UN SCOUT SALVÓ A CLEMENTE Y SE LO
LLEVÓ
A LOS PIRATAS
“Las
opiniones son como las nalgas...: Cada quien tiene las suyas”... Willie
Stargel.-
Lo
que menos entusiasmaba a Roberto Clemente era que fueran a salir de él
los Dodgers. Por su mente no pasaba otra idea que la de permanecer durante
toda su vida de pelotero con el club de Brooklyn. Por eso lo que le
estaban haciendo en Montreal lo
mantenía con una mezcla de sorpresa incredulidad y enojo.
Y
lo llevó aquel día, a comienzos de julio de 1954, a disponer el regreso
a su casa en Puerto Rico. Se fue al hotel donde vivía en Montreal, el
Powers, para hacer el equipaje Afortunadamente para él, se enteró el
scout de los Piratas Howie Haak, quien no solo seguía a los Royals para
observar a Roberto, si no que había sido compañero de equipo y de
habitación de el manager de Clemente, Max Macon, en 1935, por lo que logró sacarle la verdad. Sí, los Dodgers habían
ordenado sentar a menudo a Roberto para ocultarlo de los scouts, en un
esfuerzo por evitar que se lo llevaran en el draft de la post-temporada.
A
Haak y a los Piratas les interesaba cualquier cosa, menos que fueran a
declarar a Roberto Clemente inelegible para el draft. Así que, tan rápido
como pudo se le presentó en la habitación, y en vez de saludarlo, le
dijo...:
“Ya
deja de hacer ese equipaje muchacho, que nos vamos para el estadio...
tienes juego esta noche”.
Antes
de que pudiera replicarle continuó...:
“Te
prometo que los Piratas vamos a escogerte en el draft , porque seremos los
primeros en hablar en esa escogencia. Y el año que viene serás nuestro
rightfielder de todos los días... ¿Como te suena eso?... No tienes que
explicarme nada acerca de tu actitud, porque fui pelotero y yo estaría
igual, o más enojado que tú. Quiero que confíes en mí. No engaño a
ningún jugador. Tampoco es la política de
nuestra organización.”.
“Ya
he decidido irme, señor”
“Podrías
acabar con tu carrera, y darle el gusto a los Dodgers de mantenerte con
ellos. Fíjate lo que ocurriría...: Si te vas, serás llevado a la lista
de los suspendidos, por lo
que te convertirías en inelegible para el draft. Así que no podríamos
adquirirte. Si estoy aquí, y hablando contigo, es porque te necesitamos,
te queremos con nosotros.... Te suplico no te vayas”.
Clemente
solía comentar años después...: “Los Dodgers querían que yo me viera
mal, por eso me sentaban apenas bateaba bien, y me volvían a alinear si
había estado mal al bate... Si me hubieran dicho la verdad, si no
hubieran sido tan mentirosos, quizá no me sentiría tan mal ”.
En
todo caso, en la mejor jugada de su vida Haak convenció a Roberto de que
siguiera sufriendo las semanas que faltaban para el final de la campaña,
a cambio de la felicidad que le ofrecían en Pittsburgh.
Cuando
Clemente regresó al clubhouse para el juego de esa noche, el manager
Macon se le acercó y le dijo...: “Necesito hablar contigo... ¿Puedes
venir a mi oficina?”.
“Prefiero
no ir, señor” respondió el boricua con su recia personalidad de
siempre, “a menos que eso me cueste una suspensión que impida me
escojan en el draft a fines de temporada. Si es algo sin importancia, por
favor déjeme tranquilo. Ya sé porqué usted no me pone a jugar. Seguiré
aquí, pero no soy su amigo y jamás lo seré. No puedo serlo”.
Max
Macon murió en 1989, y a pesar de su confesión de aquel día a Haak,
siempre insistió en que los Dodgers jamás le exigieron restringir la
acción de Clemente en triple A. Por supuesto, pocos le creyeron. Pero de
haber sido verdad lo que decía, él mismo hablaba muy mal de su calidad
como manager, porque cuanta persona veía jugar a Roberto, advertía
enseguida su enorme talento. Por eso estaba Howie Haak detrás de él. Por
eso lo habían firmado los Dodgers. Al sentarlo tan a menudo, el mismo
Macon confesaba que era muy malo para evaluar peloteros.
Clemente
sobresalía entre todos los outfielders de los Royals de Montreal ese año
54, porque sus condiciones naturales para el béisbol no eran comunes,
resultaban extrañas por magníficas. Edmundo Amorós bateaba para .352
cuando lo subieron a Brooklyn. Jack Cassini terminó en Montreal con .286.
Gino Cimoli bateo para .306. Y Dick Williams para
.278.
En
una entrevista que le hice en 1964, me dijo Roberto...: De haber jugado a
diario durante esa temporada en Montreal habría podido batear unos
cincuenta o más puntos sobre mis 257. Porque, con tanto tiempo en el
banco, no sólo me sacaban del ritmo con el swing, si no que estaba muy
presionado y enojado por la situación. Creo que todo eso influía en mi
bateo. A los lanzadores que veíamos todos los días, yo podía
conectarles más de tres hits cada diez turnos, si jugaba todos los días”.
Ver también: Roberto
Clemente (Biografía)
Roberto
Clemente W. "El Angel Pirata"
Puerto
Rico Perfil: Roberto Clemente
Roberto Clemente, un pirata especial
"El
Pelotero" On
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