Capítulo 9: COMIENZA EL PARTIDO por Sandra Hernández Martín |
El sábado del partido amaneció nublado, y continuó así hasta la hora
del encuentro. Cuando el Musashi pisaba el parque Uroki en dirección al campo de deportes, el cielo tenía color plomizo y amenazaba con una buena tormenta.
Aún así, los jugadores no dudaron en presentarse en el campo. Por lo menos,
no aquel día. Durante toda la semana, donde se habían intensificado los entrenamientos para hacer frente a aquel primer partido, el equipo había estado
discutiendo sobre la conveniencia o no de enfrentarse al Toho tan pronto. No había que olvidar que llevaban entrenando sólo dos semanas, y las nuevas
incorporaciones apenas conocían a los compañeros con los que tenían que jugar. Por el contrario, aquella era la cuarta temporada que el Toho tenía
el mismo equipo. Matsuyama y Oda, más que nadie, sabían la importancia de
conocer bien a los compañeros, la importancia del juego en equipo. El Furano se había basado en eso toda la vida y siempre habían llegado a las semifinales
del Campeonato Nacional. Por todo ello, Matsuyama estaba convencido de que jugar tan pronto contra el Toho era una tremenda equivocación: era demasiado
precipitado. Pero no había nada que hacer, pues Misugi estaba convencido de jugar, y arrastró al resto del equipo detrás suyo, pasase lo que pasase.
Misugi se había encargado de "reservar" el campo del parque Uroki para
la disputa del encuentro. Al ser un campo público, estaba a disposición de todo
aquel que quisiera utilizarlo, de manera que, para asegurarse que nadie les quitaba el campo a la hora convenida para el partido, Misugi fue a hablar con
el encargado y pidió utilizar el terreno de juego de cinco a siente de la tarde,
y no le pusieron ninguna pega. El Toho, por su parte, se había encargado de buscar un árbitro para la contienda, según habían acordado Hyuga y Misugi
durante la cena con los directivos de la Asociación Japonesa de Fútbol.
Así pues, todo estaba preparado para el choque.
El Toho hacía su aparición justo cuando el Musashi pisaba el campo. Se
trataba de un campo olímpico en toda regla y, como tal, el terreno de juego estaba rodeado de ocho pistas de atletismo de cemento rojo. Aunque a veces se
utilizaba para entrenar en lanzamiento de jabalina, peso o disco, normalmente el césped estaba marcado con las señales blancas que delimitaban el campo de
fútbol, y las porterías estaban puestas en la mayoría de las ocasiones, como aquella.
Ambos equipos se sorprendieron al comprobar que, en las pistas de
atletismo, se estaba reuniendo numeroso público, chicos y chicas de ambos colegios.
La verdad, aquello no era de extrañar, puesto que la noticia del enfrentamiento
había corrido de boca en boca, levantando gran expectación. Ambos colegios eran
de la misma ciudad y existía una gran rivalidad entre ellos, así que sus alumnos
no lo habían dudado y habían acudido en masa a animar a sus respectivos equipos.
Entre aquella hinchada, por supuesto, no faltaba el eterno grupo de fans de Misugi Jun, con una pancarta que rezaba en inglés:
"We love you, Misugi-kun". Cuando el aludido se acercó deportivamente a saludar al entrenador rival se
cruzó con Hyuga, que andaba por allí. Éste señaló la pancarta.
- ¿Te siguen a todas partes? -preguntó el delantero, no sin sarcasmo.
- Siempre -respondió Misugi después de un suspiro resignado.
Hyuga sacudió la cabeza y se reunió con sus compañeros, que estaban
calentando en el césped, mientras Misugi se dirigía a saludar al entrenador de
Toho, Kitazume Makoto. Después de ambos se desearan buena suerte y un buen juego,
el entrenador del Musashi se reunió con sus muchachos, que también estaban calentando. Les llamó con un gesto para reunirles a todos antes de que comenzase
el encuentro, para dar las últimas instrucciones. En realidad, había poco que decir, puesto que habían
preparado el partido durante toda la semana. Todos sus
jugadores ya sabían que Soda Makoto se encargaría de cubrir a Takeshi, Ichinose
Akira (defensa central del Musashi) cubriría a Sorimachi y, por último, estaba
el duelo estelar del encuentro: Matsuyama Hikaru se encargaría de Hyuga Kojiro.
