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Los nombres de las calles en la ciudad de México



Si existe una ciudad en el mundo donde el caos se haya apoderado del diseño urbanístico, esa es la ciudad de México. La presión demográfica y la descoordinación entre las diferentes instituciones echan por tierra cualquier mínimo intento de planificación.
La denominación de sus calles, en las que frecuentemente falta la placa que las identifica, es una pequeña muestra de esa caótica situación. Cuando a uno le dan la dirección de un lugar, no sólo basta con saber el nombre y número de la calle en cuestión. Debido a la repetición de los nombres de las calles se hace también necesario conocer el nombre de la colonia y la delegación a la que pertenece la calle a la que deseamos dirigirnos, contribuyendo todo ello a que llegar a un determinado lugar se convierta en una especie de aventura.
La Guía Roji de la ciudad de México (un conjunto de planos detallados de la ciudad y su área metropolitana, además de índices alfabéticos de calles y colonias) se vuelve entonces elemento imprescindible no sólo para el visitante que desea conocer algo más que el mero Centro Histórico sino también para cualquiera de l@s habitantes de esta ciudad, independientemente de sus años de residencia en el Distrito Federal.





    "Al igual que un gran mercado callejero, las calles están llenas de comida. Hay una calle Calamar y una calle Camarones y, para bien o para mal, una calle Atún. Hay una calle Aguacate, Cebolla, Cilantro, Maíz, Arroz y calle Frijol, pero sorprendentemente México no tiene una calle Pollo (aunque en Kabul, Afganistán sí la haya). Hay calles llamadas Fuente de la Esperanza, Fuente de la Luz y, por supuesto, Fuente de la Felicidad, aunque también existe una alucinante Fuente del Champiñón.
    Atenta a su condición de ciudad del mundo, la capital ha bautizado calles con los nombres de Cultura Griega, Cultura Romana, Cultura Mexicana, Cultura Azteca, Cultura Maya, Cultura Física y Cultura a secas, junto con la calle Cinema Mundial y la genérica calle Cinema. Las calles Acción Social y Asistencia Pública representan las virtudes cívicas, aunque la Unidad Nacional sea una calle cerrada.
    Colonias enteras están dedicadas a escritores y compositores canónicos, a científicos y filósofos. Uno puede quedarse en la esquina de Tolstoi y Dante, Dickens y Molière, Verdi y Wagner, Sócrates y Homero, Shakespeare y Darwin, imaginando las conversaciones.
    Existen muchas casualidades afortunadas, pero en un lugar tan grande y complicado como este seguro habrá también colisiones y disonancias.
    Hay 21 calles llamadas Paz, pero 18 llamadas Alta Tensión (por los servicios públicos, no por la miseria privada). Las calles Democracia, Justicia y Derechos Humanos están en un barrio bravo. El canal de Panamá recorre escasamente cien metros, pero la Avenida de los Cien Metros recorre casi una milla.
    El respeto de la ciudad de México hacia el pasado a veces rebasa el entendimiento. Rusia ha liquidado la memoria de sus peores dictadores, pero cuando los taxímetros de la ciudad (que algunas veces no funcionan bien, por lo general a favor del conductor) se descomponen totalmente, son reparados en la calle Stalin. Stalin está a una calle de Trotski, a pesar de que sus secuaces asesinaron a Trotski en la ciudad de México hace 60 años. No es una coincidencia que la calle Siberia esté a cuatro cuadras de allí.
    Algunos nombres han sido claramente concebidos. Hay una calle Tratado de Libre Comercio en una colonia llamada Plenitud. La calle Oscuridad cruza esperanzada la avenida Mañana. Algunas otras parecen tener la intención de volver locos a los carteros. En una colonia suburbana hay dos calles diferentes con el nombre de la misma república islámica: una es Pakistán, la otra es Paquistán. Después encontraremos los nombres en náhuatl, el lenguaje de la gente que vivía aquí antes de los conquistadores, que suena como música de otro planeta: Panquetzaliztli, Cetlaltépetl, Ixtlememelixtle.
    Pero en las ciudades como en la ciencia, la complejidad desquiciante puede contener una simplicidad hermosa. Un parque grande y verde se erige cerca del corazón de esta bestia urbana. Una avenida adornada por edificios Art Deco circunda este parque. Y la gente que vive allí tiene una dirección inolvidable: Avenida México, ciudad de México, México, DF"
Tim Weiner, corresponsal del New York Times en México
Traducción: Pilar Cerecedo
7 de agosto de 2000



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