidad del lago Titicaca, que se encuentra a unos 3,800 metros de altura y con una extensión de 8,560 km2., reconocer la grandeza del Señor, que nos ha regalado esta bella naturaleza.

    Fui con un espíritu abierto de aprender muchas cosas que me ayudaran en mi trabajo en la misión. Los temas tratados fueron: a la historia de Perú y el sur andino, geografía del Perú, economía, religiosidad, etc. ¡Sería interminable de mencionar todo lo aprendido en este curso, necesario para todo misionero que llegue a un país de misión! También pude memorizar una que otra palabra en quechua.

    Ahora puedo entender la mentalidad e idiosincrasia del peruano; es un pueblo que por su historia ha sufrido mucho, que ha perdido su identidad por la influencia de otras culturas: por lo tanto, tiene una baja autoestima. Pienso que, como misionera, debo llevar a la práctica este pensamiento de un teólogo, Gustavo Gutiérrez: “SABER VER” (encontrar el sitio para hacerlo), “SABER ESCUCHAR”  (a alguien que otros quieren hacer callar), “SABER ACOMPAÑAR” (es decir, no solamente caminar con la gente, sino saber hacerlo, quitando ‘el velo’ y haciendo que ardan los corazones) y “SABER COMPARTIR” (sin ceder ante las primeras opiniones ‘realistas’ que dicen que no tenemos nada que dar).

    Hay que caminar junto con este pueblo como siervos de Dios, no imponiendo nuestras ideas, sino comprendiendo y viviendo su cultura, para así dejar huella en sus vidas.

Angélica García Salazar,
M.L.A.Misionera Laica en la misión de Cusco.



TU ERES MI HIJO MUY AMADO

En uno de los cursillos de catequesis, un grupo de catecúmenos adultos, recibieron el sacramento para el que se habían preparado: Ocho se bautizaron y cuatro hicieron la Primera Comunión.

Fue una misa emotiva; hubo mucha gente que los acompañó, y no era para menos, pues cada uno traía una historia de dificultades para poder realizar su sueño de recibir el sacramento.

El último día yo les preguntaba qué había cambiado en ellos,  y me dijeron: “¡TODO!”.  Leydi, una señora ama de casa, con tres hijos, me dijo que nunca había sabido lo que era ser cristiano: el perdonar, el dialogar con su esposo, el demostrar amor y paciencia a sus hijos…, y que ahora había mejorado su vida.  Víctor, un chico de 20 años, tenía 3 años intentando bautizarse, pero su madre no lo apoyaba; además, el horario del trabajo se le dificultaba y sus padrinos quedaban mal…, pero, por fin, recibió el sacramento. Gabriel, un señor de 55 años, hasta ahora se animaba a realizar su Primera Comunión con apoyo de toda su familia. Anita, una señora de 60 años, que no sabe leer ni escribir, se dio la oportunidad de aprender; y ahora, después del sacramento, ya es miembro activo de la comunidad. Paty y Mónica, dos jovencitas, encontraron en el grupo la escucha a sus problemas y, al conocer a Cristo, la fortaleza para seguir adelante. Raúl, que vino por motivos ajenos, con muchas dudas en la fe, cuestionó la suya y encontró a Dios, cercano y amigo. Rosa e Isolit, madre e hija, encontraron la paz espiritual que buscaban. Fredy, un chico que perdió a su madre dos meses antes, encontró en Jesús a su compañero, consolador y guía. Heberth, un chico triste y depresivo, cambió porque ahora entendía la voluntad de Dios, y lucha día a día por ser feliz. Ruth, una señora viuda, después de dificultades de trabajo, logró reunir a su familia para recibir el sacramento.

En fin, muchas dificultades encontraron estas personas en su preparación, pero perseveraron hasta el final que, como ellos dicen, es el comienzo de un compromiso con el prójimo.  Conociendo toda su trayectoria, al oír al P. Francisco que dijo: “Cuando alguien se bautiza, en el cielo se abre la gloria y Dios le dice: ‘Este es mi hijo amado’”, lloraron y lloramos, porque es verdad: ¡Dios hizo su milagro en ellos, los acogió y los amó!

Ma. Dolores Martínez Martínez,
Misionera Seglar en Perú.



JESUCRISTO ESPERANZA DEL PERÚ

Durante mi estancia en Pucallpa he venido reflexionando sobre la manera de vida y las situaciones conmovedoras que vive diariamente la gente ucayalina.

El Perú vive momentos difíciles, y algunos de los aspectos más persistentes son: la pobreza extrema, el narcotráfico, la desigualdad, la salud, la falta de trabajo y la precaria educación escolar.  Se acentúa la desintegración familiar a niveles muy altos, debido al ambiente social que se vive.

Como siempre, los más perjudicados son los niños: los obstáculos a que se enfrentan cada día son muchos, y uno de los principales es la necesidad de ser queridos y aceptados por sus propios padres; es ahí donde surge el maltrato físico, moral, y emocional, la marginación, el rechazo, la injusticia al privarlos de su derecho a vivir y disfrutar su niñez… ¡Se ha llegado al grado de venderlos o regalarlos, como objetos sin valor!  Estos niños están atemorizados por el medio ambiente en el que se desenvuelven. Son muchos los esfuerzos para defender y promover la vida y la dignidad humana, y uno de ellos es la catequesis infantil: una formación preparada especialmente para la vida cotidiana del niño.

Esta catequesis se desarrolla todos los sábados por la mañana. Es gracioso ver a los niños llegar a la capilla, medio dormidos; se acercan cuando escuchan la campana y el ruido de la moto; ¡con mucho entusiasmo de aprender! Se empieza a sentir otro ambiente que anima a cada uno de ellos; el calor empieza a aumentar y les viene el deseo de jugar, y, sin darme cuenta, yo hago lo mismo.

Verlos sonreír, cantar, rezar, llorar… ¡llena mi vida de alegría! Y, a la vez, me pregunto: "¿Quién soy yo para ver y sentir la Presencia de Dios en ellos?"  Pues, ¡simplemente un instrumento de su Amor, que tengo la obligación de Evangelizar donde Dios me ha puesto!

Entre los latinoamericanos existen lazos muy fuertes de unión. ¿Nos apoyas con tu oración? Recuerda que estos niños dejan rastro para los venideros. ¡Hoy es necesario que se estimen y profundicen los signos de esperanza!

Yolanda Miranda Rentería,
Misionera Seglar.



 
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