Hikaru volvía a jugar como defensa.
Misugi esperaba que de aquel enfrentamiento saltaran verdaderas chispas.
Después de que los equipos se saludaran de manera ritual en el centro
del campo, los dos capitanes se reunieron con el árbitro en círculo central. Para ser sinceros, Hyuga estaba algo confundido al encontrarse con Honma,
puesto que esperaba que Misugi jugase aquel partido. El delantero internacional
dirigió una mirada rápida al banquillo del Musashi, donde vio a Jun de pie, con
el chándal puesto y sin ninguna intención de salir al campo. Hyuga frunció el
ceño: sin Misugi aquel partido perdía gran parte de su interés, por muchos refuerzos que pudiera tener el equipo contrario. No llamaban a Misugi Jun "Emperador del campo" por nada.
Sumido en estos pensamientos, apenas prestó atención al sorteo que
hizo el árbitro, cuyo resultado fue que el Musashi eligió el primer saque y el
Toho se quedó en el campo en que estaba. Oda y Honma se ocuparon del saque
inicial. El capitán del Musashi tocó para Oda y este, por la fuerza de la costumbre, retrasó a Matsuyama casi inconscientemente. Hikaru retuvo el balón
mientras los jugadores de los dos equipos tomaban sus verdaderas posiciones dentro del campo. Misugi había estado acertado al suponer que el Toho jugaría
con cuatro hombres en defensa, otros cuatro en el centro del campo y dos en
el ataque. Para el Musashi, el joven entrenador había dispuesto una formación 5-3-2, en principio defensiva, para esperar al Toho en su propio campo y saber
si eran capaces de parar la ofensiva más potente del país. Y, aunque a Matsuyama aquella táctica le parecía demasiado arriesgada (no en vano el Toho
contaba con Hyuga Kojiro y su poderoso tiro del tigre), no le quedaba más
remedio que obedecer las órdenes de su entrenador.
Matsuyama se libró del balón pasándoselo de nuevo a Honma, que inició
la jugada de ataque de su equipo mientras el número seis del Musashi (ese era el
número que ahora lucía Hikaru a la espalda) se pegaba al que sería su pareja de baile en aquel partido.
- ¿Tú vas a ser mi marcador? -preguntó Hyuga Kojiro cuando al verle llegar,
con una expresión indescifrable en el rostro. Matsuyama asintió por toda respuesta-. Muy bien -añadió Kojiro, ni poco ni mucho impresionado. Si
Matsuyama se sintió molesto por aquella reacción, no dio ninguna muestra de ello.
Mientras tanto, el Musashi atacaba por medio de su capitán. Honma
había avanzado con el balón controlado hasta la mitad del campo contrario, pero justo ahí comenzaron sus problemas. El Toho comenzó a presionar, y el
Musashi se vio por ello incapaz de avanzar más adelante. Oda se movía
por entre los defensas, pero sus colegas no encontraban un hueco claro por donde pasarle el balón, ni a él ni a
Sanada*, que era su pareja en el ataque
del Musashi. Así que al final el delantero tuvo que salir de su posición e ir a buscar el esférico él mismo. Cuando al final lo tuvo en sus pies, se
metió sin dudarlo en el área, logrando librarse de un par de defensas, pero cuando tiró contra la portería defendida por
Wakashimazu, el portero apenas tuvo que esforzarse para detener el balón, que prácticamente le fue a las manos. Y es que
Oda había tirado de manera muy precipitada, habida cuenta de que el resto de los defensas del Toho se le estaba echando encima.
El portero del Toho sacó en largo hacia el centro del campo, directo
hacia Takeshi, que ya estaba preparado para recibir el balón. Pero, justo en el momento en que el pequeño gran jugador del Toho cruzó la divisoria entre
los dos campos, Soda apareció en escena plantándole cara y obligándole a parar
en seco si no quería perder el balón.
- ¿Dónde vas tú tan deprisa? -le preguntó Soda a Takeshi con sarcasmo,
mientras buscaba un hueco por dónde meter la pierna y arrebatarle el balón. Pero, a pesar de su escasa corpulencia, Takeshi aguantaba y protegía bien el
esférico con el cuerpo.
