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Un paseo por Ciudad Universitaria
Siempre me ha gustado acercarme a las universidades de las ciudades que visito. Creo que una buena forma de tomar el pulso de una ciudad es acercarse hasta el lugar en el que se forman l@s ciudadan@s que, en un futuro no muy lejano, desempeñarán puestos de responsabilidad en esa sociedad. Además, las universidades suelen ser a menudo exponentes del pensamiento crítico y germen de movimientos progresistas.
En el caso de la ciudad de México existen muchísimas universidades. Por un lado están las elitistas y costosas universidades privadas (la Iberoamericana o el Tecnológico de Monterrey por ejemplo) y por otro las que dependen directamente de los recursos públicos (la Universidad Autónoma Metropolitana, la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Politécnico Nacional).
De las primeras, las privadas, confieso mi ignorancia. Únicamente las conozco a través de la publicidad y creo que los valores que pregonan están un poco alejados de los míos. De las segundas, las públicas, conozco sobre todo sus bibliotecas y sus campus y han sido durante mi estancia en la ciudad de México mi segundo hogar (el primero lo ha sido la calle).
Ciudad Universitaria es la sede principal de la Universidad Nacional Autónoma de México. La idea de contar con una ciudad universitaria se empezó a gestar en los años veinte pero no fue hasta los 50 cuando se iniciaron los trabajos de construcción en los terrenos de Pedregal de San Ángel. En aquel entonces las diferentes facultades se encontraban diseminadas en diversos edificios del Centro Histórico de la ciudad y soportaban problemas de hacinamiento. La idea era reunir en un mismo espacio a todas ellas, poder utilizar servicios comunes y crear un ambiente universitario propio.
La ciudad de México es como esas muñecas rusas que esconden en su interior otras más. La ciudad de México esconde en su interior muchas ciudades más. Una de ellas está en el rumbo sur y es Ciudad Universitaria.
El denominarla ciudad no puede ser considerado un capricho pretencioso por parte del rector, pues verdaderamente doy fe de que se trata de una ciudad dentro de otra. Y como toda ciudad que se precie, cuenta con sus avenidas, su servicio de transporte interior, sus vendedores informales y sus atascos.
Para llegar hasta ella basta con tomar la línea 3 del Metro y descender en la estación Universidad. Inmediatamente encontrarán un chingo de gentes, carros y puestos varios en la parte exterior. Junto a la mera entrada hay un paradero donde agarrar el camión que deseen para desplazarse por el interior de la universidad. El servicio es gratuito y les dejará en el lugar al que deseen ir. El chiste está en preguntar cuál es la ruta, de las cinco existentes, adecuada a nuestros propósitos. También existen unos grandes carteles donde aparecen detallados los diferentes recorridos y las correspondientes paradas. Si disponen de tiempo, mi recomendación es que agarren diferentes rutas para tener una idea de las dimensiones y de la variedad de cosas que podemos encontrar en Ciudad Universitaria.
Los lugares más interesantes están situados en los extremos norte y sur. Al norte podemos visitar la zona de la Biblioteca Central, el edificio de Rectoría y el Estadio Universitario, que fue una de las sedes donde se celebraron los Juegos Olímpicos de 1968. Estos tres edificios son verdaderamente originales en sus fachadas, pues tienen preciosos murales a modo de decoración. Y cuando se cansen de caminar, pueden descansar tumbándose en el pasto del campus y observar la fauna humana que deambula por allí.
Al otro extremo, al sur, se encuentra el Centro Cultural Universitario, un espacio donde encontrarán la Biblioteca y Hemeroteca Nacionales, el Museo de Ciencias Universum, dos teatros, salas de cine, la sala Miguel Covarrubias para danza y la sala de conciertos Nezahualcóyotl. Paseando por la zona del Centro Cultural encontraremos en nuestro camino esculturas muy bellas.
Cruzando de sur a norte el circuito Mario de la Cueva llegaremos a un lugar denominado Espacio Escultórico, que se encuentra localizado en los terrenos de la Reserva Ecológica del Pedregal. Se trata de una escultura circular de 120 metros de diámetro, en el que se distribuyen 64 poliedros de hormigón colocados simétricamente en un anillo de piedra, dentro del cual está la lava del volcán Xitle. Es un lugar francamente extraño que dicen guarda en su interior una energía muy especial. No es lugar de grandes aglomeraciones pero siempre encontrarán alguien subido en lo alto de uno de esos poliedros que parece entregarse a la meditación.
No obstante, lo más interesante de Ciudad Universitaria es la gran actividad cultural que desarrollan diferentes grupos organizados dentro de ella. De estas actividades nos dan cuenta en los diferentes espacios habilitados para anunciar la celebración de actos. Muchos son de carácter gratuito y algunos tienen una cuota simbólica.
Acérquense hasta Ciudad Universitaria y seguro que desearán repetir la experiencia.