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Roberto Clemente, su vida...
PRIMER JONRON DE CLEMENTE Los
Piratas eran un equipo perdedor crónico. Cuando Roberto Clemente llegó a
ese róster en 1955, venían
con ocho finales negativos en nueve temporadas, incluidos 42-112 en
1952... 50-104 en 1953... Y 53-101 el año anterior, 1954... Y seguían
perdiendo. Después
del doble-juego inaugural que perdieron con los Dodgers en Pittsburgh,
fueron a jugar al Polo Grounds de Nueva York, casa de los Gigantes. El
manager Fred Haney devolvió a Roberto al rightfield y lo mantuvo como
tercer bate. La
respuesta fue muy buena. en el segundo turno, frente al zurdo Don Liddle,
disparó una línea a la izquierda del centerfielder, que Willie
Mays no pudo alcanzar, aún cuando se lanzó de cabeza en su esfuerzo. Clemente
había salido del home como lo hizo siempre, a su mayor velocidad posible,
de manera que cuando la pelota comenzó a rodar iba ya llegando a primera
y en cruce a segunda. Willie Mays
se reincorporó y corrió hasta las bardas, a donde llegó antes que el
rightfielder, quien había ido a ayudarle. El tiro vino rápido al
shortstop, quien hacía de relevo, pero ya Clemente había pasado por
tercera y se desprendía hacía home. El slide comenzó a unos cuatro
metros de la goma, violento y por fuera, huyéndole al receptor, quien
pelota en mascota buscó desesperada e infructuosamente el cuerpo que
llegaba. “¡Saaafe!” Sentenció el umpire. Roberto, con el uniforme
lloviendo tierra, se levantó en trote hacía el dogout. Lo aplaudían sus
compañeros del equipo. Había silencio en todas las tribunas. En todo el
recorrido había invertido 19 segundos. ¡Fantástico!. El primer jonrón
de los 240 que logró el puertorriqueño en su carrera de bigleaguer. “Cuando
pasé por segunda, pensé que podía anotar” fueron palabras de Clemente
para The Pittsburgh Press Gazette del día siguiente, “porque aún Mays
estaba de espalda, buscando la bola. Respeto su buen brazo, pero también
tenía que demostrar lo que puedo hacer con mis piernas”. Esa
tarde, Roberto conectó también un sencillo, con el cual impulsó otra
carrera. Y por primera vez demostró en las Mayores la fuerza y precisión
de su brazo, al reventar a un corredor en pisi-corre de tercera a home.
Sin embargo, los Gigantes ganaron 12-3, la sexta derrota en las primeras
seis salidas del año para los Piratas. El
New York Daily News publicó...: “Ya se sabe que Willie Mays es un
super-estrella por la magnitud de sus habilidades. Comencemos a saber que
el outfielder novato de los Piratas, Roberto Clemente, puede llegar a ser
tan bueno, o mejor que Mays”. Haney,
recargado de outfielders como estaba, todavía utilizó a Roberto algunas
veces en el centro y de primer bate, hasta que lo sembró definitivamente
en el rightfielder y en el
tercer puesto de la alineación. Clemente
apareció ese año en 124 de los 154 juegos que señalaba el calendario o
rol de juegos y consumió 474 turnos al bate, con promedio de 255, cinco
jonrones, 11 triples, 23 dobles, 47 carreras impulsadas y 48 anotadas. El
primero de sus 18 años en Grandes Ligas, durante los cuales estuvo en 11
Juegos de Estrellas, en cuatro oportunidades fue líder de los bateadores,
en 13 campañas terminó con 300 o más de promedio y su promedio final
quedó en 317. Los
otros dos latinoamericanos de los Piratas, también outfielders, jugaron
menos que Roberto ese año. El cubano Román Mejías, tuvo 71 apariciones
y 167 turnos, y permaneció con el club de Pittsburgh seis temporadas,
antes de jugar tres más con los Colt’s 45 de Houston y los Medias
Rojas. El mexicano Felipe (El Clipper) Montemayor estuvo en 36 juegos ese
año 55, y salió a batear en 95 oportunidades. Fue el segundo de los dos
años del Clipper en Grandes Ligas. Ese
año 55, los Piratas tenían sólo a un negro en el róster, el segunda
base Curt Roberts, quien fue el primero de esta raza en la historia del
club. Clemente solía contar como los demás peloteros se burlaban de
Roberts por su color, y que algunas veces desde el otro dogout le
gritaban...: “¡Nigger!...¡¡Nigger!!”, lo que se considera
insultante. Una
vez Roberts y Clemente estaban a la salidas del Forbes Field de
Pittsburgh, firmando autógrafos a dos muchachas blancas, cuando llegó un
policía blanco (no los había negros entonces) y les exigió dejar solas
a las damitas. “Nos amenazó con pegarnos con el rolo si no nos íbamos
inmediatamente” contaba Roberto. Ver también: Roberto
Clemente (Biografía)
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