Pronto se hizo evidente que aquellos dos bien podían pasarse así todo
el partido sin que sus equipos se beneficiaran en nada, así que Takeshi buscó la única solución lógica para aquella comprometida situación, y le pasó el
balón a un compañero mientras él echaba a correr con la esperanza de desmarcarse de Soda, pero este se mantuvo a su lado y le fue imposible, por lo que
el juego de su equipo tuvo que desarrollarse por otro lado.
El centrocampista que había recogido el balón de Takeshi, Hideto Koike,
buscó rápidamente a su capitán, o a Sorimachi, pero descubrió con cierta desesperación que a ambos les cubrían de cerca.
Además, durante el corto duelo entre Takeshi y Soda el Musashi había aprovechado para replegarse, y ahora
cerraban líneas y no dejaban avanzar al contrario. Aún así, Hideto probó fortuna mandando un pase largo hacia su capitán que fue interceptado por
Matsuyama sin demasiadas complicaciones antes de que Hyuga pudiese apenas olerlo.
Rápidamente, el seis de Musashi centró por instinto hacia
Oda,
un centro largo y medido que el delantero controló sin problemas, pueso que estaba muy acostumbrado a pases así. Viendo que de nuevo la defensa se le
echaba encima, Oda quiso apoyarse en Sanada, pero su pase fue interceptado
por un defensor y el Toho comenzó inmediatamente a elaborar una nueva jugada ofensiva.
El ritmo del partido continuó así durante veinte minutos, o más. Un
equipo atacaba, el otro recuperaba el balón e iniciaba la contra, pero sin ningún resultado que alterase el marcador. El Musashi disparó varias veces a
puerta, casi siempre por medio de Oda, pero en ninguna ocasión dio sensación de peligro. Y es que
Oda Kazumasa, aunque estaba resultando el jugador más
vivo del partido, no era un experto en elaborar jugadas. Donde él se movía realmente a su gusto era en el área, pues su especialidad era incordiar a la
defensa, moverla y aprovechar los balones perdidos. Kazumasa era el típico delantero oportunista al que la defensa nunca tenía que perder de vista por muy mal
que estuviera jugando. No tenía un tiro potente, pero sabía dónde colocarse para aprovechar el mínimo fallo de su rival a su favor, o para abrir huecos a
sus compañeros. Por eso el juego actual del Musashi no le convenía en absoluto,
como tampoco convenía al espectáculo, ya que la multitud que se había dado cita en el parque Uroki aquella tarde para ver un emocionante partido estaba
viendo que sus esperanzas no se cumplían.
Porque, por el otro lado, el Toho tampoco estaba teniendo mucha suerte
de cara al gol. Por extraño que pudiera parecer, el único jugador que había tocado el balón con peligro había sido Sorimachi en una o dos ocasiones. Soda
estaba anulando a Takeshi, que era el creador del juego del Toho, mientras que Matsuyama no estaba teniendo demasiadas dificultades para impedir que
Hyuga tocase bola. Lo mirases por donde lo mirases, aquello no era normal, pero lo cierto era que
"el tigre" no había tirado a puerta ni una sola vez en veinte minutos.
Precisamente era hacia Hyuga a quien se dirigía el balón en aquellos
momentos, un pase largo y raso que Sorimachi había logrado hacer pasar entre la compacta defensa del Musashi. Matsuyama no se lo pensó dos veces y se
echó al suelo, cortando el pase con una entrada que quedó muy justa, pero que sirvió. Hikaru sacó el balón de la defensa y se volvió hacia Hyuga, y su sorpresa fue mayúscula cuando observó que el delantero sonreía con total
confianza.
- Ya veo que te estás empleando a fondo -le dijo a Matsuyama. Este frunció
el ceño porque no sabía dónde quería ir a parar Hyuga con aquello, y porque su tono le daba muy mala espina-. Creo que ya va siendo hora de que lo haga
yo también.
NOTAS: * No confundir Sanada con el apellido de Takeshi, es decir, Sawada. Sanada es un jugador del Musashi que realmente aparece en el manga, aunque realmente no estoy segura de si es delantero... (si alguien está enterado/a, por favor que me corrija si es necesario) ¿Comentarios? ¿Críticas? ¿Sugerencias?
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