EL ÚLTIMO TRIUNFO EN COPPERSTOWN  

            “Roberto Clemente ha sido el único bateador de swing desordenado que ha bateado para 300 todos los años”... FELIPE ALOU.-  

            “Pocas personas lo supieron en su tiempo, pero Clemente era el intermediario entre los peloteros latinoamericanos y los ejecutivos de los Piratas”... BRUCE MARKUSEN.-  

            La placa de Roberto Clemente en Copperstown dice: “Roberto Walker Clemente, Pittsburgh National League, 1955-1972.

            Miembro del exclusivo club de los 3.000 incogibles. Fue líder de la Liga Nacional cuatro veces. Tuvo cuatro temporadas con 200 o más hits, y su promedio al bate de por vida quedó en 317. Sacó 240 jonrones, ganó el titulo de “Más Valioso” en 1966. Su brazo de rifle, propio de los estelares, le condujo al récord de mas campañas líder en asistencias, cinco. Bateó para un total de 362 en dos Series Mundiales, con hits en cada uno de sus 14 juegos”.  

            “El Cometa de Carolina”, como se le llamó durante la mayor parte de su carrera, fue elevado al Hall de la Fama en la mañana del seis de agosto de 1973, cuando le representaron su mamá Luisa, su viuda Vera y sus tres hijos, Robertico, Roberto Enrique y Luis Roberto. El reglamento para la elección dice que debe esperarse un período de cinco años después de retirados o muertos los bigleaguers, para poder ser considerados a la elevación. Pero el caso de Clemente fue excepcional, como  excepcional fue él en su vida de bigleaguer y de ciudadano.  

            El Comité del Hall de la Fama, el Comisionado Bowie Kühn y los periodistas electores de Baseball Writers’ Association estuvieron de acuerdo en que Clemente debía ser sometido a votación inmediatamente. Ese anuncio se hizo apenas el tres de enero, a menos de 72 horas de la tragedia. Y hubo que hacer una votación extra, porque ya las planillas regulares habían sido entregadas con los votos correspondientes al año. Clemente obtuvo 393 de 424 votos necesarios, o el 93%, bastante más del 75% necesario.  

            Solamente en otra ocasión se había pasado por encima de la disposición de los cinco años. Fue cuando elevaron a Lou Gehrig en 1939, después que murió de amyotrophic lateral sclerosis.  

            El comisionado Kühn, llamado “el bueno para latinoamerica” por su atención y buena labor para nuestro béisbol, había estado en Puerto Rico varias veces después de la muerte de Roberto. Y se le vio involucrado en toda la actividad derivada, incluida la elección para el Hall de la Fama, y el acto en Copperstown.  

            Kühn, quien ha sido el último comisionado del béisbol en visitar nuestros países, leyó en la ceremonia el contenido de la placa, y agregó, al referirse a por qué se había eliminado la espera de los cinco años...:

            “...por lo grande que fue como pelotero, por lo muy grande que fue como líder, por lo muy grande que fue como humanitario”...

            También se refirió al buen ejemplo que significó para la juventud en todo el mundo del béisbol, y dijo...: “Nos sentimos profundamente honrados en tener a su viuda, Vera Clemente, con nosotros hoy”.  

            Hubo un momento en que las palabras de Kühn se cortaron. Tenía inconvenientes para continuar. Entonces explicó...: “Bueno, nada me sorprende que me hayan oído así, porque es como me siento, es como estoy”.  

            Vera también habló en la ceremonia. Dijo...: “Este es el momento del último triunfo de Roberto.... Si él estuviera aquí, lo dedicaría a nuestro pueblo de Puerto Rico, a nuestra gente en Pittsburgh, y a todos los fanáticos a lo largo y lo ancho de Estados Unidos. Muchas gracias”.  

            Roberto Clemente fue así, el primer nativo de Latinoamérica en ser elevado al Hall de la Fama del béisbol en Cooperstown. Después lo han hecho seguido seis. Martín Dihigo, Juan Marichal, Luis Aparicio, Rod Carew, Orlando Cepeda y Tany Pérez,  Tony Oliva y algunos mas que no he contabilizado a la fecha.  

            Uno de los sueños de Roberto Clemente, La Ciudad Deportiva, ha sido levantada por Vera, quien permanece al frente de la obra en Puerto Rico, facilitando la práctica del deporte, de todo tipo de deporte, a los niños y jóvenes de la isla. Sus hijos Luis y Enrique cooperan en la atención de esas instalaciones y sus asiduos. Robertico, vive en Nueva York y trabaja, con notable éxito, como narrador de béisbol en español con los Yankees.  

            Mientras, Roberto Clemente, el número 21 de los Piratas de Pittsburgh, trascendió bastante más allá de la dimensión del bigleaguer. Es una figura mítica dentro de la realidad que fue su vida. Un símbolo dentro del deporte latinoamericano. Un orgullo inmenso para cada puertorriqueño. Un real inmortal.

Ver también: Roberto Clemente (Biografía)   
                           Roberto Clemente W. "El Angel Pirata"
                           Puerto Rico Perfil: Roberto Clemente
                    Roberto Clemente, un pirata especial