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Roberto Clemente, su vida... 
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EL DÍA QUE CLEMENTE CONVENCIÓ A LOS DODGERS

Clemente en los Cangrejeros de Santurce

 

 

EL DÍA QUE CLEMENTE CONVENCIÓ A LOS DODGERS       

            “Muchos estelares del béisbol son amables si uno se dirige a ellos... pero Roberto Clemente fue diferente...: era él quien se acercaba siempre a los demás” Steve Blass, quien fuera compañero de Roberto en Pittsburgh.-  

            Aquella tarde ocurrió lo definitivo para decir al mundo cuán extraordinario podía llegar a ser Roberto Clemente en el mundo del béisbol profesional. Y no fue un hecho aislado, sino la culminación de una serie de hazañas del jovencito nativo de Carolina. Por supuesto, lo de esta vez resultó el juego que sueña todo pelotero.  

            El club Juncos ganó 7-6 y Roberto impulsó las siete carreras con el ciclo, o la escalera, sencillo, doble, triple y jonrón. Robó dos bases. Y a la defensiva, en el centerfield, hizo una atrapada contra la cerca de alambres, de espaldas al home-play, cuando había dos corredores en las bases y para cerrar esa entrada. Era el tercer out.  

            “En mi opinión, ese muchacho está ya preparado para jugar profesionalmente” le dijo dos días después Roberto Marín a Pedro (Pedrín) Zorrilla, el adinerado propietario de los Cangrejeros de Santurce. Y agregó Marín... “Además, ¿Que expone usted dándole una oportunidad?. Si todo va bien, será su gloria. Si va mal, simplemente deja libre a Roberto y ya está. Pero en caso de que no se anime, y yo vaya a otro equipo, y se queden con él, y llegue a ser lo que parece capaz de ser, posiblemente usted se sienta muy mal”.  

            Pedrín, quien más que Zorrilla era un  viejo zorro en esas cosas del béisbol, no se mostró nada entusiasmado, ni siquiera con esa argumentación. Pero como quien no quiere la cosa, inventó un tryout en el estadio Sixto Escobar, e invitó a su amigo personal, Alexander (Al) Campanis, quien era entonces el gran Maharajá de los scouts de los Dodgers. Zorrilla, quien era amigo de las sorpresas, no le dijo nada a Campanis de las maravillas que había oído de Roberto Clemente. Ni siquiera cuando le oyó decir...: Espero muy poco de todo esto, amigo Pedrín. En la mayoría de estos tyouts se ven siempre docenas de muchachos hambrientos del triunfo, pero sin talento para el (béisbol) profesional. Sin embargo, uno tiene que intentar algo, ¿no?. Y como es idea tuya, pues vamos allá”.

            Roberto, entonces en sus 17 años de edad, se presentó como la mayoría de los otros 71 muchachos del grupo, con uniforme descolorido y una aporreada gorra. Lo primero que les ordenaron a todos fue tirar desde el outfield hasta home.  

            “Ese chiquito hizo un tiro desde lo más profundo del centerfield, de aire hasta el plato, perfecto. ¡Yo no podía creerlo!”. le contó Campanis al famoso periodista Dick Young años después, tal como lo cuenta Bruce Markusen en su obra “Roberto Clemente: The Great One”.  

            Campanis pidió a Roberto hacer un tiro más. Era una distancia de 400 pies. Y la pelota llegó igual, violenta y de aire. El hombre movió las manos en alto y dijo...: “Ya basta, ¡basta!, está bien!”.  

            Esa tarde , las seis docenas de aspirantes corrieron las 60 yardas. Clemente lo hizo en 6.4 segundos. El récord mundial era de 6.1. Campanis quiso probarlo una vez más. Y el cronometro frenó en 6.2. Los otros 71 fueron enviados a sus casas. Pero Al Campanis se quedó en el estadio con Clemente y le pidió que bateara los lanzamientos de un pitcher de las menores llamado José (Pantalones) Santiago, legendario personaje hoy día en la historia del béisbol boricua. Los batazos, la mayoría en línea, salieron en todas direcciones, hacía el rightfield, al centerfield y al leftfield. Ya entonces y como toda su vida, Roberto se paraba más lejos del home-plate que la mayoría de los demás bateadores. Por eso Campanis pidió a Pantalones que le tirara curvas afuera. Clemente siguió conectando, entonces solo a la derecha y por el medio del campo.  

            Al final, unas diez pelotas habían salido por encima de las bardas, con todo y que el mozo hacía los swings casi siempre con los pies en el aire, fuera de la tierra.  

            Después del trabajo de esa sesión, Clemente le contó a Campanis que había jugado numerosas posiciones, incluida la de receptor. Fue cuando el scout le aconsejó...:

            “Bueno, puedes olvidarte de todas esas posiciones muchacho. Tú eres outfielder, y ya está” 

            Lógicamente,  Campanis había decidido llevarse a Roberto Clemente para los Dodgers. Pero no podía aun. Tenía que esperar a que cumpliera 18 años de edad, para estar dentro de las reglamentaciones del caso.

Ver también: Roberto Clemente (Biografía)   
                          
Roberto Clemente W. "El Angel Pirata"
                           Puerto Rico Perfil: Roberto Clemente
                    Roberto Clemente, un pirata especial

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